Usted está aquí: miércoles 18 de mayo de 2005 Ciencias Comparten las serpientes ancestro común venenoso, revela estudio

De acuerdo con investigador de la Universidad de Melbourne, hay 2 mil 200 especies

Comparten las serpientes ancestro común venenoso, revela estudio

Aun los ejemplares más inofensivos producen la sustancia aunque carezcan de medios para transmitirla

Científicos indagan sobre su uso con propósitos benéficos para los seres humanos

SIMON HADLINGTON THE INDEPENDENT

Hace cien años Rudyard Kipling explicó al mundo de qué manera el elefante obtuvo su trompa. Ahora, científicos en Gales y Australia creen que han contribuido con páginas importantes a las Just so stories (fábulas de Kipling) y han descubierto "cómo la serpiente obtuvo su veneno".

La investigación relativa al origen de la producción de veneno ha revelado que hay 2 mil 200 especies de serpientes venenosas en el mundo; 2000 más de lo que se creía anteriormente. Nuevos estudios sobre la evolución hechos por el doctor Bryan Grieg Fry en la Universidad de Melbourne muestran que casi todas las serpientes tienen un ancestro común venenoso, y que cientos de especies inofensivas -de las cuales anteriormente se pensaba que sólo producían "saliva tóxica"- han demostrado que son capaces de producir veneno de verdad. Parecería que aun las especies más inofensivas, como las culebras de jardín y las que se alimentan de pequeños roedores, poseen un veneno cuya complejidad es similar a la de sus primas más mortíferas, como las víboras y las cobras. Aunque en las culebras, teóricamente inofensivas, el veneno se produce en pequeñas cantidades y esos animales carecen de lo necesario para transmitirlo de manera eficiente.

Se calcula que cada año alrededor de cinco millones de personas son mordidas por culebras o serpientes, y aproximadamente 12 mil 500 mueren. Una mejor comprensión de la composición de los venenos -y de la manera en que llegan a variar los venenos de serpientes de la misma especie- puede ayudar a los médicos a desarrollar contravenenos más efectivos.

Además, los venenos contienen sustancias, como las neurotoxinas, susceptibles de tener efectos farmacéuticos importantes y de ser empleadas para crear nuevas medicinas.

Diversos tratamientos, entre ellos el que utiliza el anticoagulante común llamado Arvin, ya se deriva de los compuestos del veneno de las serpientes. Por lo tanto, de acuerdo con estos descubrimientos existen miles de tipos más de veneno de serpiente que pueden ser usados en la investigación científica, muchos más de lo que se pensaba anteriormente.

El doctor Wolfgang Wuster, de la Universidad de Gales, en Bangor, quien llevó a cabo la investigación con el doctor Fry, dice: "Los venenos de las serpientes son mezclas complejas de proteínas. Puede haber hasta varios cientos de componentes individuales en un solo veneno. Algunos de los componentes pueden interferir con la coagulación de la sangre, otros ocasionan fugas en los vasos sanguíneos, mientras otros bloquean la transmisión de los impulsos nerviosos y ocasionan parálisis".

Reducen presión sanguínea

Los científicos pueden utilizar algunos de los componentes del veneno para lograr efectos benéficos en el cuerpo. Por ejemplo, algunos venenos reducen la presión sanguínea tan rápidamente que la víctima muere de manera instantánea. Al aislar y reproducir el componente relevante de este veneno, los científicos pueden elaborar un medicamento que reduzca la presión sanguínea. Más aún, los medicamentos que imitan el veneno de las serpientes son rápidos y efectivos debido a que el veneno ha evolucionado a lo largo de millones de años para ser rápido y efectivo.

"Podemos localizar las primeras serpientes reconocibles en el periodo cretácico, hace alrededor de cien millones de años", continúa el doctor Wuster. "Si examinamos el árbol de la evolución podemos observar una serie de ramas que llevan hasta las serpientes primitivas que aún existen."

De las 2 mil 700 especies de serpientes que se conocen hoy día, cerca de 500 están clasificadas como primitivas. El doctor Wuster agrega que "en el periodo cretácico tardío y especialmente en el terciario, observamos una radiación relativa a la evolución de las serpientes modernas con cerca de 2 mil 200 nuevas especies en proceso de evolución. Entre ellas se encuentran todas las altamente venenosas, así como muchas inocuas, como las que se alimentan de pequeños roedores y las que llamamos culebras de jardín. En este grupo, el uso del veneno está ampliamente extendido y presente en la mayoría de las especies, independientemente de si son peligrosas para el ser humano o no. Para la mayoría de las serpientes el veneno es parte integral de su historia natural. Para nosotros la pregunta es: ¿cuándo evolucionó el veneno? ¿Surgió una y otra vez en distintas ramas, o evolucionó solamente una vez en la base del árbol evolutivo y se conservó en unas especies y se perdió en otras?"

Para averiguar si las 2 mil 200 especies tenían a un ancestro común que producía veneno, los investigadores examinaron la anatomía de las serpientes que se encuentran en distintas ramas del árbol de la evolución, junto con la composición del veneno.

Wuster agrega: "Muchas serpientes poseen una glándula venenosa, pero no producen mucho veneno y no tienen el equipo anatómico para inyectarlo de manera efectiva. Algunas serpientes producen veneno, pero sólo poseen colmillos simples y pequeños que ocasionan una herida superficial en su presa, dentro de la cual podría llegar a escurrir algo del veneno.

El siguiente nivel consiste en que las serpientes tienen colmillos acanalados y de mayor tamaño en la parte posterior de su mandíbula superior. El veneno puede entonces fluir por medio de los canales en los colmillos. El sistema más complejo que puede verse en las víboras consiste en dos colmillos tubulares muy largos y articulados que pueden moverse hacia delante. El veneno es exprimido de la glándula por medio de músculos y rociado hacia el interior de la presa."

Cuando los investigadores analizaron muestras de veneno provenientes de gran número de especies, desde las ligeramente venenosas hasta las altamente peligrosas, encontraron que las serpientes inofensivas del género Coluber, como las culebras de jardín, poseían venenos complejos similares a los de las serpientes más venenosas.

Wuster añade: "Todas las serpientes parecían tener proteínas similares en su veneno. Esto sugiere de manera casi inequívoca que el veneno se deriva de un origen común. Si hubiera sido reinventado varias veces a través de la evolución de las diferentes especies, uno podría esperar encontrarse con distintas familias de proteína en cada veneno".

© The Independent

Traducción: Gastón Ramírez Cuevas

 
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