Usted está aquí: lunes 8 de agosto de 2005 Estados Regresan a Guanajuato "para rescatar la música prehispánica"

Pedro Ramírez y Luis Cruz, fabricantes de instrumentos, buscan no desaparecer con su pueblo

Regresan a Guanajuato "para rescatar la música prehispánica"

MARTIN DIEGO RODRIGUEZ CORRESPONSAL

Mineral de Pozos, Gto., 7 de agosto. Son hijos del sonido que renunciaron a la migración para volver a este poblado que estuvo a punto de desaparecer. Regresaron para copiar la música de los cuatro elementos: viento, fuego, agua y tierra; basados en los tonos de maderas, piedras, cuerdas, pieles, barro y huesos. Son de los pocos fabricantes de instrumentos prehispánicos que hoy luchan por no desaparecer con el poblado.

En este lugar, en el que las ruinas son los elementos que llenan el vacío, donde la tierra se levanta sin molestar a casi nadie y el silencio es el único murmullo que suena en la plazuela, vive Pedro Ramírez, uno de los pocos fabricantes de instrumentos prehispánicos. Reconoce que no se puede vivir de ser artista pero "ni modo que dejemos morir lo poco que nos queda de nuestra cultura, ésa que se va borrando como los caminos de aquí".

Su taller está dentro de la casa de cultura del poblado, que en algún tiempo fue la cárcel municipal de toda una región; y a pesar de que "casi no viene nadie" se niega a cerrar porque "es como cerrar los ojos al pasado y olvidar algo nuestro", asevera.

A un costado de su taller, Pedro exhibe una de sus creaciones. Una fina capa de polvo se distribuye por la falta de visitantes entre un chicahuastle (especie de palo de lluvia), un huehuetl (tambor ceremonial), un teponaztlli y un omechichahuaxtlli (flautas ceremoniales), todos "instrumentos que se han copiado de los originales y cada uno es único e irrepetible porque no hay moldes para hacerlos; cada uno tiene alma propia".

Para Pedro no basta con hacer de cada instrumento una obra de arte ni tampoco invertir semanas para lograr el sonido perfecto; asegura que "es difícil que se vendan porque no son comerciales. Son desconocidos, son instrumentos mexicanos que en algún momento estuvieron prohibidos con la llegada de los españoles. Ahora no están vetados, pero tampoco hay difusión y apoyo para promocionarlos. Económicamente es difícil vivir de la fabricación de instrumentos porque no son comerciales y (porque) hay poco apoyo de las autoridades".

El artesano asegura que no se ha dejado morir este arte porque "aunque está duro vivir de esto son más las satisfacciones; conoces y aprendes muchas cosas, se obtiene sensibilidad, armonía, paz; este trabajo proporciona estos elementos de satisfacción", por ello terminó la migración que había emprendido a la ciudad de México durante 20 años.

Al igual que Pedro, Luis Cruz también fabrica estos instrumentos, y aunque varias de sus obras han dado la vuelta al mundo, "poniendo en alto el nombre de Mineral de Pozos aquí en San Luis de la Paz", no ha recibido apoyo de las instancias de gobierno.

"Suena loco, pero creo que las autoridades tienen más apoyo de mí que yo de ellos. Quiero rescatar actividades aquí en San Luis de la Paz; el año antepasado se planteó realizar un encuentro de las danzas, pero no hubo nada de apoyo."

Afirma que en lugar de apoyar con la difusión, el Instituto de Cultura de Guanajuato les ofreció, dentro de las actividades artísticas, pagar "a la voz gemela de Juan Gabriel. Eso era ridículo y mejor les dimos las gracias porque eso le iba a romper el esquema a la celebración".

El próximo 14 de agosto dará inicio en esta aldea la Fiesta de la Toltequidad. Para esta celebración, que buscará reunir a los exponentes de la cultura prehispánica, "no hubo apoyo; toda la fiesta sale de nosotros, aunque las autoridades la presumen".

Luis reconoce: "Antes vivir en Pozos era como maldición porque se estaba muriendo. Hoy sobrevivimos y gritamos que no queremos desaparecer, pero son gritos que se quedan en el silencio; por eso queremos que la música y los sonidos de los instrumentos no se mueran con el pueblo, que sigan el curso del viento para que lleguen adonde tengan que llegar. Y eso nadie lo paga ni lo podrá parar".

 
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