Usted está aquí: lunes 20 de junio de 2005 Política México pide a Estados Unidos más cooperación contra tráfico de armas

Acuerdan realizar acciones conjuntas para reducir la violencia en la región fronteriza

México pide a Estados Unidos más cooperación contra tráfico de armas

PATRICIA MUÑOZ RIOS Y REUTERS

La Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Relaciones Exteriores acordaron con la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos del Departamento de Justicia de Estados Unidos fortalecer los mecanismos para detectar y combatir el tráfico de armas tendiente a enfrentar la problemática de inseguridad y violencia en la frontera norte.

El Grupo Plenario de Procuración de Justicia México-Estados Unidos llevó a cabo una reunión este fin de semana en la que el tema principal fue el tráfico de armamento. En el encuentro se revisaron las medidas bilaterales en la materia y se convino mejorar la efectividad de la lucha anticrimen.

La cancillería dio a conocer ayer los acuerdos a los cuales llegaron los representantes de ambos países, entre los que se encuentra la decisión bilateral de aumentar la capacidad de rastreo de armas en los estados fronterizos.

Se determinó, asimismo, llevar a cabo un mayor intercambio de información "en tiempo real" para apoyar las investigaciones del Ministerio Público en estados fronterizos.

El grupo convino reactivar los enlaces fronterizos de la Policía Federal Preventiva y de la Procuraduría General de la República con sus contrapartes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos.

Otro de los acuerdos fue fortalecer los procedimientos para llevar a cabo análisis posteriores e investigaciones sobre el aseguramiento de armas, con el propósito de determinar su origen, rutas y destino final.

Los dos gobiernos se comprometieron a dar seguimiento a estas iniciativas en el marco del Grupo de Trabajo de Armas, ya que coincidieron en la necesidad de fortalecer los mecanismos de coordinación e intercambio de información para mejorar las técnicas de identificación, detección e intercepción de todo tipo de armamento.

Las PGR y la cancillería solicitaron a sus contrapartes estadunidenses incrementar las medidas de vigilancia para prevenir el comercio negro de armamento.

En la reunión se consideró que los grupos criminales que operan en la frontera tienen acceso fácil a las armas y que es preciso cortar el flujo de éstas, cerrar las rutas de origen y destino, hacer un marcaje de los productores y sus revendedores, y tomar otras decisiones para poder reducir los índices de violencia e inseguridad en la región fronteriza.

La semana pasada, policías federales y militares iniciaron el patrullaje de varias ciudades en la frontera entre ambos países -de 3 mil 200 kilómetros- para tratar de frenar la violencia desatada por ajustes de cuentas entre cárteles de la droga y por el combate del gobierno del presidente Fox a estas bandas.

En Nuevo Laredo, Tamaulipas, en la frontera con Texas -importante punto para el tráfico de cocaína, mariguana y anfetaminas-, la policía local fue prácticamente desintegrada por sospechas de vínculos con los narcotraficantes.

Antes del operativo militar y policiaco denominado México Seguro, supuestos sicarios de la droga asesinaron al jefe de seguridad de Nuevo Laredo, Alejandro Domínguez, apenas unas horas antes de haber asumido el cargo.

Los asesinatos no han cesado a pesar de la presencia de los efectivos militares.

Más de 500 personas han sido asesinadas en el país en lo que va del año en relación con el narcotráfico, la mayoría de miembros de los cárteles de Sinaloa y del Golfo, que pelean por el control de las rutas de la droga hacia Estados Unidos.

México y Estados Unidos, socios comerciales junto con Canadá en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), han tenido varios episodios de discrepancias este año por el control de la violencia en la frontera.

Estados Unidos ha lanzado advertencias a sus ciudadanos de no viajar a la frontera mexicana. En Nuevo León han sido asesinados más de 30 estadunidenses en los últimos ocho meses.

El presidente Vicente Fox Quesada, cuyo gobierno ha reconocido un incremento de la violencia por el reacomodo de los cárteles de la droga, ha asegurado que no se detendrá el combate al narcotráfico ni la depuración de los cuerpos policiacos.

 
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