Usted está aquí: jueves 26 de mayo de 2005 Ciencias La propensión genética no es factor determinante en el trastorno mental

Estrés, alcohol, drogas, ansiedad, elementos externos desencadenantes: Colin Piana

La propensión genética no es factor determinante en el trastorno mental

Preocupante, la falta de inversión para crear los recursos humanos necesarios que permitan enfrentar los requerimientos de atención especializada, destacan miembros del INNN

LAURA POY SOLANO/ I

A más de 50 años del descubrimiento de la primera sustancia química capaz de controlar síntomas como el delirio, las alucinaciones y los errores de juicio de los pacientes sicóticos, la neurosiquiatría, especialidad que estudia el origen biológico de las enfermedades mentales, desarrolla un nuevo campo del conocimiento científico en la búsqueda de las alteraciones químicas, metabólicas y estructurales del cerebro involucradas en la incidencia de los trastornos mentales.

A pesar de que aún no se conoce con precisión el origen biológico de la mayoría de las enfermedades mentales, especialistas en la materia señalan que existen condiciones de "vulnerabilidad genética" que influyen para que algunas personas sean más propensas que otras a desarrollar padecimientos mentales, sin que ello implique que la enfermedad se desencadenara, pues factores externos, como estrés, abuso del alcohol y drogas, cambios bruscos en la forma de vida, pérdida de seres queridos y condiciones de tensión o ansiedad, como las que genera la pobreza, son decisivas en el desarrollo de esos padecimientos.

Ricardo Colin Piana, investigador y docente del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) de la Secretaría de Salud, afirmó que fue en 1952, con el descubrimiento de la clorpromacina, primer medicamento utilizado para la atención de enfermedades mentales, que se concretó la revolución más importante en el campo de la siquiatría desde el surgimiento del sicoanálisis, al propiciar nuevas investigaciones en la búsqueda de fármacos capaces de influir en los síntomas de las enfermedades mentales.

El especialista en neurosiquiatría señaló que con el descubrimiento de nuevos medicamentos se impulsó el conocimiento sobre el funcionamiento químico del cerebro y la capacidad de esas sustancias para reconstruir el balance que requiere este órgano para su funcionamiento normal.

Base biológica

Esto permitió iniciar las investigaciones sobre la base biológica de las enfermedades mentales, acompañadas de importantes avances en el campo de las neurociencias, que hicieron posible estudios en los que se utilizan imágenes cerebrales y resonancias magnéticas cada vez más complejas, lo que permitió que la siquiatría abandonara el campo puramente sicológico "y comprendiera que la química del cerebro también influye en el desarrollo de estos padecimientos".

Hoy sabemos que en la mayor parte de las enfermedades mentales existe "vulnerabilidad génetica", aunque aún desconocemos cuáles son los cromosomas o genes que se relacionan con los distintos padecimientos mentales. En el caso de la depresión, sabemos que "corre en familias, al igual que la esquizofrenia, ya que estos pacientes heredan los genes que los colocan en situación de mayor proclividad, pero los detonantes suelen ser factores externos, como el contexto social en el que se desarrolla la vida del paciente y los eventos estresantes que experimenta en un momento determinado, que se convierten en "disparadores" que desencadenan alteraciones en los procesos químicos del cerebro que ocasionan los síntomas de la enfermedad.

Al respecto, Enrique Otero Siliceo, neurosiquiatra e investigador del INNN, destacó que la neurosiquiatría se ubica en la frontera del conocimiento científico, al unificar el campo de la neurología y la siquiatría para realizar el estudio neurológico de todos los aspectos conductuales, pues originalmente ambas disciplinas eran una sola especialidad. Es con el sicoanálisis que se separan en dos entidades, pues se pensaba que existían enfermedades de la conducta de origen puramente sicológico, y otros que tenían un origen biológico. "Hoy se sabe que la conducta tiene un sustrato tanto biológico como sicológico, por lo que no son campos separados."

Indicó que los avances más importantes en el conocimiento de la base biológica de las enfermedades mentales están asociados a los fenómenos de la demencia, la depresión, la esquizofrenia y los trastornos generados por la epilepsia, de los que se conocen "importantes" aspectos biológicos y químicos, lo que nos permite afirmar que están vinculados con "fallas" en el balance químico del cerebro.

A ello se suma la frecuencia de padecimientos como los trastornos del aprendizaje por el síndrome de atención deficiente, que es considerado como una enfermedad "muy frecuente en México, pues se estima que entre 7 y 15 por ciento de los varones menores de 15 años han presentado algún síntoma, aunque en las mujeres es un poco menos frecuente". Sabemos, afirmó, que el padecimiento está relacionado con alteraciones químicas del cerebro e inclusive con algún factor genético.

Los investigadores destacaron que es "preocupante" la falta de inversión para crear los recursos humanos necesarios que permitan enfrentar los requerimientos de atención especializada para las enfermedades mentales, sobre todo para generar investigación de punta en el campo de la neurosiquiatría.

Posgrado en AL

Colin Piana afirmó que el INNN cuenta con la única especialización de posgrado en la materia en América Latina. Sin embargo, acotó, sólo formamos a dos especialistas por año, ya que no existen las plazas suficientes para formar siquiatras o neurólogos que se orienten a este nuevo campo de la investigación científica.

Situación que se agrava, indicó, si se considera que en México sólo existen poco más de 3 mil siquiatras y 800 neurocientíficos para una población de 105 millones de habitantes, lo que repercute en los bajos niveles de atención especializada a la población afectada por padecimientos mentales y el escaso número de investigaciones que se pueden desarrollar en esta área.

Ante la urgencia de contar con mejores servicios de atención y prevención, señaló que es necesario impulsar la capacitación de médicos generales y familiares, para que "sean capaces de diagnosticar y atender las principales enfermedades, y canalizar al especialista aquellos casos complejos que no respondieron en los primeros tratamientos", pues de lo contrario seguirá incrementándose el número de pacientes afectados por alguna enfermedad mental sin que reciban la atención y el tratamiento médico correctos.

 
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