Usted está aquí: domingo 10 de abril de 2005 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Paéz

Rodolfo Gaona, por ejemplo

EL PROXIMO MARTES 12 de abril se cumplen 80 años de la despedida de los ruedos del, a mi entender, torero mexicano de más carácter que haya triunfado en ruedos españoles: Rodolfo Gaona Jiménez, mestizo precioso, elegante y encastado, nacido en León de los Aldama el 18 de enero de 1888 y fallecido en la ciudad de México el 20 de mayo de 1975.

¿POR QUE EL de más carácter si el llamado Indio Grande pasa a la historia como uno de los diestros de estilo más refinado que en el mundo ha habido? Porque de 1908 a 1920 el también apodado El Petronio de los ruedos, pese a ser esencialmente un artista preocupado por la estética en los tres tercios, despliega en el tenso ambiente social y de inimaginada competencia taurina de España, una actitud torera y una seguridad en sí mismo que no volvió a mostrar ninguno de los diestros que lo sucedieron. (Nuestra primera figura, El Zotoluco, estará en la próxima feria de San Isidro gracias a la intercesión de Enrique Ponce con la empresa de Las Ventas.)

ESPAÑA HA PERDIDO ya sus últimas colonias, Puerto Rico, Cuba y Filipinas; se multiplican las huelgas obreras y su consiguiente represión, se crea por decreto un cuerpo especial contra el terrorismo, se constituye el Bloque de Izquierdas y se agudizan los problemas políticos, económicos y sociales. En lo taurino, la fiesta debe impregnar de un colorido emergente tan oscuro panorama.

SURGE ENTONCES, POR méritos propios, por las condiciones citadas y por la sensibilidad político-taurina de empresarios pensantes, la contrastada, apasionante y taquillera pareja de José Gómez Gallito y Juan Belmonte... a la que habrá de enfrentar y aun superar en diversos frentes la increíble fortaleza de ánimo y el talento torero de Gaona, en su solitaria lucha contra el siempre receloso y cerrado mundo taurino español y concretamente frente a Gallito, obsesivo y poderoso diestro hispano-gitano y el dictador de la fiesta en la península desde su alternativa, en septiembre de 1912, hasta su muerte en las astas de Bailaor, el 16 de mayo de 1920.

"CONMIGO NO PUDO la pareja", declararía orgulloso El Califa de León en sus memorias Mis veinte años de torero, dictadas a Carlos Quiroz Monosabio, crítico taurino, luego de la apoteósica despedida del maestro, el 12 de abril de 1925, en el Toreo de la Condesa, en un mano a mano con Rafael Rubio Rodalito.

AMADO NERVO, QUE en 1908 era secretario de la embajada de México, envió varias emocionadas crónicas al periódico El Imparcial, donde destacaba el valor sereno del leonés y el factor que marcaría la gran diferencia entre las versiones española y mexicana de la tauromaquia: el acento, la diferencia de velocidad o, si se prefiere, la falta de prisa al ejecutar las suertes por parte de los exóticos toreros mexicanos, como rasgo distintivo de su raza. "Fue a vender cajetas a Celaya, ¡y las hizo valer!", concluía exaltado el taciturno poeta nayarita una de sus notas.

Y PORQUE NO hay inteligencia total, tras 10 temporadas ininterrumpidas de torear y triunfar en cosos españoles, Rodolfo Gaona, en la cima de su gloria y figurón mundial del toreo, se enamora en Lima de la actriz española Carmen Ruiz Moragas, con quien contrae nupcias en Granada en noviembre de 1917, se divorcia en febrero del año siguiente, debe pagar una fortuna y tiene la temporada profesional más desastrosa en su carrera. Otros éxitos alcanzaría en los años 19 y 20, cuando vuelve a su patria, donde continuaría triunfando y consolidando una carrera artística incomparable.

 
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