Usted está aquí: martes 19 de julio de 2005 Cultura Se soslaya que a Trotsky lo mataron por sus ideas

REPORTAJE / VIGENCIA DE UN PENSAMIENTO

Se soslaya que a Trotsky lo mataron por sus ideas

A casi seis décadas y media del asesinato del fundador del Ejército Rojo, la presunta aparición del instrumento del crimen y el próximo estreno del documental que realiza Adolfo García Videla, vuelven a poner de moda la vida del legendario personaje ruso

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen El fundador del Ej�ito Rojo, 1938, en M�co FOTO Archivo Foto: Archivo

El 20 de agosto próximo se cumplen 65 años del asesinato de León Trotsky (1877-1940) en México. Ramón Mercader, el asesino, le perforó el cráneo con un piolet. El revolucionario ruso murió luego de varias horas de agonía.

No había satélites ni Internet, pero la noticia dio la vuelta al mundo y modificó la historia del siglo XX.

Pese al tiempo transcurrido, el hecho sigue siendo motivo de controversia e interés periodístico. Es comprensible que así ocurra, dadas las circunstancias peliculescas del crimen y la dimensión histórica del personaje asesinado.

El problema -dice el documentalista Adolfo García Videla- es que la anécdota sangrienta ha desplazado de la atención pública lo fundamental: al pensador revolucionario más avanzado de su época lo mataron por sus ideas.

Tres capítulos de media hora

Recordar esas ideas, señalar su absoluta vigencia, es el propósito de la serie documental que García Videla prepara sobre el legendario líder de la Revolución Rusa, fundador del Ejército Rojo, compañero de lucha de Lenin.

La serie está dividida en tres capítulos de media hora. El primero se refiere a la etapa del exilio político de Trostsky en México, el rompimiento con José Stalin, las razones y el contexto sociopolítico en que se da.

El segundo hace un recuento de la vida y obra del revolucionario ruso, previa a su exilio.

La tercera parte, la más importante para el documentalista, recuerda y explica el llamado ''contraproceso" realizado a Trotsky en la casa de Frida Kahlo y Diego Rivera.

El ''contraproceso" -llevado a cabo con absoluta imparcialdidad por notables personalidades de los ámbitos políticos y académicos a escala mundial- demostró la inocencia de León Trotsky frente a las acusaciones que José Stalin le hacía para justificar su persecución y la de sus seguidores.

De acuerdo con el documentalista, la demostración de la inocencia de Trostsky ponía en entredicho el liderazgo y autoridad de Stalin ante los socialistas de todo el mundo.

Eso propició que la persecución contra el fundador del Ejército Rojo se agudizara y culminara con su asesinato.

El documental ha sido financiado en una primera etapa por TVUNAM; el Museo Casa León Trostsky aportó los recursos para una segunda etapa de la realización; el resto se está llevando a cabo con apoyos diversos, entre otros de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal y del propio realizador.

García Videla tiene previsto terminar y realizar la primera exhibición del documental en ocasión del 65 aniversario del asesinato de Trotsky.

Vicisitudes de un piolet

El 21 de abril pasado, Ana Alicia Salas Salas, hija de un agente del antiguo Servicio Secreto de la policía, presentó en el noticiario radiofónico de Jacobo Zabludovsky, De 1 a 3, el piolet con que presuntamente Ramón Mercader cometió el crimen.

Especie de pequeño zapapico de uso común en el alpinismo, durante décadas se le creyó perdido. El objeto aún conserva en su parte más aguda manchas de lo que se presume son restos de sangre de Trotsky.

Ana Alicia Salas explicó a Zabludovsky cómo llegó la herramienta a manos de su padre y finalmente a las suyas (La Jornada, 22 de abril).

A pregunta expresa del periodista, la mujer se dijo dispuesta a permitir que, en un examen de ADN, se comparen los vestigios de sangre en el arma con la de los familiares de Trostsky que viven en México.

La reaparición del piolet volvió a poner el tema en el centro de la atención pública, nacional e internacional.

Tanto así que Zabludovsky ha señalado: "Trotsky está de moda".

Para Adolfo García Videla, ''la famosa historia del piolet resulta sensacionalista", pero tiene ''mucha importancia" porque forma parte de todo un proceso hoy olvidado o prácticamente desconocido.

La renovada atención en el asesinato de Trostsky representa -a juicio del documentalista- la oportunidad de ''abrir o recuperar la discusión sobre un personaje y lo que sus ideas pueden significar para la izquierda mundial en este momento".

