Usted está aquí: lunes 13 de junio de 2005 Economía Reducir gasto público, riesgo para la estabilidad política

La banca no cumplido su función: economista de la UNAM

Reducir gasto público, riesgo para la estabilidad política

ANTONIO CASTELLANOS

México, donde el ingreso está altamente concentrado, el costo social de un menor gasto público puede ser muy alto y podría poner en riesgo la estabilidad política del país, advirtió Benjamín García Páez, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM.

Es necesario que el gobierno federal evalúe las consecuencias de perpetuar objetivos como reducir el déficit del sector público y de sus necesidades de crédito como condiciones para alcanzar la estabilidad macroeconómica.

El gobierno mexicano, dijo, tuvo un éxito en alcanzar esta meta en los pasados 15 años, y la reducción del déficit presupuestal refleja tanto una menor participación del sector público, como una menor demanda de recursos financieros.

Se debe mencionar que esta última fue posible por el programa de privatización masivo llevado a cabo por el gobierno federal. Ahora, el sector financiero opera con menores regulaciones y menor intervención gubernamental.

No obstante las bondades en la estabilización de estas variables, el gobierno mexicano tiene que evaluar las consecuencias de perpetuar estos objetivos de política económica, porque el impacto de la contracción del gasto público en infraestructura productiva y el ambiente de rentabilidad general se han visto afectados.

En su análisis, García Páez, enfatizó que no hay evidencia de que la inversión pública sea menos productiva que la privada. Más de tres décadas de 1970 a 2000 de altas tasas de crecimiento económico con intervención gubernamental así lo demuestran.

Sostuvo que la modernización del sistema financiero, pensada para fomentar el ahorro y la inversión y, por esa vía, elevar el nivel de vida de los mexicanos, es un proceso inacabado. Se avanzó en abatir las tasas pasivas de interés, pero el nivel de asignación de los fondos prestables resulta insuficiente para las necesidades de crecimiento económico del país.

La percepción de los riesgos de la banca sigue siendo alta y restrictiva del crédito a la empresa privada, sobre todo porque la demanda de recursos del sector público y del Instituto de Protección al Ahorro Bancario es elevada.

En esta estrategia, precisó el investigador universitario, México ha eliminado barreras al comercio y a los movimientos de capitales en espera de que el acceso a recursos ampliados fortalezca los mercados financieros locales, se creen ventajas competitivas y facilidades de fondeo de la banca extranjera para apoyar la economía.

Asimismo, agregó, para generar un marco institucional moderno se eliminaron todas las restricciones legales para facilitar la penetración de la banca internacional, cuyo control de los activos de la banca múltiple y de la cartera de crédito alcanza actualmente más de 85 por ciento.

Como consecuencia de lo anterior, el abrupto desmantelamiento del proteccionismo financiero en ausencia de sistemas apropiados de regulación a la liberalización de los mercados financieros, condujo a una situación inapropiada: de un contexto de estricta represión financiera se pasó a una especie de libertinaje financiero.

Manifestó que no sólo se canceló la mayoría de los controles gubernamentales en la asignación y expansión del crédito, también se otorgó plena autonomía a los banqueros para establecer las tasas de interés, a la vez que se intensificó la concesión de franquicias de nuevas instituciones bancarias. Por ello, concluyó es necesario impulsar el gasto público para no poner en riesgo la estabilidad política del país.

 
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