Usted está aquí: viernes 15 de julio de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Fármacos

Derbez, récord Guiness

Navarrete y el Little Brother

EL MISMO DIA en que el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) determinó ajeno al interés público el nombre de los medicamentos que se consumen en Los Pinos, el canciller Luis Ernesto Derbez dio suficientes muestras de desequilibrio como para invitar a que las indagaciones sobre consumos químicos perturbadores se extiendan hasta Tlatelolco. Del inconfeso Prozac presidencial a los arrebatos casi hormonales y nada diplomáticos del secretario de reacciones faciales: si Vicente espacia sus pifias procurando no generar más de una importante por día, Luis Ernesto ha establecido una marca al producir cuatro en cuestión de horas. Primero, el acelere del convenio migratorio con España, de inmediato desmentido por la contraparte; segundo, la calificación de etarras a ciudadanos en proceso de ser extraditados; tercero, relacionado con el anterior, al dizque disculparse con ignorancia terrorífica aduciendo que no debía haber usado el término "etarras" por la misma razón por la que no le gustaría ser llamado "chilango" y, cuarto, al insistir en su obsesión de llevar civiles o militares mexicanos a misiones de paz de Naciones Unidas, proponiendo una encuesta nacional sobre un tema que ya ha sido rechazado por Los Pinos y que incluso causó la renuncia de una subsecretaria de Relaciones Exteriores.

CUATRO A CERO en unas cuantas horas hacen necesario saber qué medicamentos toma el deprimido aspirante a presidir los Estados Unidos Mexicanos o la OEA, lo que hubiera sucedido primero. Medicamentos, chochos, bachas o lo que sea, pero es necesario saber qué se meten los desenfrenados secretarios de la República Prozac y su pionero jefe, aunque los pudorosos centinelas del IFAI sigan creyendo plenariamente, en el caso específico de la familia presidencial, que preguntar por las compras de botica hechas con dinero público se debe a razones de voyeurismo farmacológico, como si los ciudadanos estuviesen frívolamente interesados en conocer si los funcionarios tienen hemorroides o cólicos y con qué se los atienden, cuando de lo que se trata es de saber la causa de tanta conducta enferma, de tanta vocación declarativa clínica, de tanto virus político desatado, de tanta dolencia pública acumulada (y, para completar el cuadro, la Sedena parece jugar con los sentimientos de los ciudadanos al anunciar un mecanismo ingenioso para enfrentar desastres, pero no políticos sino meramente naturales, un puente metálico desmontable que, según el boletín de prensa respectivo, permitirá "superar las expectativas de los ciudadanos en momentos en que por lo vulnerable de su situación esperan la mayor eficiencia y prontitud" en su rescate).

INNECESARIAS HAN RESULTADO las provisiones de sedantes largamente acumuladas por los mexicanos todos desde que muchos meses atrás el procurador de justicia del estado de México había advertido que provocaría estremecimiento nacional cuando develara el desenlace de las indagaciones sobre la muerte de un hermano del jefe Salinas. Alfonso Navarrete de Gortari ha pretendido inflar su espectáculo como si fuera final de Big Brother o de La Academia, inventando tensiones y expectativas, subiendo de tono lo que no pasa de un bostezo previamente arreglado. Incluso, muy en la línea de los enfrentamientos entre autoridades hoy tan de moda, el comisionado de la familia Salinas en Toluca (Navarrete, no Montiel) se ha lanzado contra la procuraduría federal de justicia donde el licenciado Cabeza de Vaca nada más da fe notarial del despiporre circundante. Que los Afis, que la extorsión, que el compló federal -confabulación, dijo el gran Poncho Sa(l)inete Prida- y que todo sea con la esperanza de ver si en la venidera administración de Enrique Peña Miento (mentiras formalizadas ante notario, aunque éste sea de cabeza humana) el justiciero procurador es ratificado (amantes del chiste barato: absténganse de jugar con el lugar común ese de la presunta etimología roedora del verbo ratificar).

Y ASI LLEGA un fin de semana más, con la píldora del día siguiente como mercancía destacada en los estantes de la botica nacional del escándalo y similares; con el peje en ruta de salida que ya no logra colocar temas de distracción en la agenda nacional, como el de la supuesta conspiración del IFE para impedirle que junte centavitos populares para financiar su campaña presidencial (interesados, llevar gallinas y guajolotes a una cuenta bancaria por definir, tal vez Rayomer, el banco de la esperanza); y con dos nuevas sanguijuelas partidistas, la Alternativa de Patricia Mercado, que ya le agarró gusto a las candidaturas presidenciales sabidamente destinadas al fracaso, fervores socialdemócratas y campesinos especializados en volver profesión el merodeo financiado de lo marginal, y la otra alternativa, la de la profesora maltratada en el PRI, el famoso Panal (Partido Nueva Alianza) de Elbabeja Reina que así chupará más recursos públicos para su colmena privada.

ASTILLAS: LA DESAPARICION Y muy probable muerte de Alfredo Jiménez Mota, reportero de El Imparcial de Hermosillo, Sonora, se está convirtiendo en material de guerra entre bandos políticos y policiales, mediante filtraciones de videos e insinuaciones envenenadas de inocencias y culpabilidades a gusto de cada bando. El batidillo reciente involucra al jefe de la policía estatal de Sonora, Roberto Tapia Chan (obviamente nombrado por el gobernador Eduardo Bours), porque unas hermanas (Elva y Johana Palma Morquecho) dicen que al haber sido secuestradas se enteraron de asesinatos realizados por mafiosos (una de las víctimas sería el reportero Jiménez Mota) y de una llamada telefónica del jefe policiaco Tapia Chan. Del lado estatal creen que las maniobras tratan de encubrir a funcionarios de la PGR. En medio de esas pugnas se relega lo básico: la impunidad con que hoy cualquier bando de poder (municipal, estatal o federal; gubernamental o admitidamente delincuente) ataca a periodistas, y el pasmo de éstos, y de la sociedad, ante las agresiones reiteradas. ¡Hasta el próximo lunes!

* Fax: 5605-2099 * [email protected] *

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.