Usted está aquí: lunes 15 de agosto de 2005 Sociedad y Justicia Hacinan en albergue a menores repatriados

El DIF-Sonara aloja en inmueble para 15 personas a 30 niños deportados de EU

Hacinan en albergue a menores repatriados

CRISTOBAL GARCIA BERNAL CORRESPONSAL

Nogales, Son., 14 de agosto. Los niños y niñas que son deportados a México en esta frontera por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos permanecen hacinados en el albergue del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en espera de que sean reclamados por sus padres o algún familiar.

El inmueble, inaugurado el pasado 6 de abril por la presidenta del sistema DIF estatal, Lourdes Laborín de Bours, ha permitido mayor control de los menores repatriados no acompañados, según personal del Instituto Nacional de Migración (INM). Sin embargo, estos niños y niñas son alojados en un lugar que más bien parece cárcel, pues ni siquiera cuentan con espacios para realizar alguna actividad física.

El coordinador del módulo de atención a menores repatriados del DIF estatal, Manuel Mireles Mendoza, informó que el albergue tiene capacidad para atender adecuadamente a cuando más 15 niños, sin embargo, normalmente pernoctan más de 30.

De abril a la fecha se ha atendido a mil 800 menores que van desde dos meses de edad hasta 17 años, los cuales en su mayoría proceden de Chiapas, Michoacán y Guerrero, con la intención de cruzar sin documentos la frontera en busca del sueño americano; sin embargo, son aprehendidos por elementos de la Patrulla Fronteriza.

En el inmueble acondicionado como albergue, se encuentran este día 32 niños y niñas, entre ellos un niño de nueve años con síndrome de Down, llamado Víctor Hugo. El local cuenta con dos cuartos, con dos literas cada uno, en los que duermen hasta 16 personas; el resto de los menores son distribuidos en colchonetas en la sala.

Durante el día, los niños y niñas se encuentran "revueltos" en la pequeña sala donde se reúnen a ver televisión, y lo mismo ocurre por la noche a la hora de dormir.

Mireles Mendoza asegura que el descanso de los menores es "vigilado" por un hombre y una mujer, a efecto de evitar cualquier incidente entre los pequeños residentes.

 
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