La cumbre servirá para definir cómo el gobierno cubrirá obligaciones a los bancos
La banca posee en activos 27.5% del PIB, pero es de extranjeros
Los controladores del sistema abandonaron los objetivos del desarrollo y se concentran en segmentos de la población que financian su consumo con la contratación de deudas
Acapulco, 2 de marzo. El valor de los activos de la banca comercial que opera en México asciende a casi 2 billones 100 mil millones de pesos, que representan 27.5 por ciento del producto interno bruto, pero nueve de cada 10 pesos de esta riqueza es poseída por inversionistas extranjeros que inician este jueves la cumbre anual del sistema financiero nacional.
Este hecho no es trivial. Hasta hace cuatro años, las convenciones anuales de la banca constituían un espacio en que funcionarios públicos delineaban e incluso anticipaban las principales pautas de la política financiera del país. Ahora, en cambio, es sobre todo un encuentro para definir los términos en que el gobierno federal va a cubrir sus obligaciones financieras con quienes son sus principales acreedores: los bancos que operan en México.
Los grupos controladores del sistema bancario han abandonado completamente los objetivos de desarrollo económico del país y concentran su atención en los segmentos de la población dispuestos a financiar su consumo con la contratación de deudas, actividad que se ha vuelto la más rentable para las instituciones financieras.
Informes difundidos en el preámbulo de la 68 convención bancaria, que será inaugurada este jueves por el presidente Vicente Fox Quesada, muestran que los bancos que operan en el país han ampliado sus operaciones en financiar el consumo, con lo que han compensado la disminución de sus ingresos no financieros.
Los informes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) indicaron que durante 2004 las comisiones netas cobradas por los bancos ascendieron a 40 mil 969 millones de pesos y fueron equivalentes a 27 por ciento de los ingresos totales del sistema, pero fundamentalmente la banca desarrolla sus estrategias de crecimiento en dos de los créditos más caros del mercado de dinero: las tarjetas de crédito y los préstamos hipotecarios, los cuales representan ya 26.2 por ciento de la cartera total de créditos de las instituciones.
En 2004, la diferencia entre el ingreso obtenido por los intereses aplicados a crédito y el gasto que les representó el pago de los rendimientos a los ahorradores significó al conjunto de bancos que operan en el país un beneficio de 99 mil 668.5 millones de pesos. En la práctica, la banca retuvo como ingreso uno de cada dos pesos, sólo por la diferencia entre los intereses cobrados y pagados.
Pero hubo instituciones como el Banco Azteca en el que el margen financiero fue resultado de haber cobrado a sus usuarios seis veces más intereses de los que pagó a sus ahorradores. Una diferencia que parece estar fuera de proporción respecto a la manera de operar del resto del sistema.
''El crédito directo al consumo tuvo un crecimiento real de 45.5 por ciento durante el año pasado, en tanto que el de la vivienda se expandió a una tasa anual de 26.1 por ciento'', de acuerdo con el Banco de México, en información que abona en documentar que los bancos privados se han concentrado en colocar financiamiento en los rubros que generan mayor dividendo y no en los de fomento directo a la actividad económica.
En 2004, el interés cobrado, en promedio, a los usuarios de tarjeta de crédito bancaria se situó en 34.4 por ciento anual, una tasa que sextuplica a la de la inflación para el mismo periodo, que fue de 5.19 por ciento, de acuerdo con el Banco de México. Los réditos hipotecarios se ubicaron, en promedio, en 17.3 por ciento, una tasa que casi triplica la de la inflación, aun cuando en este tipo de contratos la propiedad misma está en garantía de pago.
Operación punto final
La convención bancaria de este año se enfocará de una manera importante, en el trabajo abajo del presidium, es decir, en las reuniones que sostienen directivos bancarios y funcionarios federales del sector, en dar salida a la última parte del intercambio de pagarés que emitió el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) a favor de Banamex, Bancomer, Bital (hoy HSBC) y Banorte, que serán intercambiados por bonos de deuda avalados por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).
El único punto pendiente antes de formalizar el intercambio, que ya fue anunciado desde el 15 de julio de 2004, es la conclusión de auditorías al llamado Programa de Capitalización y Compra de Cartera (PCCC), que fue a través del cual el Fobaproa otorgó liquidez a esas cuatro instituciones por un monto actualizado a diciembre pasado de 200 mil millones de pesos. Una vez que se realice el intercambio, según las autoridades y los bancos, esa deuda -que ahora no está reconocida formalmente por el IPAB- se reducirá a 108 mil millones de pesos, que serán cargados a la cuenta de este instituto, el cual ya prevé elevar las partidas presupuestales requeridas al Congreso anualmente para financiar su deuda.
Los bancos que operan en México son los principales acreedores del gobierno federal, por varias vías. Son los adquirientes en mayor medida de los bonos de la deuda interna, con 139 mil 500 millones de pesos; por el lado del IPAB, los pasivos públicos alcanzan 738 mil millones de pesos.
Pero además, más de 13 millones de personas, con tarjetas de crédito, adeudan en conjunto a los bancos 89 mil millones de pesos, a razón de 6 mil 850 pesos per cápita. Y un número indeterminado de hogares, deben al sistema otros 49 mil 500 millones de pesos que fueron prestados por la banca para la compra de bienes de consumo duradero o aparatos electrodomésticos.
Indudablemente, el negocio de la banca en México se sustenta hoy en dos pilares. Son los principales acreedores de la sociedad y su gobierno y al mismo tiempo los bancos, de capital extranjero, son poseedores de activos por un billón 865 mil millones de pesos, equivalentes a 24.4 por ciento del producto interno bruto.