Usted está aquí: jueves 19 de mayo de 2005 Opinión La rescritura: Kafka y Calasso

Margo Glantz

La rescritura: Kafka y Calasso

En un libro publicado en 1977, probablemente agotado, la editorial Anagrama publicó una antología intitulada Escritos de Franz Kafka sobre sus escritos, traducida del alemán y compilada por Eric Heller y Joachim Beug. Hace unos meses, la misma editorial publicó un libro de Roberto Calasso intitulado simplemente K., el enigmático apellido de los protagonistas de El proceso y El castillo, aunque podemos suponer que esa inicial se refiere siempre al propio Kafka, como podemos comprobar en dos cartas que éste le escribe a la infortunada Felice Bauer, en febrero y junio de 1913 (que combino en mi cita), respecto a su cuento ''La condena", antecedente de los dos libros antes citados:

''(...) La obra fue escrita en un momento en que ya te conocía y el mundo había crecido para mí gracias a tu presencia, pero en el que todavía no te había escrito. Y mira por dónde, Georg tiene tantas letras como Franz, 'Bendemann' está formado por 'Bende' y 'Mann', Georg tiene tantas letras como Franz. En el apellido Bendemann, mann sólo es un refuerzo de Bende, de posibilidades todavía desconocidas en la historia, en cuanto a bende, tiene el mismo número de letras que Kafka y la vocal e se repite en los mismos lugares que la vocal a en Kafka (...) Frieda tiene tantas letras como Felice, y también la misma inicial (...)" Y agrega luego: '''La condena' no tiene explicación".

En la contraportada de K. se lee un fragmento del escritor argentino Alberto Manguel que a la letra dice: ''Hemos estado a la espera de un lector de Kafka para el siglo XXI, el siglo de la fragmentación. Quién mejor que Roberto Calasso para esta tarea. Después de conjurar a los dioses de Oriente y Occidente para que nuestro huérfano tiempo no los olvide (en Las Bodas de Cadmo y Harmonía..., La literatura y los dioses), nos recuerda ahora la imprescindible existencia de Kafka, cronista de la experiencia numinosa".

Y en efecto, es necesario releer al escritor de Praga y comprobar que como quizá dijera Borges, todo autor genial inventa a sus sucesores, leerlo, sí, para encontrar como el propio Kafka la iluminación interior. ¿Acaso no le escribía Franz a Felice en una carta fechada el 27 de noviembre de 1912, lo siguiente: ''De verdad..., cuando por la noche me encuentro sentado aquí a solas, sin haber escrito nada especial, como ayer y hoy, algo se arrastra turbio e indiferente, y la necesaria claridad sólo lo ilumina por unos instantes"? Y reitero, es importante leer a Calasso, ahora accesible también en México gracias a la editorial Sexto Piso, Calasso quien a su vez explica: ''Sólo se puede entender a Kafka si se lo lee literalmente", para agregar luego que desea presentar la obra de Kafka, ''como iluminada por su propia luz".

Y esa luz proviene o puede relacionarse en parte, para Calasso, con la sabiduría hindú, explorada por él en otro de sus libros llamado justamente Ka., en ese juego perverso de iniciales y de rescritura, una rescritura que nos incita con fuerza a releer a Kafka o al Mahabharata, y a sostener un diálogo con cada uno de los textos que a nuestra vez hemos tenido que cotejar y releer. ¿Un círculo vicioso?

Una retroalimentación, una antropofagia escrituraria; los nuevos textos han sido confeccionados de manera literal con la letra viva de los textos anteriores, aún más en Ka y Las bodas de Cadmo y Harmonía que en K., pues, ¿qué pensar cuando se coteja Ka con K.: ''Kafka habla de un mundo anterior a toda separación y denominación. No es un mundo sagrado o divino, ni un mundo abandonado por lo sagrado o lo divino (...) Hay un enlace único que es sólo potencia (...) El objeto acerca del cual escribe Kafka es la masa de la potencia, aún no disociada, separada en sus elementos. Es el cuerpo informe de Vrtra, que contiene el agua, andes de que Indra lo atraviese con el fulgor" . Y en el glosario que Calasso cree necesario incluir en Ka se lee: ''Vrtra: obstrucción, obstáculo. Su madre es Danu. En otros casos, nace de los restos del soma bebido por Indra".

¿De qué Kafka estamos hablando? ¿De qué libros sagrados hindúes? ¿Por qué no leer simplemente los libros originales? ¿Qué significan, qué suponen estas recreaciones, estas versiones literales? Quizá podríamos dar como respuesta la que en un párrafo sobre Kafka da Calasso: ''(...) tanto El proceso como El castillo parten de un presupuesto idéntico: que la elección y la condena casi no se distinguen. Este casi es el motivo por el que las novelas son dos y no sólo una".

 
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