Usted está aquí: domingo 10 de julio de 2005 Mundo Se desvía Dennis y se salva La Habana

El huracán se desplaza ahora por el estrecho de Florida; baja a categoría uno

Se desvía Dennis y se salva La Habana

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El poblado de Guanabo, famoso por sus playas, fue duramente golpeado por el meteoro FOTO Reuters Foto: Reuters

La Habana, 9 de julio. Sólo a última hora pudo respirar tranquilamente la ciudad de La Habana. Pasaban las ocho de la noche del viernes cuando el huracán Dennis había machacado poblados enteros y avanzaba en línea recta hacia la capital.

Es impredecible el daño que hubiera causado un furioso remolino de viento sobre la ciudad que concentra a casi la quinta parte de la población del país y tiene una gran porción de sus viviendas en malas condiciones.

Los circuitos eléctricos se fueron apagando hasta que Cuba quedó casi completamente a oscuras, esperando el golpe final que pudo ser contra esta ciudad, principal centro de actividad económica.

Pero en el último tramo, en lugar de mantener la ruta que traía en paralelo a la autopista nacional, más conocida como Ocho-Vías, que desemboca en el municipio El Cotorro, en las goteras de La Habana, Dennis hizo leve inflexión hacia el noreste.

El desvío salvó a la capital de un desastre. El meteoro se fue sobre el pequeño poblado de Jaruco y salió a la medianoche por la costa norte, entre el barrio de Brisas del Mar y la localidad de Boca de Jaruco, justo en el límite oriental de La Habana.

A oscuras y sin comunicación telefónica con el exterior por algunas horas, la capital de Cuba escuchó el trepidar de los vientos huracanados, mientras Dennis terminaba su paso redoblado por la isla, que duró casi exactamente 24 horas, de principio a fin del viernes 8 de julio.

Como manchas rojas en un tiro al blanco, el huracán dejó marcados sus impactos más agresivos en el mapa cubano: una lengua de tierra en el sureste (provincias Granma y Santiago de Cuba), la bahía de Cienfuegos, en la costa surcentral y tres puntos en diagonal, con rumbo al noroeste, que cruzan las provincias de Cienfuegos, Matanzas y La Habana, la entidad que bordea a la capital.

El ojo de Dennis pasó primero sobre el Cabo Cruz (Granma), siguió por el mar y ahí ganó fuerza, avivado por altas temperaturas. Golpeó de lleno a Cienfuegos, con vientos sostenidos de 240 kilómetros por hora, convertido en huracán de categoría 4 de la escala Saffir-Simpson de cinco niveles.

Pero el choque con tierra y el dique del macizo montañoso del Escambray, en el centro de la isla, lo fueron debilitando y desdibujaron su centro.

Dennis salió al estrecho de Florida en la madrugada del sábado con categoría uno y vientos de 160 kilómetros por hora, aunque el trayecto marino le puede devolver aún la fuerza anterior.

La capital cubana amaneció todavía con rachas de viento fuertes, a veces silbantes, a veces graves como la sirena de un barco y aguaceros intermitentes. Pero todo estaba lejos del escenario calamitoso que se pronosticaba la noche anterior.

Hay semáforos retorcidos, montones de ramas de árboles tirados en las aceras y las calles y algunos derrumbes menores y sin víctimas en el barrio Centro Habana.

El mar aún golpea con fuerza en el Malecón y sus olas bañan esa vía rápida, por la que, sin embargo, se puede transitar.

La ciudad había pasado la mayor parte del día sin energía eléctrica. Sólo algunos tramos del litoral norte volvieron a prender sus focos al caer la tarde del sábado.

Una vasta porción del país estaba sin electricidad, desde la tarde del viernes, por lo cual una buena parte de la población no podía seguir las transmisiones continuas de la televisión, con reportes de los sucesos.

Pero siempre quedaba una opción: el audio de la televisora central se capta en la banda de FM y las estaciones radiales también mantienen los partes sin cesar.

Las dimensiones y los detalles de la tragedia empezaron a conocerse desde la noche del viernes.

El primer secretario del Partido Comunista de Cuba en Granma, Lázaro Expósito, explicó vía telefónica a la cadena de radio y televisión que la niña muerta a los 18 días de nacida se asfixió en brazos de su madre. La mujer tapó a la menor con una frazada y la apretó con fuerza, camino a un refugio.

Expósito también contó que en el poblado de Belén dos hermanas quincuagenarias murieron en su propia casa, sepultadas bajo una cama, luego que se derrumbó la vivienda. La Defensa Civil trató de sacarlas del lugar, con riesgo de inundación, pero ellas se negaron. La casa parecía en buen estado, dijo el líder partidario.

A la jovencita de 13 años que está entre los 10 fallecidos el viernes también se le cayó encima una pared de una casa que parecía resistente, en el poblado de Niquero.

Expósito ilustró con sus apuntes la debilidad de Granma, una de las provincias más pobres: en Cabo Cruz hay sólo 128 viviendas. Once de ellas tienen techo de cemento y varilla. Fueron las que quedaron vivas.

En Niquero, con 41 mil 900 habitantes, hay 11 mil 776 viviendas, y se consideran en mal estado 9 mil 420. Sus techos son de guano (fibra vegetal) o de teja. Todas estas resultaron dañadas total o parcialmente.

En Pilón: 32 mil habitantes y 8 mil 300 viviendas. Seis mil de ellas están catalogada en mal estado. Todas fueron dañadas en parte o derrumbadas.

En Manzanillo, capital económica de la provincia, las olas llegaron hasta seis metros de alto e inundaron parte de la ciudad.

En la provincia de Santiago de Cuba hubo cientos de viviendas derrumbadas, crecida de ríos e inundaciones en la zona montañosa, con mayores perjuicios en los poblados de Guamá y Tercer Frente.

En la provincia de Cienfuegos se reportaron daños diversos aún sin cuantificar en la ciudad del mismo nombre, capital regional, donde hubo destrucciones parciales en los hoteles Jagua y Pasacaballo y en pérdida de cultivos en los municipios agrícolas de Abreus y Aguada de Pasajeros. Santa Cruz del Sur, en Camagüey y Ciénega de Zapata y Jagüey Grande, en Matanzas, estaban entre los puntos más golpeados.

La mayor parte de la capital de Cuba se enfilaba este sábado a su segunda noche de oscuridad.

 
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