Usted está aquí: martes 24 de mayo de 2005 Sociedad y Justicia La homofobia, obstáculo para prevenir el VIH: Conasida

Fenómeno presente en 29% de burócratas del sector salud

La homofobia, obstáculo para prevenir el VIH: Conasida

CAROLINA GOMEZ MENA

El secretario técnico del Consejo Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Conasida), Jorge Saavedra, retomó la posición del Programa Conjunto de la Naciones Unidas contra el VIH/sida (Onusida) y consideró que la homofobia es uno de los principales "obstáculos" para abatir la enfermedad, pues "la discriminación hace vulnerables a quienes la padecen" y frena las estrategias dirigidas a ese sector.

Recordó que en un sondeo realizado recientemente, 29 por ciento del personal del sector salud en México dijo que no compartiría su casa con un homosexual.

Saavedra resaltó que la homofobia vulnera la autoestima de quienes la padecen, y entre aquellos que viven con VIH/sida genera desapego a los tratamientos, lo que deriva en resistencia a los antirretrovirales. Esta situación es perjudicial desde el punto de vista económico, dijo, pues genera más costos al sector salud.

Informó que el primer esquema de tratamiento de los pacientes cuesta al gobierno 39 mil 900 pesos anuales por persona. "Si se genera resistencia por no haber tenido adherencia, se debe pasar al siguiente, que cuesta 89 mil pesos en el mismo lapso", señaló, y recordó que "no existe evidencia científica que afirme que la homosexualidad es una enfermedad.

"Como gobierno no nos toca curarla (como proponen algunas organizaciones conservadoras), porque no hay cura; sólo podemos ofrecer servicios de apoyo para quienes tienen conflictos con su homosexualidad, que no se pega sólo porque se ve pasar una marcha de homosexuales por la calle o se escucha un espot."

Saavedra participó como ponente en el Seminario de Sensibilización para Periodistas. Discriminación y Homofobia. Durante su alocución, el titular del Conasida celebró que en México no se rehúya llamar a las cosas por su nombre; esto "es un paso adelante" en lo que se refiere a reconocer la diversidad sexual, dijo.

Indicó que en algunos países en desarrollo "no se usan estas palabras" y consideró que no se debe retroceder en el tema, pues es necesario hacer "explícitos" a los grupos vulnerables. "Sólo así se puede llegar a un compromiso para llevar a cabo acciones en favor de ellos."

Religiones, pecados y culpa

Consideró que es indispensable, a fin de evitar prejuicios sobre la sexualidad, que se imparta educación sobre el tema, pues sólo así se reconocerá que la sexualidad va mucho más allá del aspecto reproductivo. Recordó que la mayor parte de las relaciones sexuales que se realizan en México -mil millones al año- se dan por razones de "placer".

Por su parte, Arturo Díaz Betancourt, coordinador general del suplemento Letra S y del Programa de Diversidad Sexual del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, criticó la labor inhibidora que desempeñan las religiones en el tema.

Las distintas tendencias "ejercen un control religioso sobre la vida sexual y esto lo hacen mediante de la culpa, mediante el pecado, al afirmar que cualquier relación sexual que no sea con fines reproductivos es un pecado. Lo que hacen las religiones es administrar la culpa, especialmente la sexual".

Indicó que es inadmisible que en el país 43 por ciento de homosexuales hayan sido sujetos de discriminación por su condición y que 40 por ciento hayan sufrido discriminación en su trabajo.

Saavedra añadió que el rechazo a quienes viven con sida "esconde una discriminación por su orientación sexual", porque se asume que la transmisión del virus se hizo por prácticas homosexuales.

 
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