Usted está aquí: lunes 28 de marzo de 2005 Opinión Los retos de la nueva dirigencia nacional del PRD

Editorial

Los retos de la nueva dirigencia nacional del PRD

Ayer domingo Leonel Cota Montaño recibió de la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia la constancia que lo acredita como el próximo presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Cota Montaño, quien obtuvo 81.02 por ciento de los votos, enfrentará grandes retos que decidirán de alguna manera el futuro del partido. Para empezar, la nueva dirigencia perredista tendrá que trabajar arduamente para limpiar la imagen del PRD, manchada por las numerosas irregularidades ocurridas durante la elección interna, la semana pasada.

Por otra parte, tendrá la difícil tarea de neutralizar los enfrentamientos entre tribus y cacicazgos locales que conforman esa agrupación política para así presentar un frente unido de cara a las elecciones presidenciales de 2006. Cabe mencionar que este momento es vital para el PRD, pues el próximo día 30 se reunirá la Comisión Dictaminadora de la Cámara de Diputados para iniciar el proceso de desafuero contra Andrés Manuel López Obrador, principal carta perredista para 2006.

Durante el proceso electoral perredista se produjeron reiterados casos de acarreo de votantes, robo de urnas, secuestro de papelería electoral, hechos de violencia entre militantes y rasurado de padrones, lo que indudablemente empañó la elección y recuerda las prácticas que el priísmo empleó durante décadas para mantenerse en el poder.

La corriente de Camilo Valenzuela, el candidato perdedor, está reuniendo pruebas de esas irregularidades para pelear al menos la secretaría general del PRD. De acuerdo con los resultados oficiales, Cota Montaño recibió 462 mil 112 sufragios contra 108 mil 22 de Valenzuela, lo que lo margina de la secretaría general. Para aspirar a ese cargo, Valenzuela debió obtener la mitad más uno de los votos conseguidos por su rival. Si las denuncias no proceden, el segundo cargo en importancia del partido será para Guadalupe Acosta Naranjo.

Sin embargo, para Cota Montaño este alud de trampas y oscuras maniobras electorales "no son tan delicadas como se ha afirmado ni representan un problema mayor" para el partido, y descartó negociar la secretaría general para evitar la impugnación de los comicios. Ante esta actitud, cabe preguntarse si a la nueva dirigencia del PRD, cuya prioridad debería ser limpiar la imagen del partido y limar asperezas entre corrientes, le interesa realmente detener la profunda descomposición en la que ha caído y la división entre tribus que lo ha llevado a utilizar fraudes electorales con tal de manipular la voluntad de los militantes. Así, tal parece que el reto de recuperar los principios fundamentales del PRD ­que nació precisamente como una alternativa ante las prácticas electorales corruptas del Partido Revolucionario Institucional (PRI)­ quedará como asignatura pendiente. Por el contrario, si Cota Montaño da brillo a su elección y encara esos retos con decisión, no sólo legitimaría su cargo, sino también fortalecería la posición del PRD con miras a los comicios de 2006.

En ese contexto, la recuperación de la imagen y los valores del PRD es una necesidad urgente debido a la proximidad del proceso de desafuero contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien encabeza las encuestas electorales. Los perredistas deben tener en cuenta que para los comicios presidenciales el priísmo acudirá con gran dosis de desconfianza de la ciudadanía y el Partido Acción Nacional sufrirá un voto de castigo por el decepcionante gobierno de Vicente Fox. Para el PRD éste es el momento de regenerarse y demostrar al país que es una fuerza política confiable.

 
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