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COMUNICACION POR SATELITES
28 de marzo de 2005
La única compañía mexicana que presta el servicio satelital arrastra una larga historia de problemas financieros. Relevante en el plano técnico y científico, Satmex no ha logrado superar la situación de crisis. Se trata sin duda de una actividad estratégica para la economía y la seguridad, imprescindible para el gobierno, las empresas y la población, sin la cual el modo de vida a que estamos acostumbrados simplemente no sería posible.

Roberto Campa Zúñiga

¿QUE ES UN SATELITE?

Son naves espaciales que contienen en su interior equipo de recepción y transmisión de señales. Están ubicados a 36,000 kilómetros de distancia de la Tierra, en el Ecuador. Reciben y emiten señales de telecomunicaciones en una zona definida del planeta por medio de sus antenas. Una vez que el satélite recibe la señal, la amplifica y la cambia a una frecuencia diferente a la que fue recibida, y después la retransmite a la Tierra.

¿Quién los construye?

Aunque hay varios constructores en el mundo, los más grandes e importantes son los estadounidenses Space Systems Loral, Boeing Space and Communications y Lockheed Martin Commercial Space Systems. En Europa los constructores de mayor prestigio son Matra y Alcatel.

¿Cuántos hay en órbita?

Si contamos únicamente los satélites de comunicación comercial ubicados en el plano del Ecuador, hay alrededor de 220 satélites.

¿Qué materiales se emplean en su construcción?

Se emplean materiales ligeros como el grafito, el kevlar, paneles de aluminio y el titanio. Estos materiales permiten una estructura ligera y muy resistente, lo que reduce su peso total y facilita su lanzamiento al espacio. No se deforman con grandes cambios de temperatura, lo que permite al satélite soportar el estrés del lanzamiento: tanto la presión ejercida por el empuje del lanzador como las ondas acústicas de gran intensidad que generan los motores del cohete.

¿Por qué tienen esa forma?

Su forma define el método de estabilidad que utiliza el satélite. La estabilidad se logra por giro en los satélites cilíndricos, o por el control de sus tres ejes en los satélites triaxiales. Los cilíndricos son muy estables y fáciles de controlar, pero su capacidad de comunicación es menor que la de los triaxiales. Un triaxial genera más energía eléctrica ya que contiene más celdas solares instaladas en páneles solares extendibles.

¿Cómo funcionan?

Un satélite tiene 2 secciones: el Sistema de Comunicaciones o payload, y el Sistema de Plataforma o BUS. El BUS proporciona potencia eléctrica, orientación, estabilidad, capacidad de control y de configuración al payload. El payload es el subsistema que se utiliza para los diferentes servicios y aplicaciones, como voz y datos, radiodifusión sonora y de televisión, internet, telefonía rural y educación a distancia.

¿Cuánto duran?

Un satélite se diseña para tener una vida operacional de entre 10 y 15 años y depende del combustible que lleva a bordo. El combustible se utiliza para realizar maniobras de corrección de posición orbital y la optimización de su uso permitirá al satélite tener una vida útil más larga.

¿Cuánto cuestan?

El precio de un satélite depende de muchas variables. La más importante es su capacidad de comunicación y cobertura, ya que ésta determina la potencia eléctrica que debe generar. El precio varía en un rango de entre 70 y 200 millones de dólares, sin incluir el costo del lanzamiento ni del seguro. Si se incluyen estos costos, el precio puede llegar a ser de hasta 350 millones de dólares §

Satélites Mexicanos (Satmex) ve crecer cada vez más los problemas financieros que padece desde hace tiempo. Perdió 20 millones de dólares por reparación de daños e indemnizaciones al fallar su satélite Solidaridad I en 2000 y un poco más en 2001, cuando el Satmex 5 reportó una falla, que al final fue solucionada.

Pero, ¿qué pasaría a la economía nacional si se quedara un día sin estos vehículos?

La interrupción en el funcionamiento de la flota satelital constituida por el Solidaridad II, Satmex V y Morelos II ­que cubren desde Canadá hasta Argentina­ es definida por Enrique Melrose, ex miembro de la Comisión Federal de Telecomunicaciones: "A estas alturas la situación es crítica".

Pese a que siempre se puede migrar la información a otros aparatos ­expresa Merlose­ esto significa un gasto extraordinario para las empresas con un contrato de proveeduría satelital.

