Usted está aquí: sábado 6 de agosto de 2005 Cultura Carlos Montemayor ofreció una gozosa velada de romanzas

Presentaron Canciones napolitanas e italianas, segunda grabación del tenor

Carlos Montemayor ofreció una gozosa velada de romanzas

El escritor y analista político se refrenda como multifacético ''hombre del Renacimiento'', dijo el periodista Pablo Espinosa

El álbum doble alberga 25 tesoros líricos

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen El pianista Antonio Bravo y el tenor Carlos Montemayor, en el estudio de Radio UNAM, durante la presentaci�el nuevo material discogr�co del reconocido intelectual FOTO Pablo Espinosa Foto: Pablo Espinosa

Una gozosa y aleccionadora velada de romanzas ofreció el tenor, escritor, historiador, lingüista y colaborador de La Jornada Carlos Montemayor para presentar su segunda grabación: Canciones napolitanas e italianas, editada en dos discos compactos con el pianista Antonio Bravo.

Superada la sorpresa inicial de ver como cantante al reconocido intelectual, quedó claro que con este concierto, realizado el jueves en la sala Julián Carrillo de Radio UNAM, Montemayor se refrenda como un multifacético ''hombre del Renacimiento", como lo llamó el periodista Pablo Espinosa, quien agregó:

''Canciones napolitanas e italianas se titula simple pero contundentemente este álbum doble y exquisito que abriga 25 tesoros líricos italianos de ese flos campi maravilloso que recibe el nombre genérico de romanza de cámara y que fue concebido, cultivado y llevado a su máxima expresión por los grandes maestros italianos, entre quienes figuran Bellini, Rossini, Verdi, Puccini, Leoncavallo, Rossi y Paolo Tosti."

Antes de Espinosa había hablado Modesto López, director de Ediciones Pentangrama, casa que grabó el nuevo material, y luego subieron al escenario Carlos Montemayor y Antonio Bravo, éste también periodista.

En México, recordó un Montemayor de excelente voz, buen talante y gran temple en escena, hay muchos artistas que se dedican a más de una disciplina, y mencionó entre otros a Roberto Bañuelos, escritor, pintor y compositor ahí presente.

''En este mundo tan terrible hay que cantar, porque si no caemos en la depresión", comentó el tenor luego de interpretar la pieza Mandulinata a Napule, en la que, en una noche, dios y amor fueron una sola cosa.

Dos columnas luminosas

Al principio, Montemayor había dicho que la selección ofrecida en el disco es ''parte de la alegría y la pasión por la música", y que las vertientes de las canciones italianas y napolitanas son dos ''columnas luminosas".

Entre las primeras piezas interpretó Malía, con letra de Pagliara y música de Tosti, y cantó en italiano, según el cuadernillo con traducciones al castellano hechas por el mismo Montemayor:

''¿Qué había en la flor que me diste?/ Quizás un filtro, un misterioso poder."

Malía también es importante para Montemayor y Bravo porque fue una de las primeras canciones que interpretaron juntos y que ensayaron una hora antes de presentarse en la XEW, a instancias del periodista Héctor Anaya.

Con Matinatta, de Leoncavallo, y de algún modo cercana a las mañanitas mexicanas, Montemayor y Bravo recrearon una de las letras más sublimes, una historia de amor que comienza así:

''La aurora vestida de blanco/ abre la puerta al gran sol,/ y con dedos de rosa/ caricia de flores le extiende."

Materializar la belleza sonora

Siempre de buen humor, en un momento dado Montemayor comentó sobre ciertas similitudes idiosincráticas entre italianos y mexicanos, pues antes de cantar la pieza L'ultima canzone recordó que los varones de ambos pueblos son capaces de asegurar que su antigua amada seguirá siendo suya aunque en ese momento ella se esté casando con otro.

Al final, luego una docena de canciones, entre ellas tres del próximo álbum de la serie, muchos pudieron constatar lo dicho por Pablo Espinosa al comienzo de la presentación:

''La interpretación que hace de estas obras de arte el doctor Montemayor se emparenta, por sus logros y virtudes, a la intención y logros del genial director de orquesta rumano Sergiu Celibidache, el gran Cheli, quien cuando dirigía materializaba la belleza sonora, pero también lograba encarnar lo inmaterial, lo arcangélico del alma, el sentido metafísico, metalingüístico y semántico del sonido."

 
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