Usted está aquí: miércoles 22 de junio de 2005 Política Reivindica Fox su derecho a apoyar al PAN en las elecciones presidenciales

Argumenta que no tiene por qué ser "árbitro" de los comicios, como se hacía antes

Reivindica Fox su derecho a apoyar al PAN en las elecciones presidenciales

ROSA ELVIRA VARGAS Y JUAN PABLO DUCH ENVIADA Y CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El presidente Vicente Fox saluda a su hom�o ruso, Vladimir Putin, al inicio del encuentro que sostuvieron ayer en Mosc�nde el mandatario mexicano realiza una gira de trabajo FOTO Ap Foto: Ap

Moscú, 21 de junio. Aunque según su afirmación "en la democracia no hay pronósticos", el presidente Vicente Fox está decidido a empujar "a contracorriente" las predicciones y ayudar públicamente al PAN en las elecciones de 2006. Su razonamiento es que si ya existen en México instituciones responsables de la conducción de los comicios, entonces él no necesita ser árbitro de los mismos y, por tanto, tiene todo el derecho de defender públicamente su proyecto de gobierno y a su partido político.

"Yo pretendo hacer eso en este proceso electoral. Sé que voy a contracorriente, sé que es una cultura ésta muy reafirmada en México, en la que se insiste en que el Presidente de la República debe estar por encima y continuar siendo árbitro del proceso electoral'" Pero, ahí mismo, reivindicó su prerrogativa de intervenir abiertamente, pues en una "democracia bien consolidada" eso se vale.

De hecho, manifestó su interés en ver avanzar en esos "puntos finos" la cultura democrática mexicana.

Como si la mayoría de los mexicanos no hubiese percibido ya su abierta participación en el escenario prelectoral a lo largo de las semanas recientes, Fox la reivindicó de manera palmaria.

El no simulará como sus antecesores. Según su análisis, los ex presidentes metían mano en el proceso electoral y en las urnas, pero al mismo tiempo presentaban una cara de no participación e injerencia en los comicios.

Un "doble juego", planteó, a partir del cual se generó una cultura que, dijo, "a mí no me parece democrática" y a la cual todavía algunos defienden y exigen apego.

En el Instituto Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales, donde dictó una conferencia magistral, el mandatario definió el 2 de julio de 2000 como "el fin de una dictadura", resultado de la lucha de importantes movimientos sociales -ferrocarrileros, médicos, ma-estros, estudiantes- durante las décadas de los cincuenta y sesenta para lograr democracia en todos los espacios de la vida pública.

A esos años siguió el despertar de una "conciencia crítica" en los años setenta y de importantes luchas políticas y sociales en los ochenta y noventa, todo lo cual minó, según Fox, las bases que sostenían a un gobierno "autoritario y represor" y permitieron, finalmente, el arribo de México a la democracia.

Desde su planteamiento, la alternancia en la Presidencia de la República puso fin a un sistema dictatorial perpetuado y escondido bajo elecciones aparentemente democráticas, se terminó con los viejos vicios y ahora se vive sin imposiciones ni centralismo. "Hoy nos regimos por una gobernabilidad democrática", expuso.

Según el Presidente, a partir de 2000 se ha podido emprender una lucha permanente contra los males que, como la corrupción y la falta de transparencia, se enquistaron durante años en el cuerpo de la administración pública. Gracias a ese cambio, subrayó, México tiene hoy un crecimiento económico superior a 4 por ciento anual y una gran estabilidad macroeconómica.

Por todo lo anterior, una vez más anunció su adhesión a la "gran convocatoria" para celebrar la fecha de su triunfo en las urnas, esa "fiesta de la democracia" a la cual "me han invitado y ahí estaré, por supuesto".

Entonces aprovechó para contarle a su auditorio -casi todos rusos, académicos y estudiantes con dominio del español- lo "curioso" del fenómeno político mexicano. Con mucho esfuerzo y talento se generaron, dijo, instituciones para arbitrar los procesos electorales, lo cual estuvo muchos años bajo la égida del Presidente de la República, "y ya ustedes conocen lo que es ser juez y parte: siempre se despachó con la cuchara grande y siempre ganó el PRI por 70 años".

Hoy, planteó Fox, ya existe un Instituto Federal Electoral, un tribunal federal, institutos estatales, tribunales estatales, responsables todos, constitucionalmente, de conducir, de hacer el arbitraje, de asegurar equidad y resultados limpios y transparentes en todos los comicios.

Sin embargo, la anterior situación generó "un fuerte sentimiento de culpa" en el Presidente de la República, por el cual, según el mandatario, al tiempo que "metía la mano" en los procesos aparentaba no participar ni tener injerencia alguna.

Ahora, cuando la situación es distinta, para Fox resultan antidemocráticas las voces que le exigen estar por encima y continuar como árbitro de las elecciones.

Para los comicios de 2006 no será así, y aun a contracorriente él promoverá a su partido, sus valores y su proyecto de gobierno.

Y a su candidato, se sobrentiende, aunque eso ya no llegó a plantearlo.

 
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