Usted está aquí: martes 24 de mayo de 2005 Sociedad y Justicia Indigentes, blanco de júniors en Zacatecas

Indigentes, blanco de júniors en Zacatecas

Una de sus víctimas, rociada y asesinada con gasolina; huye cabecilla de la banda

ALFREDO VALDEZ RODRIGUEZ CORRESPONSAL

Fresnillo, Zac., 23 de mayo. Todos tienen entre 18 y 20 años de edad. Son hijos de acaudalados empresarios y comerciantes de esta localidad. Son un grupo de jóvenes que para romper el tedio que les dejaban sus noches de tragos, decidieron ocupar sus madrugadas en golpear a cuanto indigente deambulaba por las oscuras calles del pueblo o recostado en alguna esquina. Esa fue su rutina durante semanas.

Pero un día decidieron ir más allá. En su mundo etílico se impusieron la misión de ''limpiar la ciudad de basura humana''. La madrugada del domingo 24 de abril bañaron con gasolina y prendieron fuego a Javier González Romero, El Cobijas, un indigentes de 60 años de edad, quien murió horas más tarde en un hospital de la ciudad de Zacatecas, por las quemaduras de segundo y tercer grados que tenía en cabeza y cuello.

Sólo uno de los siete jóvenes presentes en el asesinato de El Cobijas, Oscar de la Vega Fernández, está detenido. El presunto victimario, Ricardo Wong Morones, quien según los testigos bañó con gasolina al indigente, está prófugo y presumiblemente huyó a Alemania.

El jueves 19 de mayo la Procuraduría General de Justicia del Estado informó que ha solicitado el apoyo de la Interpol para localizar al hijo de Justo Wong, gerente de la compañía minera Peñoles-Fresnillo. Los otros cinco júniors no fueron consignados penalmente, ya que, a decir de la procuraduría zacatecana, "sólo fueron testigos presenciales" de los hechos.

Los "testigos presenciales", cuya declaración ante la Procuraduría General de Justicia del Estado está consignada en el expediente 21/AE/2005 -al que La Jornada tuvo acceso-, narraron que después de una larga noche de copas, a las cinco de la mañana, siete de ellos abordaron un Sentra color blanco y un Century Buick color gris y se trasladaron a la gasolinera Saturno, ubicada a la salida norte de esta localidad.

Ahí, Ricardo Wong y Oscar de la Vega se bajaron a comprar gasolina en una bolsa de plástico. Pusieron el combustible en la cajuela de uno de los vehículos y regresaron al centro de Fresnillo. Se dirigieron a la calle Juan de Tolosa y se estacionaron frente a los portales, a la altura del comercio Bodega de Remates. En las puertas del establecimiento, entumecido por la fría madrugada, estaba sentado Javier González Romero.

Cuando el indigente los vio empezó a gritar atemorizado: "¡Ya déjenme, váyanse ya!", según declararon los "testigos presenciales". El Cobijas tenía miedo de que, como había ocurrido dos semanas atrás, los júniors lo golpearan con manos y pies. No le hicieron caso, pero ahora no habría golpes.

Sin pensarlo dos veces -según esos testigos-, Ricardo Wong se bajó del Century, sacó la bolsa con gasolina y se dirigió con ella hacia el indigente, a quien le arrojó el combustible en la cara y cuerpo. Enseguida Oscar de la Vega abrió la puerta del Sentra, se apeó y corriendo, con cerillos en mano, le prendió fuego a El Cobijas. Nunca apagaron los motores de los dos autos. Así, con la misma rapidez subieron a los vehículos y arrancaron, dejando a Javier González Romero solo, revolcándose y gritando de dolor entre las llamas que lo abrasaban.

Todo ocurrió a sólo una cuadra de la presidencia municipal de Fresnillo, donde se ubica la Dirección de Seguridad Pública Municipal. Pero nadie intervino, nadie vio nada. Fue dos horas después, a las 7:15, cuando Betsabé Venegas Sánchez, agente del Ministerio Público número 11 del lugar, acudió a "dar fe" de los hechos. Agónico, El Cobijas fue trasladado al Hospital General de Fresnillo. La gravedad de las lesiones obligó a las autoridades del nosocomio a trasladarlo inmediatamente al Hospital Civil de la ciudad de Zacatecas, ubicada 65 kilómetros al sureste de Fresnillo.

Al amanecer del lunes 25 de abril, Javier González Romero murió por insuficiencia respiratoria debido a las quemaduras que le cubrían particularmente el cuello y la cara.

En Fresnillo, las primeras versiones se dirigieron a inculpar a las peligrosas pandillas de cholos de las colonias Emiliano Zapata, Industrial, El Olivar, M. Ponce y otras, donde los pandilleros han cobrado fama por enfrentarse a tiros -incluso con metralletas- con la policía.

Pero la indagatoria dio un giro cuando los propios jóvenes empezaron a platicar dentro de su círculo de amigos la "hazaña". La policía ministerial logró la detención inmediata de Oscar de la Vega Fernández, hijo de un acaudalado comerciante, propietario de ranchos y tortillerías en este lugar, justo cuando se preparaba a abandonar la ciudad. Ricardo Wong le había recomendado que tenía que huir de inmediato, "salir del país".

Oscar de la Vega, conocido por sus amigos como El Osama, fue arraigado en el hotel Maya. Confesó todo, pero no quiso firmar su declaración ministerial. Solicitó un amparo para evitar la prisión preventiva, pero le fue negado. Uno a uno, todos los "testigos presenciales" de los hechos confirmaron la versión del propio Osama. El único prófugo hoy es Ricardo Wong Morones, conocido por sus amigos como El Pichu.

En los medios de comunicación local la familia de Oscar de la Vega ha denunciado que Justo Wong pagó una millonaria suma a policías ministeriales para que dejaran huir a su hijo Ricardo. La Procuraduría General de Justicia lo ha negado. También se exige que los "testigos presenciales" sean consignados y sujetos a proceso penal.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.