Usted está aquí: jueves 3 de marzo de 2005 Sociedad y Justicia En las estaciones migratorias, la SG infringe sus propias normas

Lamenta la CNDH recurrentes maltratos a indocumentados centroamericanos

En las estaciones migratorias, la SG infringe sus propias normas

Falta de atención médica, hacinamiento y racionamiento, entre las irregularidades

Retenidos se quejan de que personal del INM les impide comunicarse con familiares

VICTOR BALLINAS ENVIADO

Tapachula, Chis. Están amontonados y sin comida. Los que pueden se acurrucan en las planchas de concreto, sin colchonetas; otros se tiran en el piso desnudo. El cupo es para 150 personas, pero constantemente la población retenida fluctúa entre 350 y 500 centroamericanos indocumentados. Es la estación migratoria de Tapachula.

La aglomeración que se padece es tal que, aunque hay clima, "hasta el aire nos falta", dicen los migrantes centroamericanos al quinto visitador general de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Mauricio Farah Gebara, en la gira de inspección que realizó por las estaciones migratorias de Chiapas.

Los migrantes denuncian ante el funcionario: "no nos han dado comida. Estamos amontonados: en un cuarto están los hombres salvadoreños, y en otro, los hondureños. Sentimos que nos falta el oxígeno''.

Los empleados del Instituto Nacional de Migración (INM) explican a Farah Gebara que separan a los retenidos, de acuerdo con su nacionalidad, ''para evitar conflictos, pues esos dos países no tienen buena relación, y antes de que los separaran, se registraban peleas y conflictos, por eso se decidió ubicarlos en cuartos diferentes, sólo a los hombres".

En otro cuarto, las migrantes conviven, incluso con menores. "Se ha tenido aquí a mujeres centroamericanas embarazadas durmiendo en el piso, y a niños a los que no se les da la leche, porque se carece del producto'', se informa en la estación migratoria al visitador.

Durante la inspección -realizada el jueves pasado- había tres menores retenidos que viajaban solos. Pidieron al visitador que les permitiera hacer una llamada a sus padres, porque no les habían dado permiso los empleados del INM. Farah Gebara habló con ellos, escuchó sus quejas y peticiones.

El visitador de la CNDH expuso a La Jornada que las condiciones de las estaciones no son las idóneas para albergar a los migrantes.

La Secretaría de Gobernación publicó la Norma Oficial para las estaciones migratorias en el Diario Oficial de la Federación en 2001. ''Ellos hicieron esa reglamentación, ¿por qué no la cumplen? Violan los derechos humanos''.

Farah Gebara asevera que después de haber realizado inspecciones en 46 estaciones migratorias y puntos de retención, la constante es que ''un gran número de ellas están rebasadas, y las que no lo están se debe a que tienen pocas personas aseguradas y eso les permite una administración menos caótica''.

-La comisionada del INM, Magdalena Carral, argumenta que las carencias y deficiencias en las estaciones migratorias se debe a la falta de recursos, ¿coincide con ella? -se le inquiere al visitador.

-De ninguna manera. No es válido que hasta que no se tenga en operación la estación que se construye en Tapachula se pueden seguir violando los derechos fundamentales de miles de migrantes. Insisto: la falta de recursos económicos no debe ser motivo para la justificación de no mejorar las condiciones en que retienen a los migrantes.

''Desconozco qué puede motivar las deficiencias e insuficiencias para atender a los migrantes. Lo único que señalo es lo que vemos, lo que observamos, y no nos interesa ver nada más las condiciones en que están las estaciones migratorias, sino el trato que se les da a las personas que tienen retenidas.''

-El INM aduce que el Ejército y las corporaciones policiacas detienen a los migrantes porque no tienen personal suficiente.

-Las corporaciones policiacas no son las facultadas para detener a los migrantes; para eso está el INM. Las policías detienen a los delincuentes, y los migrantes no son delincuentes. Sólo podrían estar facultados para retener a los migrantes en coordinación con el INM, pero en la mayoría de los casos, los retienen sin que el INM esté presente o coordinado con ellos. Lo único que se propicia al permitir que elementos de las policías -estatal, municipal, judicial, ministerial-, la Agencia Federal de Investigación y la Policía Federal Preventiva, así como militares y marinos, detengan a indocumentados, es la corrupción; a eso se presta: a extorsión, robo.

El visitador comprueba las irregularidades y asevera que lo más común en las estaciones migratorias es el precario servicio médico, donde por el hacinamiento es imposible que se lleven a cabo revisiones. Hay convivencia de infectocontagiosos con retenidos sanos.

Pero también son comunes la falta de comida, así como el hecho de que se les ponga un horario para darles agua; sanitarios sucios, sin agua o inservibles. También el hecho de que no se dé autorización a los menores para comunicarse con sus familiares, y la carencia de colchonetas y cobijas, entre otras anomalías.

Hay aspectos, abunda el visitador de la CNDH, que no son cuestión de recursos, sino de organización y de querer atender a los migrantes; pero parece que lo que priva es la indiferencia hacia ellos.

 
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