Usted está aquí: lunes 16 de mayo de 2005 Cultura El talento del linaje Cantú, en una muestra

La exhibición presenta las facetas artísticas de los integrantes de la tríada familiar

El talento del linaje Cantú, en una muestra

ANGEL VARGAS

Tres miradas, tres sensibilidades, tres propuestas, una síntesis artística del siglo XX mexicano. Eso es lo que ofrece la exposición Cantú, tres generaciones, un homenaje a una de las más importante estirpes de artistas nacionales: Federico Cantú Garza, Federico Cantú Fabila y Adolfo Cantú. Abuelo, padre e hijo.

Inaugurada el sábado por la secretaria de Cultura del GDF, Raquel Sosa, en el lobby de la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, la muestra es un recorrido por la historia contemporánea del arte pictórico y escultórico en nuestro país, a través de una selección de obras en la que se presenta de manera evolutiva el quehacer de cada uno de los integrantes de esa tríada familiar y artística.

Bocetos de mural, óleos, acuarelas, monotipos, técnicas mixtas; escultura en bronce, hierro, mármol y madera, así como relieves, con temáticas lo mismo figurativas que abstractas, dan cuenta del talento y variedad de técnicas ejercidas por cada uno de los miembros del linaje Cantú.

Conocido públicamente por ser creador del emblema del Instituto Mexicano del Seguro Social, Federico Cantú Garza (1907-1989) es considerado uno de los más importantes exponentes del arte latinoamericano, luego de dedicar 65 años de su vida a cultivar todas las disciplinas de las artes plásticas.

Nacido en el seno de una familia artística, integrada por los escritores Adolfo Cantú Jáuregui y María Luisa Garza, trabajó al lado de Diego Rivera en obras murales, tras haber ingresado en la escuela al Aire Libre de Coyoacán, dirigida por Alfredo Ramos Martínez.

Cantú Garza perteneció a la inolvidable Escuela de París, junto Picasso, Breton, Man Ray y Miró, entre otros artistas, y es ampliamente reconocido por su extraordinario trabajo pictórico en Montparnasse.

Federico Cantú Fabila, en tanto, nació en 1929 también en el seno de una familia de artistas, luego de que su padre casase con la pintora Luz Fabila y decidieran autoexiliarse a Estados Unidos, como lo hicieron otros artistas seguidores de José Vasconcelos, como Frida Kahlo y Diego Rivera.

Desde muy temprana edad aprendió los menesteres del arte en su casa y frecuentando a los amigos paternos, entre los que se encontraban Inés Amor, Roberto Montenegro y Jesús Guerrero Galván, personajes que no son ajenos a su obra.

Fue en 1965 cuando Cantú Fabila inició lo que podría llamarse su camino y estilos propios: el trabajo en hierro forjado, "donde eleva el quehacer artesanal al grado de arte".

El siguiente en la dinastía es Adolfo Cantú, quien nació en 1958, en Monterrey, Nuevo León. Desde muy niño es un apasionado del arte, en gran medida impulsado por sus abuelos Federico y Luz.

Se considera autodidacta, aunque no deja de reconocer la influencia ejercida por su familia y los estudios en diseño gráfico y arquitectura, lo cual puede apreciarse en muchos de sus trabajos. Su producción, según reza la cédula de la exposición, es "variada e impredecible".

Cantú. Tres generaciones permanecerá abierta en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, Tlalpan), durante todo un mes.

 
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