Usted está aquí: sábado 11 de junio de 2005 Opinión JAZZ

JAZZ

Antonio Malacara

3 Mother Funkers

Música para caminar con estilo, su primer disco

Ampliar la imagen Los 3 Mother Funkers en plena actuaci�

LOS TAPATIOS DE 3 Mother Funkers estuvieron de visita en el DF para presentar su primer disco, Música para caminar con estilo, y resultó ser un muy agradable encuentro con la energía, el ponch, la irreverencia y la buena música. Desde el filo de los primeros compases, el septeto nos sorprende con la amplitud de sus conceptos alrededor del funk jazz; las piezas no se clonan unas a otras, logran navegar con solvencia en un género poco explotado en México, dado que no pocos de los grupos funkeros que han desfilado por nuestros escenarios terminan parafraseando sus estrecheces y las rolas se suceden con absurdas y agüevantes semejanzas.

PERO ESTOS SIETE mother funkers tienen idea. Los saxos de Giampaolo Galasso y Arturo Santillanes, la trompeta de Chemín Santillanes y el trombón de Gerry Esparza forman un impresionante muro de poder que no sólo sirve como telón de fondo a la guitarra de Werther Ellerbrock o a la vigorosa plataforma de Alejandro Saat y Diego Escobar (bajo y batería); los pitos sueltan amarras de inmediato y nos sacuden hasta la última neurona.

ESTA ADEMAS LA presencia del joven maestro DJ Scrashit, echando desmadre e interactuando impecablemente, al menos en dos ocasiones, con la acidez de los sentidos y tornamesas, mostrando un total entendimiento de la dinámica del grupo y demostrando que estas vertientes de la electrónica pueden ir mucho más allá de los ponchis ponchis y las precoces eyaculaciones de adolescentes en éxtasis. Lamentablemente, Scrashit es un músico invitado, y el acid jazz sólo se muestra a cuentagotas.

EL PROYECTO ES encabezado por Alejandro Saat Cobián (también conocido como Kruppa) y su bajo fretless; él compone la mayor parte de los temas, hace los arreglos y marca las rutas. La primera formación de 3 Mother Funkers se dio precisamente como trío, en agosto de 2002, con Kruppa en el bajo, Diego Masciarelli a la batería y Omar Ramírez en el órgano; los tres habían trabajado juntos en grupos como Galápago, Pitecantropus Erectus y Estaca Brown, con propuestas que atisbaban entre el rock, el jazz, el funk, la electrónica y la música latina.

EN NOVIEMBRE DEL mismo año el grupo se convierte en cuarteto con la incorporación de Werther Ellerbrock, quien a pesar de ser originario de Guadalajara, había desarrollado ya una carrera como guitarrista de blues en Boston. El sonido crece y se diversifica, pero el nombre se mantiene como 3MF. "El nombre se deriva -nos comenta Saat- de la manera afectuosa en que se refieren los músicos de blues y jazz en Estados Unidos el uno al otro, '¡Hey motherfucker!', pero se han dado casos en que nos presentan así, como 3 Mother Fuckers, y a nosotros pues nomás nos da risa."

CON LAS PRIMERAS composiciones originales de Alejandro Saat, MofoFunk y Latina, el bajista se da cuenta que necesita una sección de metales para lograr el efecto deseado; es entonces que convocan a Arturo Santillanes (sax tenor), Chemín Santillanes (trompeta) y Gerry Esparza (trombón), todos provenientes del grupo Plástico, y debutan de esta manera el 29 de agosto de 2003 en el Bombay Lounge, ante un lleno total que los coloca de inmediato entre los mejores y mejor cotizados grupos de Guadalajara.

LA IDEA AHORA es abrir el campo de acción, y con Música para caminar con estilo bajo el brazo, un disco con apenas un mes de haber sido editado, 3MF le llega al público del DF, donde seguramente van a propagar la epidemia de la emoción, del baile y de la adrenalina que revienta los sentidos de las buenas y malas conciencias. Se trata en verdad de una banda de excepción. Para viajar con las entrañas.

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