Para apreciar la dimensión de la falta de capacidad satelital se debe considerar que las aplicaciones de estos sistemas están en la transmisión simultánea de las cadenas de televisión, videoconferencias, telefonía rural, telefonía de larga distancia nacional, internacional y móvil. Incluso abarca la operación de cajeros automáticos en sitios muy remotos, educación a distancia, transacciones bancarias internacionales, comunicaciones de las casetas de cobro en autopistas, marítimas, así como redes de comunicación de los grandes corporativos.

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No obstante, una posible bancarrota de Satmex no implica que el país se quede sin servicio de satélites.

Además de la transmisión de voz y datos, como la Internet y los pronósticos metereológicos, están los medios usados para atender la seguridad nacional por las Secretarías de Defensa y Marina, Procuraduría General de la República (PGR), Policía Federal Preventiva (PFP) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. La suspensión de algunas de estas funciones o todas trastocaría la operación del país.

El doctor Octavio Islas, director de investigación de comunicaciones estratégicas del Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey campus estado de México, indica que la comunicación satelital es imprescindible para gobierno, empresas, bancos, instituciones educativas y médicas y las familias.

Enrique Melrose añade que, por ejemplo, la fragilidad financiera de Satmex podría acarrear que su deuda con las empresas proveedoras de programación televisiva comercial, como las cadenas HBO, Sony, Fox y Disney, interrumpieran los servicios de alimentación de señales de su programación vía satélite. Igualmente, las televisoras nacionales suspenderían la difusión de señales simultáneas, como transmisiones en vivo, eventos especiales, deportes, noticias y entretenimiento.

Pero también la posibilidad de quiebra de la empresa es materia de seguridad nacional, porque entre 7 y 8 por ciento del espacio de los satélites está reservado al gobierno federal para el uso de información de tipo estratégico. Instituciones del Estado utilizan el Sistema de Comunicaciones Móviles Satelitales, para apoyar labores de protección civil y para intercomunicación en operativos y acciones conjuntas con una extensa cobertura geográfica. Existen más de 2 mil unidades de enlace propiedad de Satmex instaladas en embarcaciones, vehículos, aviones y puestos de control pertenecientes al Estado Mayor Presidencial, PGR y PFP, entre otras. Esto constituye la red que permite las acciones de combate al narcotráfico y la delincuencia, atención en caso de emergencias y desastres naturales.

La falta de satélites frenaría la difusión de avisos náuticos y los pronósticos meteorológicos. Para tener idea más clara de este asunto debe verse que cada objeto o ser sobre la Tierra emite una estela o firma, su energía particular, la cual cambia conforme ese objeto o ser se modifica. Por esta característica es posible identificar mediante satélite la firma del agua salada, que es diferente a la del agua dulce o diferenciar el aire contaminado del limpio. Así, se puede seguir el comportamiento de fenómenos como los huracanes, el avance de las borrascas, los frentes fríos, los cambios de la temperatura de la atmósfera, la distribución del vapor de agua y, con ello, las sequías o los efectos de la contaminación.

El sector educativo también se vería afectado, ya que, por ejemplo, desde hace más de cinco años la Red Satelital de Distribución de Televisión Educativa desarrolla programas de alfabetización a distancia en todo el país, cubriendo todos los niveles de enseñanza. Gracias a ello existen programas de universidad virtual.

PERDIDOS EN EL ESPACIO

Como en otras privatizaciones, la de Satélites Mexicanos (Satmex) va camino al fracaso y pasar a manos de inversionistas extranjeros.

La compañía comenzó la insolvencia financiera a raíz de que en abril de 1999 su satélite Solidaridad I comenzó a fallar y dejó de operar para siempre en agosto de 2000. Esto le ocasionó pérdidas por más 20 millones de dólares.

Sin embargo, la crisis se hizo patente al año siguiente, ya que en 2000 reportó que sus ingresos habían crecido 24 por ciento, superando lo esperado. No fue hasta 2001 que sus flujos operativos comenzaron a ser insuficientes para cumplir sus adeudos, según refiere Satmex.

Esto ocurrió a pesar de que la empresa logró recuperar 235 millones de dólares del pago de la póliza de seguro del Solidaridad I, recursos que fueron destinados a cubrir la construcción de Satmex VI, cuya puesta en órbita debió haber sido en 2003 y continúa detenida.

Con la entrada de más participantes en la industria su situación empeoró. Uno de los errores cometidos por la administración de Satmex, según afirma Enrique Melrose, ex funcionario de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, fue que al comprar 75 por ciento de las acciones, sus propietarios Lauro González y Sergio Autrey (Grupo Principia) y Loral Space & Communications, pagaron cinco veces el valor real de la empresa. Después buscaron recuperar la inversión imponiendo tarifas muy elevadas respecto al promedio del mercado, dice el especialista.

