Usted está aquí: sábado 28 de mayo de 2005 Cultura Poesía, mucha poesía

Poesía, mucha poesía

ENTRE LA PLEYADE de compositores vivos en producción constante, el húngaro György Kurtág (1926) destaca por la fuerza de sus decires y cantares. Su nuevo disco es impresionante: Signs, games and messages (Signos, juegos y mensajes, en la serie alemana de discos ECM) por la fuerza dramática de las tres largas partituras que componen esta obra circular, por la originalidad de la instrumentación elegida y porque une, puentea, el espíritu dramatúrgico de Holderlin y Beckett en toda su potencia. La obra que abre el disco, Hölderlin-Gesange, está escrita para barítono y un conjunto de cámara muy sui géneris en una hamaca onírica que eleva a las máximas alturas y sumerge en los valles más oscuros. No en balde el último fragmento une los textos de Hölderlin con los de ese poeta ensimismado en grado sumo que es Paul Celan. Un interludio para cuerdas, fechada en 1989 con la acotación in progress (es decir que en este momento mismo Kurtág la rescribe) y que da título al disco entero: Signs, games and messages, da paso a, paso a paso, a la última obra del disco: pas a pas-nulle part (paso a paso hacia ninguna parte) en una instrumentación estremecedora: barítono, trío de cuerdas y percusiones profundísimas a partir de poemas de Samuel Beckett y máximas de Sébastien Chamfort. Un dardo clavado entre el sístole y el diástole.

 
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