Usted está aquí: martes 9 de agosto de 2005 Mundo Falso que la crisis política haya paralizado a Brasil: Lula

Promete castigo a involucrados en actos de corrupción

Falso que la crisis política haya paralizado a Brasil: Lula

AFP, DPA Y REUTERS

Brasilia, 8 de agosto. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, prometió hoy castigar a todos los involucrados en el escándalo de corrupción que sacude su gobierno, y negó que la crisis política haya paralizado al país.

En su programa de radio quincenal, Desayuno con el presidente, Lula pidió al Congreso que además de investigar estos casos, apruebe proyectos clave para el país. Entre los programas prioritarios mencionó el proyecto de reforma política.

Agregó que su gobierno hace todo lo posible por facilitar las investigaciones que realizan el Congreso, la policía federal y el ministerio público. Recordó que, contrario a lo que se piensa, Brasil cerró julio con un superávit récord en su balanza comercial, logrado gracias a exportaciones por más de 11 mil millones de dólares. "Están pasando muchas cosas en Brasil, y nosotros seguiremos trabajando", afirmó.

Lula también aseguró que la crisis política no impedirá que siga viajando por Brasil para reivindicar los logros de su gobierno, en lo que para la oposición es una campaña adelantada para su relección en 2006.

El presidente declaró que enfrenta con "cierta tristeza" el alud de denuncias que desde hace tres meses sacuden al país, "porque el pueblo brasileño no merece lo que está sucediendo".

Mientras, la izquierda del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) denunció que la mayoría que domina la organización, que se encuentra todavía bajo el influjo del ex ministro José Dirceu, impide una verdadera investigación que lleve al castigo de sus dirigentes acusados de delitos financieros y actos de corrupción.

Esta declaración surgió luego que la dirección nacional del PT se reunió el sábado, cuando fue aceptada una carta de Delubio Soares, en la que éste solicitaba su retiro del partido. Para la izquierda el hecho de que el partido acepte la dimisión de Soares, en lugar de expulsarlo, significa que lo protege. "Parece que tienen miedo que involucre a otras personas", afirmó el secretario de Formación Política, Joaquim Soriano.

 
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