Usted está aquí: domingo 22 de mayo de 2005 Opinión TIEMPO DE BLUES

TIEMPO DE BLUES

Raúl De la Rosa

Ali Farka y el blues

Primera llamada

NO ES LA primera vez que abordamos el tema de los orígenes africanos del blues. Ahora, respondiendo al correo que nos envió María del Carmen Cuevas al programa Por los senderos del blues, nos sugiere que realicemos un programa dedicado a Ali Farka Toure, músico originario de Malí.

LA PETICION NOS interesó y vamos a dedicarle -además de esta columna- el programa del 22 de mayo por Horizonte 108, en FM a las 20 horas.

EN UN ARTICULO que escribió Ramón del Solo acerca de Ali Farka Toure menciona que: "Los orígenes del blues hay que buscarlos entre la tribu de los mandingas que ocuparon las orillas del río Níger. Allí fueron apresados por los esclavistas árabes. De esta manera la cultura del Sahel fue transportada en las bodegas de los buques europeos para reaparecer, carente ya de memoria histórica (?) en los campos del sur de Estados Unidos".

HABRIA QUE ACLARAR que desde el siglo VII el Islam irrumpe en el norte de Africa y desde entonces su influencia permanece. Se cuenta la historia de Mansa Munsa, el emperador más famoso de Malí que en 1324 realiza una peregrinación a La Meca y reparte tanto oro en El Cairo, que amenazó la estabilidad de las cotizaciones.

Segunda llamada

EN EL PRESENTE , los músicos mandingas, bambaras y varios más son famosos por su rico legado musical. Los dyali (bardos) o griots, preservan canciones y poemas sobre los héroes populares y las tradiciones del antiguo imperio de Malí. Hoy día los pueblos mandingos habitan una zona que abarca Malí, Senegal, Guinea y Costa de Marfil.

ALI FARKA COMENTA que: "Hay gente que, cuando dices Timbuktú piensa que hablas del fin del mundo. Yo soy de Timbuktú y se que no es verdad. Yo puedo decir que estamos en el auténtico corazón del mundo". Sin duda era el corazón del mundo, en el siglo XI los gobernantes del reino de Malí se convirtieron al Islam, Timbuktú tenía gran reputación en el mundo musulmán y los eruditos acudían a sus bibliotecas

SIEMPRE ES NECESARIO recordar que un número importante de los esclavos traídos a este continente eran herederos de grandes culturas y una tradición importante de estos pueblos es la tradición oral y una enorme riqueza musical.

POR LO TANTO no es casualidad que en ambos lados del Atlántico, tanto entre los africanos como los afroamericanos, surjan músicos extraordinarios. En la región donde vive Ali Farka había una tradición en la que, cada siete años se reunían en la pequeña población de Kangaba (Malí) en la que se realizaba una antigua ceremonia secreta, con los griots de diferentes poblaciones.

LAS RITOS SECRETOS se conservaron entre los esclavos, entre los que fueron traídos a la región del Caribe y América Latina se conservaron sus tradiciones, se formaron cabildos y surgió un sincretismo religioso que hoy día se practica e incluso el lenguaje utilizado es de procedencia africana. Sus instrumentos y sus bailes también. En Estados Unidos se les prohibió cualquier manifestación religiosa, musical y el uso de los tambores era castigado.

EN ESTADOS UNIDOS , los esclavos reciben un sinnúmero de influencias principalmente de las Islas Británicas que poco a poco integran a su cultura a sus cantos de trabajo, el primer hooler que haya sido emitido por un esclavo no fue en ninguna lengua africana: fue en inglés.

Tercera llamada

CUANDO ALI FARKA escuchó a John Lee Hooker y Albert King y después los toca en su guitarra tradicional africana descubrió que se encontraba ante la misma raíz. "El blues había vuelto a casa" pensó Ali Farka.

SE SUPONE QUE el mejor ejemplo de esta aseveración fue el disco que grabaron Ry Cooder y Ali Farka Toure en 1993 (Talking Tumbuktu) en el se integran músicos provenientes de culturas tan distintas pero con un denominador común: el lenguaje musical que fusionaba la música tradicional africana y el blues. El grupo se integró con los dos arriba mencionados y Clarence Gatemouth Brown en la viola, John Patitucci en el bajo, Jim Keltner en la batería y los músicos que acompañaron a Ali Farka Toure en la breve gira por Estados Unidos: Hamma Sankare y Oumar Toure.

EL RESULTADO, PARA algunos, es un tanto exquisito, en el que se pierde un poco de espontaneidad a cambio de una buena dosis de preciosismo cromático. Para el que escribe lo que hubo fue un encuentro en donde la música tomo cuerpo con los órganos vitales de ambas culturas: los africanos con la fuerza de siglos de resistencia y una tradición que (todavía) se ejerce, se vive.

LOS AFROAMERICANOS TRANSFORMARON los himnos religiosos protestantes con sus shouters, con su ritmos, una visión religiosa adaptada a ellos.

PARA EL QUE escribe, lo sorprendente es que, de esos primitivos shouters que los esclavos lanzaban al aire, surge el canto necesario, expresión sublime de seres humanos sometidos a la esclavitud, que son, para entonces, una nueva comunidad: la afroamericana.

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