Usted está aquí: lunes 30 de mayo de 2005 Política Contrasta rezago naval con optimismo por supuestos logros de lucha antidroga

Incumplidas, metas en construcción y compra de buques

Contrasta rezago naval con optimismo por supuestos logros de lucha antidroga

JESUS ARANDA

En contraste con el optimismo por la cifra oficial de que 80 por ciento de las embarcaciones con droga que ingresan a aguas nacionales son detenidas, la Armada de México presenta un rezago considerable en la construcción y adquisición de buques, patrullas oceánicas y patrullas interceptoras, que son fundamentales para que la institución cumpla sus objetivos en materia de lucha contra el narcotráfico.

La construcción de patrullas oceánicas presenta, en cuatro años y medio del gobierno de Vicente Fox, un avance de 33 por ciento y las patrullas interceptoras de tan sólo 16 por ciento, mientras los buques tipo patrulla de vigilancia alcanzan 40 por ciento con respecto a lo estimado para el presente sexenio.

Esta situación impacta negativamente el programa de sustitución de buques, ya que en los últimos cuatro años han sido dadas de baja 47 embarcaciones -más de 40 por ciento de la flota naval- debido a que resulta incosteable para la Armada mantener en activo naves con más de 50 años de servicio.

En lo que respecta a las adquisiciones, las cifras tampoco son alentadoras, ya que el incremento de la capacidad operativa con buques adquiridos del exterior es de 50 por ciento (es decir, dos buques) con respecto a la estimación prevista.

De acuerdo con el balance de la presente administración que realizó la dependencia a cargo del almirante Marco Antonio Peyrot González, denominado Evaluación del Programa Institucional de Desarrollo 2001-2006, la Armada consideró desde un principio que "la reactivación y restructuración de las fuerzas navales" tenía un importancia "estratégico-operacional" que debía ser congruente con el desarrollo del país, además de proyectar la presencia naval en el mar y contar con equipo capaz de reaccionar de manera inmediata en caso de conflicto, "actuando como la primera línea de defensa del país".

En este contexto, un objetivo central de la Armada fue desarrollar el poder naval de la Federación, "actualizando y fortaleciendo la capacidad de respuesta de la Armada para atender las necesidades de defensa y seguridad nacional".

Sin embargo, el documento reconoce que en lo que respecta a la construccción de buques tipo patrulla oceánica el avance hasta 2004 era de cuatro barcos construidos, es decir, 33.33 por ciento de avance con respecto a los siete que se habían planeado oficialmente para fin de sexenio.

Cabe destacar que al inicio del sexenio la meta era de que en 2006 México contara con 12 nuevas embarcaciones de este tipo; pero éste fue un propósito que con el transcurso del tiempo pasó a segundo plano por la falta crónica de presupuesto en la dependencia.

Estos buques, construidos en astilleros de la Armada, se caracterizan por formar parte del "trinomio" (buque-helicóptero-embarcación interceptora), que es el esquema de trabajo con mayores niveles de operatividad y efectividad en la vigilancia de las aguas nacionales.

Además, la rapidez con que se desplazan el helicóptero y la interceptora -ambos a bordo del buque- ha dado como resultado que los principales aseguramientos de drogas e indocumentados en altamar sean realizados por las naves construidas en los astilleros de la Secretaría de Marina.

Las patrullas interceptoras, inicialmente importadas de Suecia, demostraron también su valía en la detención de lanchas rápidas sospechosas en la franja costera.

Con base en los resultados, el alto mando de la Armada decidió adquirir 40 patrullas, pero al mismo tiempo se inició la construcción de patrullas tipo Polaris y Acuario, con la meta de llegar a cien embarcaciones para fin de sexenio.

Sin embargo, hasta la fecha el avance en su construcción es de apenas 16 por ciento.

En el informe el alto mando de la Armada no pierde la esperanza de que, en caso de contar con recursos suficientes, "en 2005 se estima construir 30 embarcaciones y 33 más para 2006", que se sumarían a las 40 adquiridas, 12 construidas en el país, cuatro que están en construcción y una más que se adquirirá en Suecia. Planes que, por cierto, están sujetos a que la Secretaría de Marina cuente con los recursos suficientes, aunque cabe recordar que precisamente para este año los diputados federales habían destinado en el Presupuesto de Egresos una cantidad para adquisición de embarcaciones, pero, en virtud de que la Corte anuló ésta y otras partidas, los recursos en cuestión serán nuevamente analizados por la Cámara de Diputados.

En lo que se refiere a la construcción de la buques tipo patrulla de vigilancia, que forma parte del "binomio" (buque-lancha interceptora), se mantiene un avance de 40 por ciento, cuando la meta no era más que la construcción de dos buques, tarea que se había iniciado ya en el sexenio anterior.

Otro rubro en el que el rezago es evidente, según el documento, se refiere al mejoramiento de los buques clase Holzinger, adquiridos y construidos en el país en la década de los ochenta. El programa de mejoramiento de estas unidades ha sido de apenas 50 por ciento de lo programado

Ante el rezago en la construcción, adquisición y mejoramiento de la flota naval, agravado por la falta crónica de presupuesto, llama la atención la declaración del pasado sábado del subsecretario de Marina, almirante Armando Sánchez Moreno, quien aseguró que la Armada tiene una eficiencia de 80 por ciento en la captura de embarcaciones cargadas con droga, y que como resultado de ello en los últimos años los aseguramientos son "casi nulos", debido a la "disuasión" que ejerce la flota naval en aguas nacionales.

 
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