Usted está aquí: miércoles 4 de mayo de 2005 Cultura Visitantes del MAM defienden el derecho a admirar el arte de Varo

Injusto, que se llevasen las 39 obras de la artista para lucrar, señala espectadora

Visitantes del MAM defienden el derecho a admirar el arte de Varo

Afluencia constante de niños, adolescentes y adultos en la sala Xavier Villaurrutia del museo

El acervo de la pintora surrealista, que custodia el recinto, está involucrado en litigio sucesorio

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen El quehacer pict�o de Remedios Varo Uranga (1908-1963) contin�aparando el asombro de los visitantes del Museo de Arte Moderno, recinto que custodia 39 obras de la artista donadas por Walter Gruen y Alexandra Varsoviano al pueblo de M�co FOTO Marco Pel�

Negar a la sociedad el placer de admirar en el Museo de Arte Moderno (MAM) las 39 obras de Remedios Varo Uranga donadas al pueblo de México por Walter Gruen y Alexandra Varsoviano, que están involucradas en el litigio por la sucesión testamentaria de la pintora surrealista, sería un atentado contra la cultura y el derecho de los mexicanos a admirar su trabajo.

Al respecto, algunos visitantes comentan ''lo injusto que sería llevarse esas obras y que las utilicen con fines de lucro''.

La afluencia de espectadores en la sala Xavier Villaurrutia, del recinto que se ubica en Paseo de la Reforma y Gandhi, bosque de Chapultepec, es constante.

Por allí desfilan de manera pausada los visitantes, lo mismo niños que corren por todas partes controlados apenas por sus padres, que adolescentes y adultos.

Imágenes apocalípticas

De las 39 obras de Varo que resguarda el MAM, por cuestiones museográficas y de reacondicionamiento ahora sólo se exhiben siete en este recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes: Mujer saliendo del psicoanalista (1960), Roulotte (Carricoche), Creación de las aves, Mimetismo, El flautista, Ciencia inútil (o El alquimista) y Vagabundo.

''Me llama la atención el mundo interior de los personajes que ella muestra en sus pinturas, el pensamiento, la expresión o la tristeza.

''Son personajes solos, abandonados, pero con sueños de otro mundo, sueñan el mundo de los espíritus'', explicó Iván Vázquez, uno de los visitantes al museo, quien junto con su acompañante comentaban la impresión que les causaba los cuadros de la artista llegada a México como refugiada en 1941.

Y sobre el litigio, que en caso de resultar favorable a la sobrina de Varo podría conllevar a la subasta de las pinturas, agregó: ''Negar a la sociedad la apreciación de la obra sería un atentado contra la cultura y contra el derecho de los mexicanos a admirar su trabajo y un atentado contra alguien que escogió este país para crear, lo cual no pudo hacer en Europa debido a la Segunda Guerra Mundial.''

Ante el cuadro titulado Mimetismo, Vázquez, quien dijo ser editor de libros, se refirió a lo ''apocalíptico'' de las imágenes.

''Lo impresionante es que en todas las obras los personajes están solos, se disfrazan, se confunden con el entorno para protegerse.''

Por ejemplo, añadió, ''el señor de allá (El alquimista) se confunde con el piso que también es una forma de mimetismo, como este cuadro, en el que la mujer se incorpora a los muebles (Mimetismo, 1960), es como un ser humano que quiere ser objeto. Está encerrada y el mundo se está metiendo en su encierro''.

Hay muchas cosas que interpretar en las pinturas de Remedios Varo, concluyó.

Entre los asistentes al MAM también había niños.

Mira -le dijo una señora a un hiperactivo pequeño- ''este cuadro es como un triciclo grande, es como una casa y adentro tiene un piano''. Esa fue la somera explicación de la visitante al niño para que pusiera atención al óleo Carricoche. ''Aprovecha para verla, porque después ya no va a estar en este lugar'', dijo.

Mientras tres adolescentes calificaron de ''chidísima'' la pintura de La mujer saliendo del psicoanalista (1960), otros dijeron desconocer el proceso legal en el que están involucradas las 39 obras de la creadora de origen español.

Perfección en el trazo

Socorro Trujillo, otra de las visitantes, comentó que ''sería injusto que se llevaran las obras y que las utilicen con fines de lucro. Esa no fue la última voluntad de Remedios Varo''.

Mi esposo me regaló el catálogo de su obra, continuó la espectadora, ''y al revisarlo me sorprendió la perfección en el trazo y el aislamiento de los personajes.

''Por ejemplo, en una obra se observa a una mujer sentada en un sillón (Mimetismo); ella está formando parte de ese mueble, confundiéndose con la tapicería, en la cual la mujer se queda y no pasa a ser más que un objeto.''

 
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