Usted está aquí: lunes 16 de mayo de 2005 Mundo Fidel Castro cumple dos meses de hacer "comparecencias especiales"

Arremete contra mandatarios de AL, la OEA, la ONU y miembros de su gabinete

Fidel Castro cumple dos meses de hacer "comparecencias especiales"

Sus discursos alteran la programación televisiva; los más cortos duran casi tres horas

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El presidente cubano Fidel Castro durante una de sus presentaciones por televisi�en las cuales dirige mensajes a la naci�ue ya empiezan a volverse costumbre en la isla FOTO Ap

La Habana, 15 de mayo. ¿Es una nueva herramienta de gobierno o una campaña? ¿Se parece más al Aló, presidente de Hugo Chávez o a las arengas desde los estudios de la televisión cubana al principio de los años 60? ¿Hay que buscar señales implícitas, más allá del discurso principal?

No hay respuestas precisas para estas preguntas. Lo cierto es que las "comparecencias especiales" de Fidel Castro han ganado un espacio propio dentro de la política de comunicación del presidente cubano.

Sentado al centro del escenario, Castro habla desde hace dos meses en la sala principal del Palacio de las Convenciones ante la más alta directiva del gobierno, del Partido Comunista y su ala juvenil, líderes de organizaciones gremiales y vecinales, oficiales de las fuerzas armadas y de la seguridad interior.

Los discursos se transmiten en la cadena nacional de radio y televisión. Como ha ocurrido en cuatro décadas, se sabe la hora en que empiezan pero nunca cuándo terminarán. En este lapso Castro ha tenido 20 "intervenciones especiales". Una cada tres días. Las más cortas, de dos horas y 45 minutos. La más larga, de algo más de cinco horas.

Todo sin contar otros turnos en tribuna en el mismo periodo: en un foro académico, ante altos jefes militares, frente a empresarios venezolanos y el primero de mayo en la Plaza de la Revolución.

La ronda empezó el 17 de marzo, cinco días después de que terminaron las "tribunas abiertas de la revolución", los mítines sabatinos de respaldo al gobierno cubano y de ataques al estadunidense, que se celebraron en los últimos cinco años en los 169 municipios del país.

También en este lustro la televisión ha transmitido diariamente la Mesa Redonda Informativa, un programa que refleja el rumbo de la agenda oficial, en un horario vespertino que coincide con el más habitual momento familiar de los cubanos.

Las "intervenciones especiales" de Castro han ocupado el horario de la Mesa Redonda, aunque lo han rebasado.

Problemas con los horarios

Los discursos descarrilan la programación televisiva. En una ocasión el presidente se manifestó inquieto por prolongar su alegato mientras los aficionados esperaban la transmisión de la serie final del campeonato de beisbol, el pasatiempo nacional.

Poco después se repitió el dilema y Castro, de plano, pidió desde el micrófono a las autoridades deportivas que pospusieran el inicio del partido en turno hasta que él terminara de hablar.

En contraste, el público de las telenovelas, generalmente femenino, debe esperar el capítulo diario hasta un momento incierto de la noche.

En estos discursos Castro anunció la revaluación de las dos monedas locales; llamó a una ofensiva masiva contra la corrupción; detalló un plan de reparto de ollas y parrillas eléctricas y dijo hasta cómo cocer los frijoles para reducir el uso de combustible en las cocinas. También expuso la restructuración del sector eléctrico, en medio de hirientes alusiones al depuesto ministro de Industria Básica, Marcos Portal.

Un día hizo traer al escenario ventiladores armados artesanalmente y refrigeradores soviéticos y estadunidenses, con décadas de servicio, para montar un efímero museo del electrodoméstico realmente existente, a los que el mandatario criticó por el gasto excesivo de corriente y anunció su futuro remplazo masivo.

Dispuso el aumento a las pensiones y a los salarios mínimos, los apoyos directos a las familias más pobres del país y la ayuda alimentaria a las cinco provincias orientales; hostilizó a los pequeños reductos de microempresa privada, como los restaurantes familiares y los taxistas independientes; elogió al difunto Juan Pablo II y perfiló su actual campaña por la captura y deportación a Venezuela de Luis Posada Carriles.

En esta tribuna el líder cubano lanzó su más violento golpe a un gobierno mexicano, personificado en Vicente Fox y Luis Ernesto Derbez; llamó ignorante y "mocosa" a la expresidenta de Panamá, Mireya Moscoso; tildó de "bobito" e insulso" al chileno José Miguel Insulza, secretario general electo de la Organización de Estados Americanos, a la que llamó "putrefacta"; repudió a los "seudoizquierdistas" cuando hablaba elípticamente del presidente chileno Ricardo Lagos; trató como "el tal Saca" al mandatario salvadoreño; pronosticó el triunfo electoral de los sandinistas en Nicaragua y pidió posponer el debate de sus "errores" cuando gobernaron en los años 80; dijo que la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas le importa "un bledo", pero criticó con aspereza, en bloque e individualmente, a los gobiernos que apoyaron en ese organismo una resolución sobre Cuba y ha barrido con un amplio catálogo de adjetivos al presidente George W. Bush y a otros funcionarios estadunidenses.

En su acostumbrada forma de requerir informes inmediatos, una vez puso en apuros al ministro del Trabajo, Alfredo Morales, a quien despachó súbitamente del micrófono, tras reprocharle que no respondía con precisión, aunque en la siguiente sesión le ofreció disculpas.

Al ministro de Educación, Ignacio Gómez, lo interrogó hasta esclarecer que tenía 10 mil televisores almacenados, mientras un líder de la Juventud Comunista estaba pidiendo aparatos para su sector. Castro dispuso de inmediato que el ministro entregara ese lote al muchacho, quien ahora tendría la autoridad para el reparto.

El líder de los sindicatos, Pedro Ross, debió ofrecer una explicación detallada de cómo se habían distribuido televisores entre sus afiliados, luego que Castro reportó quejas.

El mandatario lee con profusión despachos de prensa y sondeos de opinión que se realizan desde hace cinco años sobre temas de actualidad. Dice que prefiere difundir los que contienen "matices críticos" sobre los favorables, aunque descarta los "gusanos" (franca oposición), que en una ocasión ubicó en un 0.5 por ciento del total.

Casi siete meses después de la caída accidental que le causó fracturas en la rodilla izquierda y el hombro derecho, Castro parece recuperado. Entra con agilidad al proscenio y se levanta de su asiento sin dificultades, mueve la mano y el antebrazo derechos, pero no el brazo.

Ha desarrollado el reflejo de pasarse la punta de los dedos de la mano izquierda por el hombro derecho, en una aparente secuencia del tratamiento. Una vez contó que su terapia lo ponía en caminatas desde 30 minutos hasta dos horas.

También dijo que tiene temas suficientes para mantener esta ronda de apariciones durante seis meses.

 
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