Usted está aquí: miércoles 4 de mayo de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Fox y Calles: cifras de crecimiento económico similares

La caída de las acciones de las empresas de Salinas Pliego arrastra a accionistas minoritarios

Las rebanadas del pastel:

POR LO VISTO, el Fondo Monetario Internacional no sólo le amarga la vida al coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia de la República, Eduardo Sojo, sino las giras internacionales del mismísimo inquilino de Los Pinos, a quien ayer se le desmoronó otro de sus "datos duros" que sustentan su país de las maravillas: la economía mexicana, sostiene el FMI, ya no ocupa la novena posición en el ranking mundial, sino la décimo cuarta, en vías de empeorar.

SIEMPRE COINCIDENTE CON los señalamientos de los organismos financieros internacionales (cuando le benefician, desde luego), el presidente Fox no supo digerir las amargas proyecciones del Fondo y en plena gira por Bolivia tuvo que hacer referencia al tema, muy a su pesar: "Estamos hablando de pronósticos, no necesariamente compartidos. No son cifras reales ya sucedidas, sino pronósticos y estimaciones. Por tanto, no deben de darse como un hecho".

EL HECHO, COMO lo puntualiza el FMI, es que sólo en 2001 la economía mexicana ocupó la novena posición a nivel mundial. A partir de ese año, "con cifras reales ya sucedidas", el descenso ha sido constante. Cierto es que la décimo cuarta posición en 2005 referida por el organismo financiero es una estimación, pero ésta tiene sustento.

EL REPUNTE QUE en 2004 reportó el producto interno bruto mexicano no alcanza para compensar la caída observada en los tres años previos, a menos que el inquilino de Los Pinos suponga que con una ridícula tasa promedio anual de crecimiento del PIB en el cuatrienio (1.57 por ciento) México ascendería algunos peldaños en el ranking internacional.

Machacona frase de batalla ("ocupamos la novena posición") cada vez que una mala noticia económica salía a flote -es decir algo prácticamente cotidiano durante la administración del "cambio"-, el inquilino de Los Pinos exaltó hasta el agotamiento el supuesto de que México le hablaba de tú a las economías poderosas, y era más sólida que la estadunidense, japonesa, alemana o china, uno de sus dolores de cabeza.

SE LE CAYO otro de sus recurrentes "datos duros", lo que no agradó al presidente Fox. Y tiene razón de ser, porque en el discurso se escucha muy bonito pregonar que "somos la novena potencia", aunque en los hechos el crecimiento, el empleo y/o el bienestar social no aparezcan por ningún lado. En cambio, nada atractivo resulta presumir que "somos la décimo cuarta..."

SOLO EL PRESIDENTE Fox y sus guajiros parecían emocionados porque impulsaban -según esto- a la novena potencia económica. Habría que preguntarle a los desempleados, a los de salario mínimo, a los "emprendedores" y demás sobrevivientes del modelito económico defendido en Los Pinos durante los últimos cuatro sexenios, y conocer su balance.

MIENTRAS LA PRESIDENCIA de la República levanta esa encuesta, la administración del "cambio" resulta abiertamente perjudicada si se comparan los resultados de sus cuatro primeros años con los de sexenios anteriores -también defensores del prevaleciente modelo de apartheid económico-, aunque tampoco es para aplaudir.

ENTRE LOS LOGROS del actual inquilino de Los Pinos se cuenta una tasa promedio anual de crecimiento del producto interno bruto de 1.57 por ciento, proporción que sólo alcanza para cubrir sus giras internacionales y las de su señora esposa, chef incluido.

EN LOS PRIMEROS cuatro años del gobierno del "bienestar para la familia" (Ernesto Zedillo) dicha tasa anual fue de 2.65 por ciento, con todo y el desplome de 1995 (-6.22 por ciento), y en el mismo periodo, pero de la administración de la "solidaridad" (CSG), el promedio anual fue de 4.26 por ciento. En el de la "renovación moral de la sociedad" el resultado fue verdaderamente deplorable: -0.24 por ciento, con un costo social escalofriante.

SIN SER EXHAUSTIVA, una revisión hacia atrás nos indica que la tasa promedio anual de crecimiento del PIB en los primeros cuatro años de José López Portillo fue de 7.82 por ciento, mientras que en los de Luis Echeverría Alvarez fue de 6.4 por ciento. De hecho, hasta en los últimos cuatro años de Porfirio Díaz dicha tasa fue de 2.44 por ciento y en los cuatro primeros (siglo XIX) de 2.55 por ciento. El que más se acercó a la administración del "cambio" y sus resultados económicos fue Plutarco Elías Calles, con 2.06 por ciento.

MIENTRAS EL INQUILINO de Los Pinos observa cómo se le desmorona su "dato duro", un ex amigo de la administración del "cambio" también registra las consecuencias de sus pataletas. Tras anunciar la posible salida de sus empresas (Tv Azteca, Elektra, Iusacel y Unefon) del mercado neoyorquino de valores, Ricardo Salinas Pliego ve cómo se desploma el precio de sus acciones y afecta a los inversionistas minoritarios.

EN UNOS CUANTOS días, el espectáculo ofrecido por el regiomontano (que incluye el intercambio de demandas con el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y la imposición de multas por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores) ha motivado que el precio de las acciones de sus empresas -tanto en el mercado mexicano como en el neoyorquino- desciendan en picada.

AL CIERRE DE la sesión de ayer de la Bolsa Mexicana de Valores tales papeles acumulaban una pérdida cercana a 15 por ciento, proporción similar a la baja reportada en Nueva York. Si bien Ricardo Salinas Pliego es el accionista mayoritario de las cuatro empresas citadas y decide cómo arriesga su dinero, entre las patas se está llevando los intereses de los inversionistas minoritarios, quienes con el muy peculiar estilo que tiene el regiomontano a la hora de "hacer negocios" ya no sienten lo duro sino lo tupido.

HABRA QUE VER si en este "desencuentro" con sus amigos de la administración del "cambio", Ricardo Salinas Pliego recurre a los "buenos oficios" y relaciones de primer nivel que tiene su prima Martha Verónica Ortiz Salinas, quien todavía despacha como directora de la Fundación Vamos México, y es esposa de Fernando Elizondo Barragán, actual secretario de Energía del gobierno foxista.

EL CHARRITO DE Bucareli tendría que haber salido con la "renuncia" en las manos, pero el "estadista" no lo dispuso así. De que se va, se va, pero en el exceso el secretario del Trabajo, monseñor Carlos Abascal -uno de los feligreses del "cambio"- se quiere anotar para suplirlo en Gobernación. ¡No le hagan eso al país!

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