En el documental García Videla recorre inevitablemente la biografía de Trotsky pero enfatiza la descripción de su pensamiento político e ideológico en relación con el de Stalin: ''Es imprenscindible mostrar al público cómo y por qué se dio el enfrentamiento que terminó con el asesinato de Trostsky".

Al documentalista le interesa dejar claro que la idea de comunismo defendida por Trotsky no tiene en absoluto que ver con la promovida por Stalin, la misma que ha permitido a los ideólogos anticomunistas combatir a la izquierda:

''Hay que limpiar montones de cosas, tenemos un trabajo enorme y uno de los principios de este trabajo es repensar la izquierda, repensar nuestro socialismo. Hay una nacesidad de discutir y reflexionar el pensamiento de Trotsky como una manera de seguir hacia delante con el socialismo."

Por un socialismo democrático

García Videla recuerda que las diferencias entre Trotsky y Stalin no empezaron con la muerte de Lenin: ''Estuvieron distanciados 13 años.

Trotsky no era un bolchevique. Cuando Stalin lo va a ver a Londres, y ambos se encuentran por primera vez, a Trotsky le interesa mucho su postura pero lo ve tremendamente rígido, mientras que él mantenía una posición socialista democrática.

''Cuando se produce la Revolución Rusa, Trotsky tiene claro que no puede dejar de apoyar al obrero que se levanta, al campesino que se levanta. Dice: vamos a pelearlo y ganarlo juntos, después discutimos. Pero después ya no se pudo, porque Stalin instaura una dictadura burocrática, feroz, terrible, ajena a lo que eran los principios humanistas fundamentales de Trotsky."

La disputa entre ambos líderes dividió a la izquierda mundial. La mayoría se plegó a Stalin. Trotsky se vio obligado a abandonar la Unión Soviética y a comenzar un peregrinaje por varios países en busca de exilio. Luego de infructuosas peticiones, Trostsky es aceptado por el gobierno de Lázaro Cárdenas, a condición de que no intervenga en política interior.

El hecho ocasionó el enojo y las críticas de la izquierda mexicana leal a Stalin, principalmente del Partido Comunista de México (PCM) y de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), liderada por Vicente Lombardo Toledano.

Una respuesta a la decisión de Cárdenas es el atentado contra León Trotsky, encabezado por el pintor David Alfaro Siqueiros, militante del PCM y simpatizante estalinista.

''Ya sabemos -rememora García Videla- lo que hizo el muralista meses antes del atentado que costó la vida al revolucionario ruso: junto a otros 20 miembros del Partido Comunista Mexicano se disfrazó de militar, entró a las tres de la mañana a la casa de Trotsky en Coyoacán, disparando ametralladoras y aventando bombas. Pero todo lo hicieron de manera muy torpe y fallaron."

Pobreza y corrupción, hartazgo

Además de imágenes y documentos de carácter histórico, el documental de Adolfo García Videla incluye entrevistas con militantes trotskistas, analistas, historiadores e inclusive una con la viuda de Cárdenas, Amalia Solórzano, y otra con Octavio Fernández, quien junto a Diego Rivera gestionó el asilo de León Trotsky ante el gobierno cardenista.

De entre la información contenida en el documental, el realizador subraya una y otra vez la que se refiere al ''contraproceso", fundamental para entender desde un punto de vista político e histórico el asesinato de Trotsky y sus repercusiones en el mundo.

-Hace poco se informó de la reaparición del piolet con que asesinaron a Trotsky; poco después se empezó a transmitir una radionovela sobre su asesinato; ahora usted prepara un documental sobre el revolucionario. ¿Está de moda el tema? ¿Es casualidad?

-Yo empecé a trabajar este documental en 1979, en el contexto de una reunión de trotskistas que conmemoron los 40 años del asesinato de Trotsky.

En ese momento no había el fervor ni la sensibilidad ni estaban creadas las condiciones para hablar del tema. No había apoyos económicos. Pero la historia tiene su propia dinámica.

''No creo que sea casual lo que está pasando. Se da en el contexto del surgimiento mundial de una conciencia política generalizada, hay un cansancio de lo que está ocurriendo en el mundo, del hambre, de la humillación, de la corrupción.

''Y entonces se genera el interés y la necesidad de hablar del tema y de buscar en el pasado opciones para el futuro.''

 
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