Usted está aquí: jueves 3 de marzo de 2005 Estados Expulsan policías inconformes a sus jefes en Cancún

Se intensifica la protesta

Expulsan policías inconformes a sus jefes en Cancún

HUGO MARTOCCIA CORRESPONSAL

Cancun, QR, 2 de marzo. Un grupo de policías en paro de labores, que exige al ayuntamiento pagos atrasados por unos 10 millones de pesos, tomó las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública, Tránsito y Bomberos Municipal, y expulsó de la sede de la dependencia al titular, Gerardo Olavarrieta.

Esta acción dejó a la ciudad en una complicada situación, ya que el director de Seguridad Pública, Sebastián Torres -quien encabeza a los policías municipales que no han cesado labores-, quedó recluido en un sector de Cancún sin control sobre el cuartel general. De hecho, todos los encargados de las áreas de la sede central de la policía fueron obligados a dejar sus llaves y armas de cargo.

Esta situación se generó a 15 días de que el consulado regional de Estados Unidos advirtió a las autoridades locales que si el paro policiaco continuaba, el Departamento de Estado alertaría a los ciudadanos estadunidenses sobre la posible inseguridad en Cancún.

Los paristas recrudecieron sus movilizaciones contra el ayuntamiento con el argumento de que el dinero que reciben las autoridades municipales va a parar a las manos del ex candidato del PRD a la gubernatura Juan Ignacio García Zalvidea, quien este miércoles concluyó su marcha de Cancún a Chetumal.

De acuerdo con esa versión, el alcalde con licencia de Benito Juárez (Cancún) habría recibido 15 millones de pesos para costear la marcha que realizó durante más de 20 días, para protestar por un supuesto fraude electoral en su contra.

Por lo pronto, la policía local cuenta sólo con una de sus dos bases de trabajo. No tiene acceso a la sede de la Dirección de Seguridad Pública, y por eso su centro de actividades quedó en el Sector 10.

El presidente municipal interino, Carlos Canabal Ruiz, dijo que los policías municipales en la sede alterna "van a seguir cuidando la ciudad", aunque en los momentos posteriores a la toma de la Dirección de Seguridad Pública se ordenó que los uniformados -incluido el personal asignado a bancos y hoteles- se acuartelaran en el Sector 10, porque no había "condiciones de seguridad" para dar servicio a la ciudadanía.

 
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