Usted está aquí: jueves 19 de mayo de 2005 Sociedad y Justicia La discriminación ha aumentado en los recientes cinco años: Sedeso

Homosexuales, uno de los sectores que más preocupación generó tras un sondeo

La discriminación ha aumentado en los recientes cinco años: Sedeso

Minorías religiosas, extranjeros y gente con ideas políticas diferentes, entre los más marginados

ALMA E. MUÑOZ/ I

Ampliar la imagen Miguel Sz�ly, subsecretario de la Sedeso, en imagen de archivo FOTO Jos�arlo Gonz�z

Los cuatro grupos más discriminados en México son mino-rías religiosas, homosexuales, extranjeros y personas con ideas políticas distintas, informó el subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Miguel Székely, quien calificó a México de ser uno de los países que presenta alto grado de intolerancia hacia grupos vulnerables.

En entrevista, aceptó que en los recientes cinco años los sectores ya citados perciben que la discriminación en su contra ha ido en aumento por la falta de cultura al respecto.

Junto con gays y lesbianas, indicó que los discapacitados sienten más grado de rechazo, pero cuando se habla de compartir vivienda, el primer lugar lo ocupan los homosexuales, seguidos por enfermos de sida, extranjeros, personas con ideas políticas distintas a las suyas, de otra religión, de otra raza, indígenas o discapacitados.

Székely aceptó que, tras aplicar la primera encuesta nacional sobre discriminación -el año pasado-, uno de los sectores que más preocupación les produjo -tanto en la Sedeso como en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred)--fue el de personas con preferencias sexuales diferentes a las heterosexuales. Y se mostró seguro de que no existen datos oficiales acerca del número de individuos con estas características, lo cual, aceptó, es una forma de discriminación.

"Una anécdota para ilustrar esto es lo que ocurre en un país como Bolivia, donde se tiene una población india grande y no se contabiliza acerca de las lenguas, porque eso implicaría cruzar datos con otros aspectos y percibir vacíos", apuntó.

Para elaborar la encuesta, precisó que sólo pudieron ubicar a 200 personas que aceptaron su preferencia sexual, "porque es una situación que generalmente la gente no quiere aceptar por el rechazo que sufre dentro de las mismas familias".

Subrayó que prácticamente ciento por ciento de los homosexuales hablan de discriminación en su contra. Para 71 por ciento éste es el mayor sufrimiento que padecen, dos de cada tres sienten que no se les han respetado sus derechos, 43 por ciento dicen haber sido víctimas de un acto de segregación en el año anterior y más de la mitad dice sentirse rechazado por la sociedad.

A diferencia de los otros grupos, en este rubro -recordó- resaltaron las respuestas que tienen que ver con el trato que reciben de la gente: 51 por ciento, rechazo; 46, irrespetuoso, y 41 por ciento, descortés, "por el hecho de ser homosexuales, obviamente".

El 43 por ciento cree tener menores oportunidades de asistir a la escuela por su tendencia; 72 por ciento siente que hay menos oportunidad para conseguir trabajo, en comparación con el resto de las personas; 40 por ciento dice haber sufrido rechazo en su área laboral, y 75 por ciento apuntó que percibió menor ingreso por realizar labores similares al que desempeña un heterosexual.

Székely indicó que la mayor segregación para este grupo está en el trabajo, seguido de la escuela, hospitales públicos y familia.

En este último rubro, el subsecretario profundizó por ser el área donde se muestran con más crudeza los tratos diferenciales hacia los homosexuales, en comparación con el resto de su parentela, como muestra la siguiente gráfica:

Székely subrayó que el principal enemigo para este grupo poblacional es la sociedad misma, y que prácticamente 70 por ciento de quienes lo integran sienten que la discriminación ha aumentado en su contra.

La segregación, justa: ancianos

El subsecretario de la Sedeso también abordó el caso de los adultos mayores, sobre quienes, consideró, la primera impresión que se tiene (como ocurre con mujeres, indígenas y discapacitados) es que los mexicanos les tienen consideración. Pero cuando se aplican preguntas referentes a la protección, nueve de cada 10 personas aceptan que son rechazadas, tres de cada cuatro sienten que tienen pocas o nulas posibilidades de mejorar sus condiciones de vida, y poco más de la mitad dice tener menor libertad que el resto de los miembros de su familia.

En general mencionan que la pobreza, la falta de trabajo, el abandono de parientes y la discriminación son los factores que les provocan mayor sufrimiento.

Cuando se cuestiona a los ancianos sobre las situaciones que han vivido con su familia, uno de cada cinco afirma que no se le permite participar en las conversaciones por ser una persona mayor; 18 por ciento asegura que se encarga de las tareas de la casa; 17 por ciento dice que tiene menos libertad que el resto de sus familiares por ser viejo, y 7.5 está obligado a trabajar. Pero, pese a todo lo anterior, a 41 por ciento de los mayores de 60 años les parece justo sufrir esta discriminación.

 
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