Usted está aquí: jueves 5 de mayo de 2005 Opinión Donato Alarcón (1935-2004)

Samuel Ponce de León R.*

Donato Alarcón (1935-2004)

A finales de diciembre de 2004 murió Donato Alarcón Segovia. Su muerte marca el fin de una época para la medicina en nuestro país. Como ningún otro médico cultivó con éxito todas las áreas del conocimiento de su especialidad; fue un investigador clínico excepcional y productivo que describió signos y enfermedades, reconoció nuevas entidades patológicas, propuso clasificaciones y se adentró en el estudio de los mecanismos fisiopatogénicos.

Donato Alarcón describió, asimismo, las bases celulares de las enfermedades que reconoció y estableció nuevas hipótesis para explicar cambios de las células enfermas. Simultáneamente, atendió a sus pacientes atento a no hacer distinciones por su condición social. Fundó y dirigió el Departamento de Inmunología y Reumatología del Instituto Nacional de Nutrición, cuyo nombre cambió al de Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, por propuesta del propio Donato, en un intento por presentar el real ámbito de nuestras actividades.

Investigador nacional emérito, miembro de El Colegio Nacional y de la Junta de Gobierno de la UNAM, profesor titular, doctorado honoris causa de múltiples universidades, maestro distinguido, conferencista destacado, recibió innumerables premios y distinciones. Después de terminar su segundo periodo como director del instituto volvió a sus actividades de investigación con gran entusiasmo y así se mantuvo durante los dos años que duró su enfermedad bajo tratamiento.

Pocas semanas antes de que se presentaran los primeros signos del tumor cerebral que lo mató, coincidimos en una comida. Al pasar por nuestra mesa nos saludó, al tiempo que se quitaba unos lentes de sol, diciendo: "Alarcón, Donato Alarcón", en resonancia con "Bond, James Bond". Efectivamente, Donato era audaz, elegante y ciertamente vanidoso como el personaje británico. Dos semanas antes de que iniciara el último intento terapéutico, charlamos en su oficina y me platicó su enojo con el editor de alguna revista estadunidense que le estaba retrasando una publicación. Sus conflictos, principalmente con editores de las revistas de Estados Unidos, fueron frecuentes y citaba diversos casos en los que sus publicaciones originales fueron retrasadas para permitir que grupos estadunidenses copiaran sus conceptos y los publicaran con prioridad.

La medicina se encuentra hoy en la antesala de cambios profundos. Es difícil pretender visualizar los cambios y sus consecuencias, pero son claras algunas tendencias. Es evidente la inminencia de un empujón final hacia el abismo en la seguridad social. La tercera vía, el Estado benefactor, no es considerada conveniente ni viable para el mercado local. El ambiente que permitió el desarrollo de Donato como investigador y clínico está desapareciendo ante el embate de un proyecto de medicina comercial y el desentendimiento estatal en sus responsabilidades de asistencia médica.

Donato Alarcón cumpliría este 6 de mayo 70 años. En muy diversos foros y discusiones expresó su malestar ante el panorama descrito. Sabía bien que el ambiente que permitió su desarrollo desaparece a ojos vistas y que la calidad real es sustituida por palabras.

Su muerte, si bien no pasó inadvertida, no fue apreciada en la magnitud y significancia de lo que implica su ausencia. Este viernes Alarcón, DAS, Donato, cumpliría 70 años, y se le extraña.

* Academia Nacional de Medicina

 
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