Usted está aquí: lunes 14 de marzo de 2005 Capital Regresan a mausoleo del Panteón del Tepeyac El Angel del Silencio

Estaban por sacarlo de México con un permiso del INAH

Regresan a mausoleo del Panteón del Tepeyac El Angel del Silencio

BERTHA TERESA RAMIREZ

Ampliar la imagen El Angel del Silencio, de Giulio Monteverdi, regres� sitio en el que hab�estado por casi un siglo FOTO La Jornada

Luego de más de cinco años de lucha para recuperar la escultura conocida como El Angel del Silencio originalmente atribuida al escultor italiano Adolfo Ponzanelli, pero que recientemente se descubrió que su autor es Giulio Monteverdi, la pieza fue devuelta al Panteón del Tepeyac y depositada en el mausoleo de la familia Moncada, junto con una puerta de bronce tallada en Italia también sacada ilegalmente de ese sitio en enero del 2000.

Ambos bienes fueron devueltos a su sitio original luego de que María Luisa Herrero Moncada diera prácticamente una batalla sin cuartel para rescatar ambos bienes considerados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como monumentos históricos, pues éstos estuvieron a punto de ser sacados del país.

Indicó que durante esos años, tuvo que hacer gastos cuantiosos para evitar que esos bienes salieran de México.

"Cuántos millones de dólares le salvé al patrimonio de la nación toda vez que, de no haber emprendido una lucha para el rescate de El Angel del Silencio y la puerta de bronce, probablemente ya no estarían en el país pues el director de Permisos y Traslados del INAH, Dionisio Zavaleta López, otorgó el permiso número 401/22D/992 para su exportación", señaló.

La señora Herrero confió en que una vez que El Angel y la puerta se encuentran de nuevo en el mausoleo la jefa delegacional en esa demarcación, Patricia Ruiz Anchondo, "tenga a bien salvaguardar una escultura tan valiosa y hermosa".

Ambas obras estuvieron casi un siglo en el mausoleo de la familia Moncada, que es el panteón contiguo a la Basílica de Guadalupe, hasta que en 1999 el INAH accedió a iniciar los trámites para que fueran sacados de ahí mediante un permiso de 30 días para su restauración. El permiso le fue otorgado a Guillermo Garagarza Magallanes, que aseguraba ser el dueño de ambos bienes, y quien tras sacarlos de ese cementerio los trasladó a la ciudad de Guadalajara.

Sin embargo, la familia Herrero demandó a la Procuraduría General de la República que salvaguardara ambos bienes mientras se aclaraba la propiedad de los mismos.

La señora Herrero relató que aunque el director de Permisos y Traslados del INAH otorgó el permiso para la exportación del ángel durante el transcurso de las investigaciones el INAH, "de manera contradictoria demandó penalmente a Garagarza Magallanes por no haber podido demostrar ser el legítimo dueño".

 
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