Usted está aquí: viernes 4 de marzo de 2005 Espectáculos Gracias al formato digital, el cine se ha democratizado: Valdés Peña

Presentan hoy en Minería Operas primas del cine mexicano

Gracias al formato digital, el cine se ha democratizado: Valdés Peña

JUAN JOSE OLIVARES

En la actualidad, el cine se ha democratizado: con una cámara mini dv se puede hacer una película que se puede presentar en festivales, o inclusive hacer una transferencia a 35 milímetros, considera el investigador José Antonio Valdés Peña, autor del libro Operas primas del cine mexicano 1988-2000, que será presentado hoy a las 18 horas en la Feria Internacional del Palacio de Minería, en el Centro Histórico.

El cine vive tiempos democráticos, con el formato digital es más fácil hacer una opera prima, "pero a los cineastas mexicanos que resumo en el libro les tocaron tiempos difíciles", asegura Váldes Peña, quien labora en la subdirección de investigaciones de la Cineteca Nacional, que edita el libro junto con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).

El volumen ilustra de forma amena ("no necesitas ser crítico o conocedor del cine mexicano para leerlo", afirma el investigador) que iniciar una carrera cinematográfica en México, y en el mundo entero, no es tarea fácil. Los medios para producirla son muchos: subvenciones por parte de las propias escuelas de cine, instituciones culturales y fondos para la creación, producida con inversionistas privados, o bien, la heroica filmación en cooperativa, donde todos los miembros del equipo técnico y artístico aportan iguales cantidades de dinero y amor al cine para concluir la película en cuestión.

¿Por qué el periodo 1988-2000?, se le cuestiona al autor.

"En esos años se crea el CNCA. Nombran a Ignacio Durán Loera como director del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine); se inicia el programa de operas primas del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y lo que se nos vendió a todos como el nuevo cine mexicano. Además, se da la conjunción de cuatro generaciones de cineastas, que filmaron al mismo tiempo porque se dio el auge, pese a la quiebra de Cotsa (Compañía Operadora de Teatros), que limitó la exhibición de cintas."

De Carlos Carrera a El caballo Rojas

Operas primas del cine mexicano 1988-2000 establece el contexto histórico y social del tema. Se analizan las 80 películas, primera obra de cineastas debutantes, que se realizaron en el periodo. Se incluyen fichas técnicas, fotografías y declaraciones de los directores. Una revisión a la segunda película de los realizadores y a las operas primas filmadas del año 2000 a 2004.

"Lo más interesante son las experiencias; cómo se enfrentaron a su primera película, por ejemplo, Carlos Carrera; cómo se sintió Alberto Rojas El caballo con El garañón 2. Los que pudieron seguir filmando, quiénes no, quiénes comenzaron bien y terminaron en un cine impersonal. Este proyecto empezó como una investigación en torno a una base de datos, y lo que más brincó fueron las operas primas, en ese periodo hubieron muchos debutantes", dice.

Sin prejuicio alguno, Valdés Peña reseña a directores serios como Juan Pablo Villaseñor, Carlos Carrera, Alfonso Cuarón, Ernesto Rimoch, Alejandro González Iñárritu, Carlos Bolado, Rafael Montero, María Novaro, Nicolás Echeverría, Ignacio Ortiz, Marise Systach, Dana Rotberg, Guillermo del Toro (justificando la injusticia de no nombrar a muchos otros de ese periodo), y a los que poco pensaron mandar sus trabajos a un festival de cine, como Roberto Palazuelos, Sergio Andrade (sí, el mismo de la Trevi), Alberto Rojas El caballo y René Cardona III.

Valdés Peña asegura que "los directores mexicanos son gente muy necia, soñadora; muchos han sido directores conforme se les fue presentando la oportunidad. Es como Bajo California que comenzó siendo un documental y allá creció la historia y se hizo ópera prima. Muchos pasaron por cargos dentro de la industria antes de llegar a ser directores, no es la típica historia que nos vende Hollywood del joven emprendedor que reúne a sus amigos y hace su película. Claro que hay casos extraordinarios, como el de Orson Wells con El ciudadano Kane, pero en México hay que hacer talacha, haces teatro, televisión hasta subirte a la silla de director y a ver hasta cuándo vuelves a filmar".

Cabe señalar la importancia de la ópera prima, sabiendo que Un perro andaluz, de Luis Buñuel; Shadows, de John Cassavetes; Accatone, de Pier Paolo Pasolini; La infancia de Iván, de Andrei Tarkovski; Obsesión, de Luchino Visconti, o El ciudadano Kane, han sido operas primas.

 
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