Usted está aquí: viernes 17 de junio de 2005 Mundo Homenaje a víctimas de bombardeo a la Plaza de Mayo tras 50 años de silencio

Más de 350 personas murieron en el intento por derrocar a Juan Domingo Perón

Homenaje a víctimas de bombardeo a la Plaza de Mayo tras 50 años de silencio

El ataque de 1955, preludio a la instalación de la dictadura militar en Argentina

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 16 de junio. Después de décadas de silencio sobre uno de los hechos más sangrientos de la historia argentina, este jueves el gobierno encabezó uno de los actos de homenaje a las víctimas del bombardeo de aviones de la marina a la Plaza de Mayo, en un intento por derrocar al entonces presidente Juan Domingo Perón, que dejó más de 350 muertos, entre ellos un grupo de escolares, y casi un millar de heridos.

Han pasado 50 años de aquel bombardeo que señaló el comienzo de la acción militar que, con apoyo de la oligarquía y sectores de la cúpula de la Iglesia católica local, instauraría sólo dos meses más tarde la llamada Revolución Libertadora, que impuso una larga dictadura y sucesivos gobiernos militares, además de proscribir al peronismo, el movimiento político más importante y enraizado en las masas.

Aquel 16 de junio de 1955 una treintena de aviones navales, algunos con la inscripción "Cristo vence" en el fuselaje, lanzaron más de cien bombas sobre la Casa Rosada (sede del gobierno), el Congreso, el Ministerio de Obras Públicas y la casa presidencial, que entonces estaba también en el centro de Buenos Aires.

Cuando las columnas sindicales que apoyaban a Perón comenzaban a reunirse en la Plaza de Mayo, continuaba el ataque, también con metralla. Una de las bombas alcanzó a un trolebús que circulaba por la cercana avenida Paseo Colón, con escolares del interior del país que visitaban la capital por primera vez. Ninguno sobrevivió.

El homenaje central tuvo lugar en la Casa Rosada, y fue encabezado por el presidente Néstor Kirchner, con la asistencia de los familiares de las víctimas de aquel bombardeo, que luego gozaría de la complicidad del silencio, incluso de sectores progresistas que nunca debieron olvidarlo, aun cuando fueran opositores a Perón.

A las 12:40, hora en que comenzaron a caer las bombas, centenares de personas gritaron "presente" a la lectura de los nombres de los asesinados en uno de los episodios "más trágicos y olvidados de nuestra historia", como lo calificó el gobierno en un aviso pago.

Aquel alzamiento fue sofocado seis horas después de su inicio, y al conocerse el apoyo de sectores de la cúpula eclesiástica y de la oligarquía criolla, grupos de manifestantes atacaron varias iglesias, entre ellas la Catedral metropolitana, lo que terminó con Perón excomulgado.

Agresores tratados como héroes

Los pilotos de aquellos 30 aviones navales se refugiaron en Uruguay, pero regresaron con el triunfo del golpe poco después y fueron tratados como héroes.

Para muchos analistas, el bombardeo de 1955 inauguró décadas de violencia, cuya culminación trágica fue la dictadura militar que se instaló el 24 de marzo de 1976 hasta 1983, dejando 30 mil desaparecidos.

La llamada Revolución Libertadora instalada en 1955 fue responsable de los fusilamientos de un grupo de militares y civiles peronistas en 1956, hecho magistralmente narrado por el periodista y escritor Rodolfo Walsh, desaparecido por la última dictadura.

Entre los marinos que participaron en los bombardeos a la Plaza de Mayo estaba un hermano del más tarde dictador Emilio Massera, jefe en los años 70 de la Escuela de Mecánica de la Armada, cuyos aviones realizarían entonces los vuelos de la muerte, en los que lanzaban detenidos sedados y atados al mar.

El homenaje a las víctimas de aquel 16 de junio de 1955 se da en momentos en que la lucha contra la impunidad registró un histórico avance, con el reciente fallo de la Corte Suprema Argentina, que declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, dictadas en los primeros años de transición democrática, y que ampararon la impunidad los criminales de la dictadura.

Ahora, los organismos de derechos humanos, e incluso el jefe del ejército, Roberto Bendini, se declaran en favor de anular los indultos a los integrantes de las juntas militares de gobierno de la dictadura, dictados por el entonces presidente Carlos Menem en 1989 y 1990.

También el ministro de Defensa, José Pampuro, dijo "que los máximos responsables estén indultados y que quienes recibieron órdenes sean juzgados, es una anormalidad".

El fallo de la Suprema Corte permitirá la reapertura de unas 40 causas paralizadas por las leyes de impunidad. Ya hay causas reabiertas después que el Congreso, a instancias del actual gobierno, votó la nulidad en 2003, pero faltaba el fallo del máximo tribunal para abrir el camino a la justicia.

En estos momentos hay casi 160 detenidos por esas causas y también por la de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur.

Sobre la anulación de los indultos, el jefe de gabinete, Alberto Fernández, advirtió: "no sé, jurídicamente es factible", mientras que el ministro de Justicia, Horacio Rosatti, dijo que "el ámbito del Poder Judicial sería el propicio" para tratar el tema.

 
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