Usted está aquí: sábado 23 de julio de 2005 Cultura Pulen la técnica de 162 niños y jóvenes músicos

CAMPAMENTO DE FUTUROS MAESTROS

Pulen la técnica de 162 niños y jóvenes músicos

ARTURO GARCIA HERNANDEZ ENVIADO

Ampliar la imagen Contrabajistas de la Orquesta Sinf�a Infantil de M�co FOTO Mar�Mel�rez Parada Foto: Mar�Mel�rez Parada

Oaxtepec, Mor. A los seis años, Cristina Escudero descubrió el sonido rotundo de la tuba. Fue en una fiesta amenizada por una banda sinaloense. Le impresionó ese instrumento ''grandote y blanco" -una tuba sausofón- que rodeaba el cuerpo del ejecutante y remataba con una gran boca metálica por encima de su cabeza. Recuerda haber dicho: ''Algún día tocaré eso".

Hoy, a los 16 años, Cristina toca una de las cuatro tubas en do que hay en la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM). Sonríe satisfecha: ''Jamás pensé que se me haría realidad".

Ya no imagina su vida sin una tuba: ''Es parte de mí, es parte de mi cuerpo". Dice que si la comparara con un animal, sería con un delfín: ''Los delfines son tiernos y siempre ayudan. La tuba es tierna y profunda; su función en la orquesta, armónicamente hablando, es ser el colchón de los demás instrumentos, el que siempre ayuda".

Cristina es una de las 162 niñas y niños instrumentistas que acudieron, procedentes de casi todo el país, a un campamento de trabajo de la OSIM en esta localidad.

El corolario del campamento será una gira por varias ciudades que arranca el próximo domingo con un concierto en el Palacio de Bellas Artes.

Grandes esfuerzos

Elihu Ricardo Ortiz, de 13 años, viene de Oaxaca. Sus padres lo pusieron a estudiar música ''para que tuviera algo que hacer por las tardes y no estuviera perdiendo el tiempo". Actualmente toca el fagot en la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Libertad, de la capital oaxaqueña.

A diferencia de Cristina, Elihu no eligió su instrumento: ''Me lo escogió el maestro de la orquesta, me dijo que me lo daba porque era el más serio y porque el fagot es un instrumento muy delicado. Yo no lo conocía, pero ya me gusta, tiene un sonido muy expresivo y muy delicado".

Igual que muchos de los niños y adolescentes reunidos aquí, Elihu Ricardo no tiene en su ciudad un maestro especializado en su instrumento. El campamento de la OSIM le brinda la posibilidad de tenerlo y, por tanto, de ampliar sus conocimientos sobre la técnica y el repertorio del fagot.

Esta es justamente una de las principales funciones del campamento, auspiciado por el Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Sergio Ramírez Cárdenas, director fundador de la OSIM, reconoce el ''gran esfuerzo" que realizan los directores de las orquestas infantiles y juveniles del país, pero admite que lo hacen en "condiciones muy difíciles de trabajo" y con enormes carencias de recursos humanos y materiales.

Al respecto, expresa su preocupación por la falta de una planta docente de alto nivel en la mayor parte del país:

''Si la educación musical se fomentara con toda seriedad desde la primaria y secundaria, estaríamos hablando de un nivel musical mayor en México.

''Mientras eso no suceda, va a ser muy difícil que el panorama cambie."

Aunque no sea suficiente para modificar ese panorama, Ramírez Cárdenas destaca la nobleza del proyecto a su cargo: ''Los logros desde ese punto de vista son realmente impresionantes".

Por ejemplo, durante las dos semanas del campamento, hay alumnos ''que dan un salto en su formación que a veces, por las condicones adversas, no logran en todo un año en sus comunidades".

Vuelven con nivel claramente superior, lo que redunda en beneficio de las orquestas a las que pertenecen.

La primera semana del campamento se dedica a enseñar y pulir la técnica interpretativa de los alumnos. Para ello se les divide de acuerdo con las secciones instrumentales a las que pertenecen, en donde son atendidos por instructores del más alto nivel, especializados en cada instrumento.

''Los maestros, muy experimentados en su instrumento -sostiene el director de la OSIM-, hacen un gran esfuerzo pedagógico; se invierte en educación musical, y lo importante es que los beneficiarios directos son los niños y jóvenes músicos."

Repertorio con alto grado de dificultad

Como muestra del alto nivel alcanzado por la OSIM, Sergio Ramírez Cárdenas menciona que el repertorio lo integran obras de un alto grado de dificultad, del mismo nivel que interpretan las orquestas profesionales.

En el programa de este año, por ejemplo, ''incluimos a Richard Wagner (Obertura Rienzi), a Manuel de Falla (El amor brujo), a Silvestre Revueltas (''Noche de Jaranas", pieza de La noche de los mayas).

Por segundo año consecutivo asisten al campamento de la OSIM tres nietos del célebre marimbista chiapaneco Zeferino Nadayapa.

Mario, Daniel y Tania Nadayapa Gaytán, de 17, 16 y 13 años, respectivamente, se muestran orgullosos de continuar, por gusto y no por obligación, con la tradición musical familiar iniciada por su abuelo, del que tuvieron el privilegio de recibir clases.

Dice Mario: ''La marimba representa para nosotros una tradición, representa a mi abuelito, a toda mi familia, es una esencia de nosotros, pero también es el amor a un instrumento".

Sus hermanos casi no hablan pero asienten con modestia y con orgullo. Por cierto, en el programa de la OSIM este año también se incluye Veracruz, un popurrí con arreglos para marimba y orquesta del propio Zeferino Nadayapa.

Experiencia emocional y estética

Sólo ver y oír a la Orquesta Sinfónica Infantil de México en ensayo, ya es en sí una experiencia emocional y estética indescriptible. ¿Cómo no conmoverse con la imagen de estos incipientes o futuros maestros de la música? ¿Cómo no agradecer su empeño, su esfuerzo y dedicación?

Y no, no se trata de simples y eficientes ejecutantes. Son ya, en el sentido amplio de la palabra, intérpretes: saben que la música es un vehículo de expresión de algo más que sonidos armónicamente organizados.

A su manera lo dice Cecilia, una violinista de 13 años, de San Luis Potosí: ''El violín es como la voz del corazón que puede expresar las cosas que siento".

(La gira 2005 de la Orquesta Sinfónica Infantil de México empieza este domingo al medio día en el Palacio de Bellas Artes; continuará el 29 en Tampico; el 30, en San Luis Potosí; el 31 en Zacatecas, y el primero de agosto en Durango.)

 
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