Usted está aquí: viernes 1 de abril de 2005 Política Preocupación del Episcopado por Juan Pablo II

Consternación católica

Preocupación del Episcopado por Juan Pablo II

LAURA POY Y ELIZABETH VELASCO

Obispos de la Iglesia católica manifestaron su preocupación por el estado de salud del papa Juan Pablo II, quien sufrió una recaída luego de se agravara una infección de las vías urinarias que le ocasionó fiebre, lo que mantiene a su equipo médico atento de cualquier cambio en el estado del pontífice, quien permanece en su departamento del Palacio Episcopal en Roma.

En un comunicado, Carlos Aguiar Retes, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano y obispo de Texcoco, afirmó que el Papa se "acerca al final de su vida" y planteó que en estos momentos "tan críticos intensificamos nuestras oraciones por el Santo Padre y nos solidarizamos con sus dolores"

Señaló que el Papa "viajero", que calificó a nuestro país como "siempre fiel", está a punto de emprender el viaje "más importante" de su pontificado, ya que sus dolores y angustias son los de Cristo y sólo le queda decir: "todo se ha cumplido".

En nombre de los jerarcas católicos en México, afirmó que Juan Pablo II deja una Iglesia "llena de Cristo y corazones llenos de esperanza", en la que sus dolores y angustias, que son parte de su pasión, "mañana serán semillas de la fe para el mundo cristiano.

"Hemos visto un Papa -agregó- que se ha comunicado durante su pontificado en nueve idiomas distintos, pero ahora ha hablado en el lenguaje más universal: el del sufrimiento. Juan Pablo II jamás tuvo tanta perfección carismática como en los momentos de pérdida del habla, temblor y agonía que se perfila. Sólo falta que diga las palabras de San Pablo: he terminado mi carrera, he combatido el buen combate y ahora espero la corona de los justos".

Abelardo Alvarado, obispo auxiliar de la arquidiócesis primada de México y jefe del departamento de relaciones Iglesia-Estado de la CEM, manifestó su preocupación por el estado de salud del pontífice y expresó confianza en que pronto se restablezca.

"Hay que tener confianza de que Dios siempre está presente en nuestras vidas, que sus designios no los podemos comprender suficientemente. El estado de salud del Papa no sólo le afecta a él. Es también un testimonio que el mundo entero está presenciando y eso tendrá su valor moral en el orden de la fe".

No obstante, destacó que pese al debilitamiento de la salud del Sumo Pontífice y el sufrimiento que muestra, la Iglesia "no puede pensar en un determinado límite que pudiera tener en cuanto al término de su vida. Eso no lo podemos pensar. Por el contrario -dijo-, deseamos que disminuya el sufrimiento del Santo Padre, que sus condiciones de salud mejoren".

 
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