Usted está aquí: domingo 24 de abril de 2005 Espectáculos FUSILERIAS

FUSILERIAS

Alfredo C. Villeda

Rock del Vaticano

Juan Pablo II comentó letras de Bob Dylan

EN EL HISTORICO despliegue mediático que protagonizó el papa Juan Pablo II no podía pasar desapercibido el alcance de las figuras del rock, a las que incluyó en su agenda en al menos tres o cuatro ocasiones durante el largo pontificado que encabezó. Sin duda la mayor conexión tuvo lugar con Bono, el cantante de U2, cuyos encuentros fueron ampliamente difundidos debido a una causa común: la lucha contra la pobreza y por la reducción de la deuda del tercer mundo. Ambos personajes, por cierto, compitieron en más de una oportunidad por el Premio Nobel de la Paz.

DE HECHO, CON motivo de la muerte de Karol Wojtyla, el primero de abril pasado, el líder del grupo irlandés le rindió honores llamándolo "un gran hombre-espectáculo, un gran comunicador de ideas", con lo que se suma a las voces que ubican al fallecido obispo de Roma como una figura de medios que ahí basó, sin olvidar el carisma, esa enorme popularidad que lo llevó a movilizar masas en cuanto país visitaba y a ser figura central de la política internacional en la era globalizada que rige al planeta.

BOB GELDOF, EX cantante del grupo Boomtown Rats, organizador del célebre concierto Live Aid en favor de los niños de Africa (en julio de 1985) y protagonista del filme The Wall (Alan Parker 1979); Bono, organizaciones no gubernamentales y economistas se reunieron con Juan Pablo II en 1999 para impulsar la campaña de condonación de deuda. "Sin el Papa veo difícil que el movimiento prospere", declaró el cantante de U2 a la muerte del religioso.

"OJALA ESTE HOMBRE se reflejara en nuestros líderes políticos -declaró, a su vez, Geldof, después de otra entrevista, realizada en 2000-. Ah, y me gustaron sus zapatos."

WOJTYLA SE ESFORZO durante la década de los 90 por entender la cultura popular y tendió la mano, en el discurso por lo menos, al mundo de la juventud. Es así como invitó al legendario Bob Dylan a tocar para él en septiembre de 1997 con motivo del congreso eucarístico efectuado en Bolonia.

DE ACUERDO CON los servicios informativos del Vaticano, Juan Pablo II hizo varias referencias a las canciones de Dylan durante ese encuentro. Por ejemplo, en Blowin' in the wind, cuya letra dice: "¿Cuántos caminos debe un hombre seguir?", el Papa respondió: "Uno. Sólo hay un camino para el hombre, es Cristo, quien dice 'Yo soy el camino'. El es el camino de la verdad y de la vida".

WOJTYLA PROSIGUIO: "LA respuesta a la pregunta de tu vida está en el viento, es verdad. Pero no es el viento que dispersa todo hacia la nada, sino aquél que lleva la voz del Espíritu diciendo 'Ven'."

EN 2000, AÑO en el que, ahora se sabe después de la lectura del testamento de Juan Pablo II, éste pensó en renunciar, el líder religioso se reunió con los integrantes del grupo Eurythmics, con la cantante canadiense Alanis Morissette y con el mítico Lou Reed (¿qué carajos hacía este auténtico demonio en los terrenos "celestiales"?) durante un concierto en la capital italiana en favor de la reducción de deuda a los países pobres, correspondiente al denominado Gran Jubileo de ese año y que convocó a por lo menos 300 mil jóvenes.

A PROPOSITO DE ese nexo, el disidente teólogo católico suizo Hans Küng escribió en su encendido alegato titulado "Las contradicciones del Papa", publicado, entre otros medios internacionales, por Le Monde, El País, Corriere della Sera y aquí en México por Proceso: "Como comunicador carismático y estrella mediática, este Papa triunfó especialmente con los jóvenes, inclusive a medida que iba envejeciendo (...) En una época en la que faltan figuras convincentes que sirvan de guía, esos jóvenes se rinden a la emoción de un acto compartido. El magnetismo personal de Juan Pablo Superstar suele ser más importante que el contenido de sus discursos".

ESA ES LA fugaz pero simbólica unión de la jerarquía máxima de la Iglesia católica y el mundo del rock en un cuarto de siglo, durante el mediático pontificado que recién concluyó (hasta el final el Papa fue "un gran hombre-espectáculo". Bono dixit).

EMPERO, CON LA AUTOELECCION del inquisidor Joseph Ratzinger como sucesor-cancerbero en el Vaticano, nada augura que haya nuevos encuentros.

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