Usted está aquí: martes 24 de mayo de 2005 Ciencias El estrés, factor determinante en el aumento de casos de Alzheimer

La producción de la hormona cortisol, una de las líneas de investigación: Letayf Acar

El estrés, factor determinante en el aumento de casos de Alzheimer

Aunque la causa real del mal no se sabe, las personas en cuya familia hay un enfermo tienen siete veces más la posibilidad de padecerlo

En México hay 360 mil y para 2025 se estiman en un millón

JUAN JOSE OLIVARES

Ampliar la imagen Cuarenta por ciento de los cuidadores de enfermos de Alzheimer muere antes que el paciente. En la imagen: los m�cos Jorge Letayf y Juan Nader durante su conferencia en el Centro Liban�FOTO Carlos Ramos Mamahua

El Alzheimer, enfermedad cerebral que produce pérdida de la memoria, desorientación, alucinaciones y finalmente la muerte, llamada por muchos "la epidemia del siglo XXI", y que por lo general se atiende en etapas terminales, aumentará considerablemente su incidencia en México debido, entre otros factores, al estrés, considera el doctor Jorge Letayf Acar, director de la Sociedad para la Prevención del Alzheimer, durante una conferencia relativa a esta enfermedad impartida en el Centro Libanés de la ciudad de México.

El galeno explica: "No se sabe la causa de la enfermedad y ése es un problema real, pero hay líneas de investigación entre las cuales una de las principales es la producción de la hormona del estrés, llamada cortisol. Si nuestros niveles de cortisol son elevados durante varios meses o años esto produce daños a las células del cerebro, las neuronas. La conversión del azúcar en energía dentro de la mitocondria de las células produce el defecto llamado radicales libres, que atacan al DNA mitocondrial".

Añade que, según estimaciones de organismos de salud internacionales, "en México hay 360 mil personas que sufren de esta enfermedad. Para 2025 la cifra superará el millón de enfermos. En mis consultas de hace 20 años no había más de 5 o 6 por ciento de pacientes con enfermedades crónico degenerativas (como el Alzheimer). Actualmente tenemos hasta 60 por ciento. Los médicos no estamos preparados para atender esta cantidad de pacientes, así que los avances que haya en torno a esta enfermedad van en contra de lo que aprendimos en la carrera de medicina. Otro aspecto alarmante es que 40 por ciento de los cuidadores de enfermos de Alzheimer muere antes que el paciente", asegura.

"El Alzheimer -afirma el especialista- se refleja en pérdida gradual y progresiva de la memoria, cambios en el comportamiento y, al final, daño severo en las capacidades intelectuales. Aunque sabemos que sólo 4 por ciento es de carácter hereditario, las personas que tienen un familiar con esta enfermedad tienen siete veces más posibilidades de sufrirla, así como una de cada tres personas mayores de 80 años es probable que la sufra", dice el médico.

Indica que el Alzheimer se produce cuando hay daño en la unión sináptica de las neuronas y la comunicación se interrumpe entre éstas; cuando en las placas seniles almiloides la información se bloquea. "La función de las neuronas (más de 100 millones que tenemos en el cerebro) es comunicarse entre sí millones de veces por segundo; en el Alzheimer se interrumpe el flujo y se ha comprobado en investigaciones que el factor cortisol-estrés y los radicales libres son causa importante de la enfermedad."

Habría que recordar que los radicales libres son moléculas inestables (perdieron un electrón) y altamente reactivas. Su misión es tomar el electrón que les hace falta de las moléculas que están a su alrededor, para obtener estabilidad. La molécula atacada (ya sin electrón) se convierte entonces en radical libre, y de esta manera se inicia una reacción en cadena que daña muchas células y puede ser indefinida si los antioxidantes no intervienen.

"Existen otras teorías, como la hipótesis oxidativa o la excitotóxica, así como la de un virus que ataca las neuronas, pero son sólo líneas de investigación. La enfermedad es irreversible, pero todas las alternativas terapéuticas sirven. Sabemos que hay factores con los que podemos contribuir a reducir la probabilidad de sufrir la enfermedad cambiando algunos de nuestros hábitos", argumenta Letayf.

Demencia degenerativa

En su intervención, el neurólogo Juan Nader Kahwagi, titular de neurología del hospital Médica Sur, hizo referencia a que la enfermedad más catastrófica de la senectud es la demencia. "Es la pérdida de tres funciones cerebrales y la disminución de capacidades. Entre esas demencias está el Alzheimer, pero también existen demencia vascular, demencia postraumática o la de tumores intracraneales. El Alzheimer es una demencia degenerativa, cuyo único diagnóstico fehaciente es tomar un pedazo de cerebro para estudiarlo. Se ha aplicado la llamada prueba de los siete minutos, que nos da una idea de que existe la posibilidad de desarrollar el Alzheimer".

Habló sobre los factores de riesgo, de los cuales la edad es el más importante, entre 65 y 85 años. El sexo: las mujeres tienen mayor factor de riesgo. Las enfermedades cardiovasculares: hipertensión, ictus, infarto de miocardio. Historia familiar de demencia: existe un componente genético que todavía no ha sido bien explicado. Una proporción pequeña de casos sucede en familias que heredan mutaciones de los cromosomas 1, 14, 21, donde suele presentarse la demencia antes de los 50 años. Otros factores son el traumatismo craneal grave, el aluminio, la diabetes...

Cabe señalar, dijo a su vez Jorge Letayf, que no se puede considerar cualquier pérdida de la memoria como el Alzheimer, el cual tiene tres etapas: inicial, intermedia y avanzada. "La crítica es la intermedia, porque es cuando los pacientes se comporta caprichosamente y olvidan las cosas, su cerebro ya no reacciona igual y hay que tratarse, porque para los pacientes avanzados no hay instituciones suficientes. Es importante mencionar el desgaste severo de los cuidadores de pacientes con este mal, que les puede ocasionar neurosis."

Para Jorge Letayf, el Alzheimer se puede detener estimulando la actividad cerebral; "hay que mantener en actividad física y mental, ejercitar el cerebro, tener un pasatiempo; sabemos que con esto no curaremos, pero sí reduciremos el avance de la enfermedad. También hay que tomar en cuenta las medidas de seguridad adicionales, como que el enfermo porte una identificación permanentemente. En las etapas finales el paciente es casi inválido, no camina, no habla y requiere cuidado directo".

Hay que tomar en cuenta, aseguró el conferencista, que el paciente "está completo en sus demás funciones, el que no se pueda comunicar no significa que no tenga sus gustos; hay que mejorarle la calidad de vida. Hay medicamentos que no curan, pero se usan para contribuir a mejorar la calidad de vida".

Las características del Alzheimer son pérdida precoz y gradual de la memoria reciente, como olvidar nombres, por ejemplo; deterioro múltiple, progresivo y parejo de las funciones intelectuales superiores, como el lenguaje, con pérdida de vocabulario y disminución de la capacidad para hablar y comprender; pérdida de habilidades en la ejecución de actos motores como vestirse, afeitarse...; de la capacidad de reconocer personas u objetos a través de los sentidos, y de la capacidad de juicio y orientación.

 
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