Usted está aquí: miércoles 18 de mayo de 2005 Mundo Opositores ubican en 800 la cifra de muertos en Uzbekistán la semana pasada

El régimen de Karimov admite sólo 169 decesos y reitera que eran rebeldes

Opositores ubican en 800 la cifra de muertos en Uzbekistán la semana pasada

Cientos de personas exigen conocer el paradero de los detenidos en las comisarías de Andizhán

AFP, DPA Y REUTERS

Ampliar la imagen Unos 534 refugiados uzbekos, entre ellos 96 mujeres y 21 ni� permanecen en la zona lim�ofe con Kirguist� donde levantaron ya un campamento en espera de cruzar la frontera. A la derecha, otro grupo de desplazados aprovecha un campo de riego para refrescarse, cerca de Barash FOTOS Ap y Reuters

Andizhan, 17 de mayo. El gobierno de Uzbekistán admitió este martes que la represión en el este del país la semana pasada provocó al menos 169 muertos, a pesar de que antes había hablado de sólo 30 víctimas, pero la nueva cifra está aún muy lejos de los 800 que barajan la oposición y testigos.

Sin embargo, en la capital del país, Tashkent, el presidente Islam Karimov justificó la represión como "medida antiterrorista", y dijo que en la ciudad de Andizhán no había manifestantes pacíficos, sino rebeldes "armados".

El gobierno de Karimov -apoyado por Rusia y China, y al que Estados Unidos considera un aliado en su "guerra al terrorismo", pues utiliza una base aérea uzbeka en la frontera con Afganistán- es acusado por los movimientos de defensa de los derechos humanos de reprimir toda oposición so pretexto de luchar contra el islamismo radical, y de emplear sistemáticamente la tortura.

El cómputo oficial de víctimas aumentó cuando el fiscal general uzbeko, Rashitjon Kadyrov, anunció que la insurrección en esa ciudad del este del país provocó 169 muertos, "de ellos 32 miembros de las fuerzas del orden, tres mujeres y dos niños".

"Todo aquel muerto por los militares tenía un arma en la mano", añadió el fiscal.

Al menos 745 personas murieron en la insurrección antigubernamental de Andizhán, afirmó por su parte el diario ruso Izvestia, citando fuentes de un partido de oposición uzbeko, Campesinos Libres, que hizo un censo casa por casa.

Un editorial del diario inglés The Independent señala este miércoles que "los uzbekos se están rebelando porque viven en una absoluta, asfixiante pobreza y no tienen ninguna libertad (...) Es cierto que hay un pequeño movimiento fundamentalista islámico en el país, pero en la presente rebelión todas las tácticas clásicas de la Jihad -como atentados explosivos suicidas o atacar civiles- han sido escrupulosamente evitadas, y únicamente la policía muestra la fuerza de su rabia".

Cientos de personas acuden a las comisarías de policía en Andizhán con la esperanza de saber lo sucedido a sus familiares o amigos, que fueron arrestados o ultimados durante la represión, según informes de Afp, aunque los militares obligaron a la prensa internacional a dejar la región. "¡Muéstrenlos vivos o entreguen sus cadáveres!", gritaban algunos.

Medios locales dijeron que continúan los tiroteos en la zona limítrofe con Kirguistán, donde se encuentran miles de refugiados.

La organización humanitaria Amnistía Internacional exigió una investigación externa de la represión contra manifestantes que actuaron "de forma pacífica" el viernes pasado, y advirtió que con el bloqueo de las líneas de comunicación y acceso a Andizhán, las autoridades pueden "actuar impunemente".

Estados Unidos se manifestó hoy "profundamente preocupado" por la situación en Uzbekistán, y al igual que el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y la Comisión Europea, pidieron "moderación" a las autoridades uzbekas. Pero la Comisión Europea no precisó si los acontecimientos en este país de Asia Central tendrían una incidencia en las relaciones.

 
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