Usted está aquí: viernes 15 de julio de 2005 Cultura Más allá del entretenimiento, ''los padres exigen que los juguetes sean educativos''

Inauguran exposición conmemorativa por los 75 años de un sello emblemático

Más allá del entretenimiento, ''los padres exigen que los juguetes sean educativos''

''En el mercado hay espacio para todos; todavía se venden trompos'', señala el director general de Mattel

La muestra incluye piezas creadas desde 1930 hasta la actualidad

MONICA MATEOS-VEGA

En los años recientes, la expectativa de los padres de familia con respecto a la función de los juguetes ha crecido. Ya no esperan que un muñeco sólo entretenga a sus hijos, sino exigen que sea educativo, afirmó Gabriel Zalzman, director general de Mattel de México, durante la inauguración ayer de una exposición de juguetes originales de 1930 a la fecha, en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Zalzman agregó que la industria juguetera es una de las más exitosas del país y que las piezas fabricadas por ellos no compiten de manera desleal con los juguetes tradicionales: ''En el mercado hay espacio para todos; todavía se venden muchos trompos''.

Detalló que la marca Fisher Price (integrada a Mattel) ha incrementado la venta de juguetes para bebés cada vez más pequeños a petición de las familias, lo cual compensa el hecho de que los niños grandes prefieren los videojuegos.

Labor altruista

Cada pieza que lanza al mercado esa compañía tiene atrás por lo menos cinco años de investigación y desarrollo. En 1961 fundaron el primer Laboratorio del Juguete, el cual sigue funcionando. Ahí, además de observar cómo se desenvuelven los pequeños, realizan sesiones especiales con inventores de juguetes.

Anualmente se revisan unos 2 mil 500 productos, de los cuales menos de 50 llegan a la etapa de inspección final. Más de dos mil niños pequeños (llamados ''evaluadores oficiales del juguetes'') participan en este laboratorio para determinar cuáles serán los productos de la siguiente temporada.

Las características primordiales de cada pieza deben ser ''no bélicos, de construcción fuerte, precios accesibles para todos y mecanismos innovadores'', además de un toque artístico.

La muestra, que ayer abrió sus puertas en ese recinto de la CFE, ubicado en la segunda sección del bosque de Chapultepec, junto a Papalote Museo del Niño, concluirá el primero de agosto. Está conformada por piezas de coleccionistas privados y celebra 75 años de la marca Fisher-Price.

Están presentes desde el patito Dr. Doodle, construido de madera y latón, hasta el Popeye con ruedas y el primer Snoopy Sniffer, que se ha mantenido en catálogo (con algunas modificaciones en el diseño) durante 44 años.

En 1931 los padres de familia podían comprar estos juguetes en menos de tres dólares; en la actualidad, una pieza de las exhibidas, en buenas condiciones, puede valer hasta mil.

También como parte de los festejos, la empresa donará más de mil juguetes para crear espacios de estimulación temprana y aprendizaje en 20 centros comunitarios de desarrollo infantil (CCDI) de las delegaciones Tlalpan, Magdalena Contreras, Iztapalapa y Cuajimalpa, así como en Nezahualcóyotl y Chalco.

Estos centros fueron creados por la institución de asistencia privada Nuestros Niños, con el propósito de atender a los pequeños ''tomando en cuenta su desarrollo cognoscitivo, emocional, afectivo, de salud y nutrición''. Actualmente existen en México 62 CCDI que benefician a 3 mil 500 infantes.

 
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