Usted está aquí: miércoles 3 de agosto de 2005 Opinión POESIA PARA LLEVAR

POESIA PARA LLEVAR

Ricardo Yáñez

... sobre campanas

LAS CAMPANADAS con que empieza Madre, de Lennon, el libro Campanas de la tarde, de Francisco González de León, Gabriel echando a vuelo las campanas casi Al filo del agua, las Campanitas de cristal de algún bolero, Edith Piaf cantando Les trois cloches en compañía de Los (jovencitos) Camaradas de la Canción, The Bells de Poe, la lección según la cual cuando doblan las campanas siempre doblan por el escucha... Pero también las campanas tubulares pendientes de algún balcón, al viento, y las de bambú sonadas en algún café tapatío de nombre alemán como único fondo para una preciosa voz, la de Alma Rocío Jiménez, y las campanillas de la misa de ocho, y las rotundas de las fiestas parroquiales y el concierto de campanas de Cholula... Y bueno. Por campanas no paramos.

ME METO A Internet a ver qué encuentro y encuentro que hablando de Joaquín O. Gianuzzi Mario Sampoalesi comenta: ''Como enseñaba Leonardo da Vinci a un discípulo: 'Escucha el sonido de esa campana. Sólo hay una campana, y sin embargo el sonido es múltiple'. Me encuentro también que André Lehr, estudioso de tales instrumentos, indica (lo cita Fernando E. Rodríguez Miaja en un artículo de hace nueve años que el curioso lector puede hallar en http://www.cult.gva.es/gcv/premsa/altres039.htm): ''Las campanas pertenecen a todos los seres humanos, y las entienden todos lo que las quieren escuchar''.

DE LA DIRECCION referida proviene también lo siguiente: ''El ritual de consagración de las campanas de iglesias permaneció prácticamente sin variación hasta el reciente Concilio Vaticano II (1962-1965). Entre otras cosas, el texto establece: 'Cuando los creyentes oigan el sonido de esta campana, que se incremente su piedad; que se distingan las trampas del enemigo y se calmen los granizos, huracanes, rayos y tormentas, y que los vientos soplen favorablemente. Que se calme la potencia del aire, para que tiemblen al escuchar la campana y se disipen en los cielos, la tierra y en las profundidades de la tierra, al amparo del símbolo de la santa cruz aquí representada'".

TODO ESTO PARA, y nada más, invitar a los lectores a visitar la exposición llamada precisamente Campanas (escultura y poesía) que, organizada por el Gobierno del DF se expone por la avenida Reforma a la altura del edificio del Instituto Mexicano del Seguro Social. La escultura, como debe ser, es tangible, en este caso más: tañible.

HALLAMOS DESDE luego muchas más cosas, en Internet, por ejemplo una leyenda según la cual la campana de oro de una iglesia fue arrojada al chileno río Valdivia, frente a la isla Teja, donde se encuentra sumergida ''y son muchos los que la oyen sonar".

HALLAMOS POEMAS de Neruda, Bécquer, Schiller y éste de Lorca, con el que (ah no, falta decir que un modo de toque, Tentenublao, previene contra las tormentas) nos despediremos: Campana bordón: ''En la torre/ amarilla,/ dobla una campana.// Sobre el viento/ amarillo,/ se abren las campanadas.// En la torre/ amarilla,/ cesa la campana.// El viento con el polvo,/ hace proras de plata."

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