Ahora, por si fuera poco y derivado de la crisis financiera, sus clientes con contratos de largo plazo están perdiendo la confianza en la compañía mexicana, indica Melrose. A finales de enero pasado Televisa canceló algunos de sus principales contratos con Satmex para contratar el servicio con la reaparecida Panamsat. Esta pudo conseguir la concesión al igual que la española Hispasat para ofrecer sus servicios satelitales en México.

Satmex padece una fuerte deuda de 760 millones de dólares, de los cuales 520 millones son con tenedores de bonos. Ello la ha llevado a incumplir pagos. El pasado 29 de diciembre venció el plazo para que pagara 188 millones de dólares al gobierno mexicano y no pudo cumplir.

Con un plan de restructuración de 18 meses, la compañía pretende que se le condonen adeudos, argumentando que el monto comprometido a la hora de adquirirla fue excesivo. Los abogados de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes analizan la posibilidad de llevarla a concurso mercantil o requisarla. Mientras, inversionistas extranjeros ya presentaron a la SCT la propuesta de capitalizar a Satmex a cambio de una participación accionaria.

Se trata de la estadunidense Constellations Group e Hispasat. En el caso de esta última se propone inyectar 120 millones de dólares a Satmex, recursos que se destinarán en el lanzamiento del Satmex VI ­que cuesta unos 90 millones de dólares­ y para poner en marcha las oficinas de la empresa en Latinoamérica, asegura Hispasat.

Constellation Group e Hispasat prometen que en 12 meses la empresa alcanzaría una operación con números negros  §

RCZ

Los satélites apoyan en el desarrollo de las áreas rurales, en la educación a distancia y telefonía de localidades remotas. Esta modalidad la aprovechan empresas como Teléfonos de México que acaba de ganar la licitación del Fondo de Cobertura Social, por lo que ofrecerá servicios de telefonía pública. Así, Satmex representa tecnológicamente una alternativa para las poblaciones rurales con escasas o nulas probabilidades de contar con otro tipo de infraestructura. Por medio de sus canales se permite la comunicación de telefonía local, de larga distancia nacional e internacional mediante estaciones terrenas. También provee la capacidad para usar nuevas aplicaciones, como Internet directo al hogar y conectividad de alta velocidad a proveedores de este tipo de servicios.

En el sector de las empresas los satélites suministran servicios de comunicación corporativa. Las compañías pueden enlazarse con todas sus unidades con mayor facilidad y menos gastos.

Un caso concreto son las tiendas Elektra, que están enlazadas a una red privada satelital para una intercomunicación más eficiente con las tiendas en Centroamérica. Tiene una de las redes más importantes por la cantidad de tiendas que comprende, más de mil en México, Guatemala y Perú.

También permite la comunicación mediante videoconferencias y dotar de mayor capacidad (ancho de banda) las plataformas de telecomunicaciones que transmiten grandes volúmenes de información hacia múltiples puntos dispersos. De esta forma, pueden incluir servicios como voz, datos, video, contenido e Internet en una sola vez. Así, tienen el control de sus transacciones financieras y bancarias, de sus puntos de venta, verificar tarjetas, administrar inventarios y mejor acceso a Internet.

Hay alternativas a la falta del servicio de satélite de Satmex. Existen otras 11 compañías que prestan servicios satelitales en México, según cifras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Están los tres aparatos de la estadunidense Panamsat que cubren el territorio nacional, y hay otros, como los servicios de la empresa española Hispasat, a la que se dio la concesión para operar en el país. Hispasat tiene un satélite, el Amazonas, que puede dar cobertura a México, aunque su principal punto de atención es Brasil.

La creciente utilización de tecnología en las actividades económicas y de índole social, como la educación y medicina, así como las relacionadas con la seguridad nacional, pone de relieve la vulnerabilidad de un país que depende mayoritariamente de una sola compañía para recibir el servicio de transmisión de información por satélite. Sobre todo cuando, como en el caso actual de México, el gobierno federal ha dejado claro que no piensa acudir al rescate financiero de Satmex, como se hizo en administraciones pasadas con los bancos o las autopistas concesionadas. Aunque nadie ha hablado de que el país enfrenta el riesgo de quedarse sin el servicio por los problemas financieros de la empresa proveedora, es claro que en este tema, como consideran los expertos, el país tiene mucho camino por avanzar para ofrecer certeza a los usuarios§




 


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