Usted está aquí: lunes 30 de mayo de 2005 Deportes América conquistó su décimo campeonato; venció 6-3 a Tecos

A cinco minutos del comienzo del partido la UAG ya perdía 2-0; finalizó 7-4 en el global

América conquistó su décimo campeonato; venció 6-3 a Tecos

Después de 12 años de carrera profesional, por fin Cuauhtémoc Blanco pudo festejar un título

Aarón Gansito Padilla se ratificó como el amuleto de las Aguilas, anotó un par de goles

CARLOS HERNANDEZ

Ampliar la imagen Americanistas festejan su d�mo t�lo, con lo que igualaron a las Chivas FOTO Jos�arlo Gonz�z

Fue un domingo que desde el principio se pintó de amarillo. Fue una fiesta total en la que miles de aficionados americanistas llegaron con aires de triunfo al estadio Azteca, cantando y brincando en busca del ansiado título que les diera una felicidad triple: Un título más, convertirse en sucesores de los Pumas y empatar en la cima del futbol al Guadalajara.

Cuando los Tecos mejor jugaban, tenían el marcador 3-2, con lo que se pusieron a un gol del anhelado empate, surgió la figura de Cuauhtémoc Blanco, quien logró el 4-2 que resultó clave para que el América se enfilara al contundente triunfo de 6-3 (global de 7-4) sobre los Tecos, con lo que las Aguilas obtuvieron su décimo título y empataron a su odiado rival, Chivas, en el primer lugar de campeonatos en la historia del futbol mexicano.

El polémico pero talentoso Cuauhtémoc, se ratificó como el emblema de este equipo. Las playeras más vendidas fueron en honor del Temo, con leyendas que definían su importancia para el americanismo: "Dios hay uno, angelitos muchos".

Blanco, después de 12 años de carrera, pudo por fin festejar su primer título. Antes, durante y después del cotejo, él fue el más vitoreado y le correspondió a sus fanáticos cuando logró ese gol valioso para llevar a su escuadra a un auténtico carnaval en el Coloso de Santa Ursula.

La fiesta amarilla fue total en el aniversario 39 del estadio Azteca que registró sobrecupo. Sólo por momentos el equipo de la UAG intentó convertirse en el invitado incómodo, pero ayer tuvieron todo en contra, hasta sus propios errores defensivos que hicieron recordar que apenas hace seis meses ocuparon el último lugar general.

Festejo preparado

Después de tres años de espera, los amarillos volvieron a alzar la copa. Con la ventaja que les representaba el 1-1 conseguido en Zapopan, todo se preparó para un festejo triunfal. Desde antes del partido, ya se vendían las camisetas con el lema "América, campeón del torneo Clausura 2005".

En medio de un marco esplendoroso, los únicos dormidos al iniciar el partido fueron precisamente los Tecos. Tanto así que en los primeros cuatro minutos el América tuvo tres llegadas claras de anotación. El 1-0 fue apenas al minuto con 47 segundos, en un pase del Piojo López a Aarón Padilla, quien controló con el pecho y enfiló a la portería defendida por Jesús Corona, a quien venció con tiro potente al ángulo superior izquierdo.

Los Tecos ni así reaccionaron, ya que al minuto cuatro les cayó el 2-0. Los altos pero torpes zagueros visitantes no pudieron despejar un balón que parecía cómodo, lo que aprovechó Claudio López para ingresar por el centro y fusilar de pierna derecha al guardameta visitante.

El equipo de Daniel Guzmán intentó reaccionar y lo hizo hasta el minuto 21, en llegada por la derecha, Juan Pablo Rodríguez mandó un centro al área donde Eduardo Lillingston aprovechó la floja marca defensiva y doblegó al estático Guillermo Ochoa con un sólido testarazo.

Malos presagios empezaron a recorrer las pobladas gradas pintadas de amarillo, pero la suerte estaba con los de Coapa, ya que Andoni Hernández falló el que hubiera sido el empate, y el quien no perdonó fue otra vez el Gansito Padilla, quien se ratificó así como el amuleto del equipo. Al 37 de acción, José Antonio Castro siguió desbordando por la banda derecha, en lo que fue el mejor partido de su carrera y mandó centro a primer palo, donde Padilla se adelantó a su marcador y logró el 3-1.

Entonces revivieron los más de cien mil aficionados y con cánticos despidieron la primera mitad.

Para el complemento, Tecos salía a buscar lo que parecía una misión imposible, se complicó aún más con el gol anulado a Diego Colotto. Sin embargo, la suerte le sonrió minutos después en una jugada de tres trazos de Blanco, López y Padilla que el Gansito mandó a las tribunas, entonces los Tecos empezaron a mostrar un futbol de calidad y pasearon el esférico por toda la cancha hasta que consiguieron el esperanzador 2-3 al minuto 59.

Fue en un doble error de la zaga local, primero en un mal despeje de Raúl Salinas y luego en otra equivocación de ochoa, con lo que Carlos María Morales sólo punteó para regresarle la vida a su equipo.

Y fue precisamente el momento en que apareció de nuevo Cuauhtémoc Blanco, en jugada de tiro libre conectó con la cabeza y logró el 4-2, con lo que los miles de aficionados se pusieron de pie y le aplaudieron.

Entonces surgió el grito de "cinco-cinco", que primero falló Germán Villa, después López estrelló un cabezazo en el larguero y llegó al 67, en un sólido remate del recién ingresado Jesús Mendoza, en otra mala marca de la endeble zaga visitante.

Con el 5-2, y prácticamente el título en la bolsa, los fanáticos empezaron a brincar, a ondear banderas y a cantar. Hasta entonces Daniel Guzmán se acordó de realizar cambios, pero su equipo ya estaba en una guerra perdida. Mientras la impresionante ola recorría las gradas y los porristas visitantes emprendían el triste regreso a casa entre gritos de "quieren llorar".

A seis minutos del final, empezaron los cánticos de "Oeee, oeee, campeón, campeón...", que fueron silenciados por el 5-3 conseguido por Flavio Davino, el jugador que actuó infiltrado durante la liguilla y que con tiro bombeado venció al errático Ochoa.

Cuauhtémoc fue relevado a tres minutos del final, salió enfadado, pero sus fieles admiradores lo despidieron con aplausos y de pie.

El último grito de gol fue para el equipo de casa, cuando Ochoa, al minuto 89 mandó un largo balonazo al Piojo López, quien por el centro del área ingresó como por su casa y logró fácilmente el definitivo 6-3.

Al final se escuchó la clásica canción de Queen, We are de champions. Blanco se topó con los brazos de Emilio Azcárra Jean, el habilidoso jugador no aguantó las lágrimas y lloró con el rostro encajado en el hombro del dueño del club. Luego de recibir los trofeos, el Temo encabezó la mal llamada vuelta olímpica, el cetro fue de manos en manos y la fiesta terminó como había empezado.

 
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