Usted está aquí: viernes 6 de mayo de 2005 Opinión La resaca

Luis Javier Garrido

La resaca

La entrevista de hoy entre Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador no sellará más que una tregua momentánea entre los dos, pero el conflicto de fondo va a seguir y desde luego la pretensión de la ultraderecha de conservar el poder tras 2006.

1. La hasta ahora fracasada intentona de Vicente Fox y Carlos Salinas de manipular el proceso electoral ha dejado un saldo desastroso en la vida institucional de México, pues no sólo ha terminado por llevar el desprestigio de estos dos individuos a su nivel más alto, inhabilitar como próximos presidentes a sus pupilos Roberto Madrazo y Santiago Creel -dos de los principales golpistas que aparecieron como carentes de ética y de dignidad-, sino desprestigiar al máximo tanto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación -vuelta una instancia política por las ambiciones de su presidente- como a la Cámara de Diputados -que sin sustento jurídico votó como habían acordado sus jefes-, y hacer ver el carácter antidemocrático y fascistoide del PAN y el PRI tornando a la "clase política" mexicana en el hazmerreír de todos.

2. La fallida asonada ha evidenciado ante todo que el régimen mexicano no tiene rasgos democráticos, y que si existe una sociedad cada vez más democrática, como mostró la marcha del silencio del pasado domingo 24 de abril, la "clase política" continúa siendo profundamente antidemocrática.

3. Las gentes que gobiernan México siguen ancladas en las prácticas del pasado, viendo el poder como un botín y no tienen respeto alguno por la legalidad porque no ha habido cambio, sino continuismo en las altas esferas del Estado. El régimen político de México no mostró ser democrático a lo largo de los pasados 14 meses en que el gobierno foxista lanzó su embestida contra el jefe de Gobierno de la capital y no está mostrando serlo después de la decisión anunciada por Fox (27 de abril) de que la Procuraduría General de la República (PGR) no procederá ya contra aquél ni mucho menos después del comunicado de dicha dependencia del 4 de mayo en el que da una salida a medias al problema, pues deja entrever que mantiene abierta la posibilidad de actuar en el futuro por el caso de El Encino.

4. La salida política -no jurídica- que hasta ahora está dando la PGR al caso no ha hecho más que refrendar la ineptitud y la mala fe del gobierno foxista. El boletín tiene como finalidad algo que resulta absurdo: insistir en la culpabilidad de López Obrador (la cual el Ministerio Público no pudo demostrar jurídicamente) con el doble objetivo: a) de justificar las acusaciones de Fox contra el que ve como su odiado adversario a lo largo de más de un año, el papel indigno de la Cámara, los discursos del presidente de la Corte, Mariano Azuela, entrometiéndose en el asunto, y la campaña desaforada en los medios que tanto le costó al erario, y b) dejar abierta la posibilidad de utilizar en la campaña electoral el argumento de la culpabilidad, que no se habría querido probar por supuestas insuficiencias de la ley, y de "la sensibilidad política de Fox" para resolver el problema.

5. Lo cierto es, por el contrario, que Fox se echó para atrás porque estaba llevando a su gobierno a un desastroso final de sexenio en el que se acentuaba la confrontación entre el pueblo y el gobierno, porque casi nadie le creía, ni en el país ni en el exterior, y que de proseguir por esa vía llevaría a una crisis política, económica y social de proporciones no vistas y a una total deslegitimación del régimen. La propaganda oficial de que Fox actuó como "un hombre de Estado" y de que hay en México un régimen democrático (aunque se le llama "incipiente") no son por ello más que las mismas expresiones demagógicas de la derecha que gobierna al país, como demuestra el boletín de la PGR, plagado de contradicciones y que enseña la ignorancia del Ministerio Público Federal.

6. En vez de anunciar que abandonaba sus pretensiones de ejercer acción penal alguna contra el jefe de Gobierno por el caso de El Encino al no haber fundamento para ello, el nuevo procurador Daniel Cabeza de Vaca con profunda ignorancia dice, lo que es de risa, que un año después de amenazar con proceder penalmente, la PGR se dio cuenta de que no hay delito que perseguir, pues no hay pena, y, como se sabe, los delitos son las acciones y omisiones "que sancionan las leyes penales", según el Código Penal vigente en materia federal desde 1931. Pero más adelante se contradice y afirma que "está acreditado el cuerpo del delito" (que ya dijo que no existe) y "la probable responsabilidad" de López Obrador que, afirma, reconoció la Cámara de Diputados (que no es una instancia jurisdiccional).

7. El régimen mexicano no es democrático tan sólo por ese hecho; porque no se ha logrado lo que es una ambición desde el siglo XIII, cuando se arrancó al rey Juan la Carta Magna en Inglaterra: que el jefe de Estado se someta a las leyes y sobre todo que abandone su pretensión de impartir justicia, como se hacía en la Edad Media y se hace aquí. Vicente Fox, más todavía que los gobernantes priístas, ha buscado someter las leyes a sus ambiciones políticas y las de su esposa, y ha pretendido impartir justicia. Sigue culpando por nada a López Obrador, pero exoneró, a pesar de las evidencias, a Salinas, a Zedillo y a los responsables del Fobaproa y del Pemexgate; impuso sanciones administrativas ridículas a quienes delinquieron en su gobierno y fueron sorprendidos, desde Carlos Rojas hasta Jorge Serrano Limón; y ahora está protegiendo a muchos otros, desde al gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, hasta a los hijos de Marta Sahagún, cuyo súbito y descomunal enriquecimiento está marcando el final de un sexenio en el que lo principal fue que los amigos de Fox hicieran negocios.

8. El gobierno foxista, integrado por empleados de empresarios, tecnócratas y uno que otro empresario, ha visto en estos años al gobierno como un medio para hacer negocios, y por eso, más que por ninguna otra razón, se resisten a perder el poder. Acaso en ello pensaba Fox cuando el martes 3 afirmó en La Paz (Bolivia) que se sentía más empresario que político.

9. El régimen mexicano no es democrático, ante todo porque los frutos de la riqueza del país están cada vez más en manos de las corporaciones multinacionales y de unos cuantos especuladores y traficantes de influencias, mientras el pueblo se halla en una creciente miseria que Fox disfraza con cifras.

10. El país se halla ante una disyuntiva histórica, y 2006, a pesar de muchos, será un episodio más de una lucha por definir el proyecto de país que se quiere. Y del movimiento social va a depender que se logre avanzar o que haya nuevos retrocesos.

 
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