Usted está aquí: jueves 21 de julio de 2005 Capital Exigen AI México y el Centro Agustín Pro la liberación de Nadia Zepeda

La estudiante del CCH está presa en Santa Martha acusada por narcomenudeo

Exigen AI México y el Centro Agustín Pro la liberación de Nadia Zepeda

Detenida durante un operativo, sufrió maltrato y abuso sexual de 3 policías: defensores

MIRNA SERVIN VEGA

Ampliar la imagen El director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agust�Pro Ju�z, David Velasco, y la madre de Nadia Zepeda, Carmen Molina, durante la conferencia de prensa para presentar el caso de la joven detenida FOTO Guillermo Sologuren Foto: Guillermo Sologuren

Hace dos años y medio, Nadia Zepeda Molina, quien tenía 18 años de edad, caminaba por calles de la colonia Agrícola Oriental, alrededor de las seis de la tarde, en compañía de su novio y un amigo, cuando se encontraron enmedio de un "operativo especial" contra el narcomenudeo, que realizaba el ahora extinto Grupo Sagitario, de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal.

Nadia era estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Oriente y la razón de su presencia en el lugar fue que acudió a un café Internet para imprimir su historial académico.

Sin embargo, elementos encapuchados subieron a la joven a un camión, donde la retuvieron cuatro horas y la maltrataron y abusaron sexualmente de ella antes de presentarla ante el Ministerio Público acusada de traer 193 grapas de cocaína y artefactos presuntamente utilizados para la venta de la droga.

Dos días después la joven fue trasladada al Reclusorio Oriente, con cargos de delitos contra la salud en su modalidad de comercio, y sólo entonces se le permitió tener contacto con su mamá.

La familia agotó todos los recursos legales para obtener su liberación, pero les fueron negados, aun cuando sus acompañantes recuperaron su libertad días después de lo ocurrido, el 23 de enero de 2003.

Desde entonces, organizaciones civiles y de derechos humanos se manifestaron en contra de estos hechos, y pidieron la revisión del caso a distintas instancias judiciales y penales.

No obstante, el informe rendido por tres policías fue más contundente que las quejas interpuestas contra la autoridad, los testimonios de vecinos sobre las secuelas del operativo en el lugar y peticiones de revisión del caso. Así, se le dictó una sentencia de cinco años de cárcel, de los cuales la joven ha purgado la mitad, actualmente en el Reclusorio Femenil de Santa Martha Acatitla.

Organismos como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y Amnistía Internacional (AI) en México pugnan por el derecho de Nadia a su preliberación, y por una revisión del caso que permita comprobar su inocencia y obtener la reparación del daño.

Las irregularidades

A Nadia Zepeda se le dictó auto de formal prisión la misma semana de su detención, y sentencia 14 meses después. En contraste, las dos averiguaciones previas abiertas en contra de los policías involucrados frente a las fiscalías de Servidores Públicos y de Delitos Sexuales de la procuraduría capitalina, no han tenido resolución. Los elementos identificados por la joven son Fernando Juárez Ramos, Pascual Cruz Castillo y Guillermo Flores Hernández, de quienes la familia no tiene información si aún son miembros activos de la corporación ni de su situación jurídica.

Según informes de la Dirección de Asuntos Internos de la SSP, el expediente sigue abierto, pero no precisó el paradero de los policías inculpados.

La defensa de Nadia documentó irregularidades en su puesta a disposición, como que los uniformados negaron la existencia de un "operativo especial" para su detención, aun cuando hay un parte policiaco en el que quedó asentado el hecho, pero se menciona un número de patrulla falso, y la identificación de los tres policías tiene el mismo folio de credencial y la misma fecha de nacimiento.

De acuerdo con las organizaciones civiles que han seguido el caso, a la joven no se le practicó un examen médico veraz y oportuno que diera cuenta de las lesiones que presentaba y del ataque sexual del que fue víctima.

Para los representantes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, el caso de Nadia demuestra la discrecionalidad e impunidad con la que actúan los cuerpos policiacos en el Distrito Federal.

 
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