La Jornada Semanal,   domingo 5 de junio  de 2005        núm. 535
 
   CINEXCUSAS   

LUIS TOVAR

MALINCHOVINISMO (I DE II)
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Quiero entender pero no puedo: ¿por qué será que a Tantos le resulta imposible reconocer las cualidades, el valor o la calidad de algo o de alguien por la simple e insuficiente causa —que no razón— de que no les gusta? ¿Y por qué será que basta con que ese reconocimiento venga de afuera, de otro país, para que el radical cambio de opinión sea tan automático que parece reflejo condicionado?

El quincuagésimo octavo Festival de Cine de Cannes ha sido la más reciente manifestación de ese malinchovinismo que tantas y tantas páginas y espacios electromediáticos suele alimentar, primero con su adjetivación descalificatoriamente airada, y luego con su retahíla de lugares comunes, tan zalameros o perdonavidas como contradictorios.

Muerto de gusto, Tantos dijo y escribió por todos lados acerca de la supuesta maravilla de que este año Cannes estuviera tan mexicano: que si Salma en el jurado, que si Reygadas en la competencia donde ya quisiera Ripstein, que si los cortometrajes, nuestro recurrente caballito de batalla, que si la opera prima Sangre... Y no lo dijo explícitamente, pero de seguro Tantos pensó que con una delegación así de numerosa, por fuerza tenía que caer algún premio en manos mexicanas. Y esa idea, como pudo leerse y escucharse antes de que los premios fueran repartidos, llenaba a Tantos de un triunfalismo a priori para el que poco podía contar el concreto quién.

DOS CABEZAS

Pero como Tantos no tiene la ventaja de poseer una sola cabeza, cosa que le sería muy útil para ponerse de acuerdo consigo mismo, conforme avanzó el Festival fue permitiendo —o siendo incapaz de impedir, que no es lo mismo— que alguna de sus cabezas tomara la batuta y opinara que si Algún Extranjero había opinado que Batalla en el cielo provocó rechiflas y abandono de la sala, entonces Tantos tenía que opinar que el segundo largometraje de Carlos Reygadas era poco menos que un eficaz engañabobos. Lo cual, de entrada, debió ser harto terapéutico al aflojar en parte la tensión a la que debe estar sometido un ser así de propenso a la esquizofrenia, capaz de primero congratularse por la muchedúmbrica presencia mexicana en Cannes, para casi de inmediato hacer el denuesto furibundo de la inclusión de una película y un cineasta más bien incómodos, a los que de motu propio Tantos no les concedería el —por otra parte— no solicitado privilegio de la "anuencia" local, y a los cuales tolera, pero cómo no, sólo porque fue Algún Extranjero el responsable de que estuviera concursando por la Palma de Oro, ése sí, buscado privilegio que no han conseguido en años películas y cineastas más bien cómodos para Tantos, donde cómodos quiere decir, entre otras cosas, conocido, asimilado, de muchos modos folclorizante...

TRES CABEZAS

Tuvo que llegar un tercer encéfalo de Tantos para poner de acuerdo a los dos primeros, cosa que no consiguió sin esfuerzo ni completa. Qué bien le vino a su agria tarea la reiteración mediática de que Batalla en el cielo despertó vivas animadversiones, pero qué mal le vino al mismo tiempo el matiz de que los comentarios sobre la película no eran de ningún modo unívocos, además de que no faltaban aquellos para los cuales Reygadas era un candidato que sonaba.

Peor fue para Tantos —menos mal que sucedió luego de habérsele dado la Palma de Oro a L’enfant de Jean-Pierre y Luc Dardenne— enterarse de que al menos un par de miembros del jurado estuvieron dispuestos a darle el premio a Batalla..., porque un detalle así no debió dejarle más remedio que reconocer, públicamente, una de dos: a) que se equivocó de lado a lado cuando dijo de la multicitada película que no tenía mérito alguno para estar ahí, salvo el de ser capaz de verle la cara a Algunos Extranjeros —pero de todos modos qué bueno que una película mexicana (y añádase aquí el bla, bla, bla del malinchovinismo esquizofrénico)—, o b) que en opinión de Tantos, Algunos Extranjeros —léase comité de selección del Festival, más público al que la película no le pareció mala, más los jurados que consideraron a la multimencionada cinta como firme candidata a la Palma—, son pésimos seleccionadores, veedores y juzgadores, lo cual, desde la perspectiva de Tantos, queda demostrado por el hecho simple y de ninguna manera contundente de que no proceden ...como Tantos.

Pero el querido Tantos como quien oye llover, porque no hizo ni una ni otra; total, Cannes ya se acabó y hay que ir pensando, maleta en mano, en San Sebastián o algún otro centro vacacional —digo, sede de festival.

(Continuará.)

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