374 ° DOMINGO 20 DE FEBRERO DE  2005

EL SONORO RUGIR
Las nuevas desventuras de El Chacho

 
Fotografía: 
José Carlo González
A la tabasqueña. Derrotado en las urnas, Juan Ignacio García Zalvidea, mejor conocido como El Chacho, se ha lanzado a una protesta contra el "fraude electoral" y camina de Cancún –donde fue alcalde– a Chetumal. A su protesta le ha llamado, como hiciera hace algunos ayeres Andrés Manuel López Obrador, "Exodo por la democracia". Con ese nombre, se entiende, El Chacho busca que el PRD, partido que lo hizo candidato a gobernador en pragmática apuesta, no lo deje solo en su batalla. (Ocupados los perredistas en el tema del desafuero de López Obrador se ve poco probable que le echen una manita.)

Diputado federal por el PAN y luego alcalde de Cancún por el Partido Verde, cercano a los Legionarios de Cristo y oscuro empresario hotelero, El Chacho perdió de todas, todas.

Sabedor de que sería difícil conquistar la gubernatura, García Zalvidea apoyó a dos candidatos a la alcaldía de Cancún: Alejandro Ramos (PRD) y Rogelio Márquez (PAN), para más señas su cuñado. Pero los dos perdieron frente al aspirante del PRI.

Esta derrota –y la que sigue en Hidalgo– quizá no sea tan mala noticia para el PRD. De haber ganado El Chacho, el partido amarillo tendría que haber lidiado con un gobernador dado a las triquiñuelas en la administración pública y al gasto excesivo y no siempre legal.

Después de todo, al PRD no le fue nada mal: obtuvo cuatro diputaciones de mayoría, la presidencia municipal de Carrillo Puerto y un tercio de los sufragios (igual a tres diputados plurinominales y más prerrogativas).

Aunque su candidata Addy Joaquín quedó en el tercer sitio, el PAN también se llevó cuatro diputaciones. De tal modo que la oposición tendrá, por vez primera, mayoría en el Congreso local (cosa que debe agradecer, entre otras, a María Rubio, la esposa del gobernador Joaquín Hendricks, que se aferró a ser candidata y perdió una diputación).

Mientras El Chacho marcha hacia Chetumal, el ayuntamiento de Cancún se deshace en las manos del encargado que dejó al frente.

Como dijo Juan José Morales, columnista de Cancún: "En Baja California Sur ganó el PRD. En Guerrero ganó el PRD. Y en Quintana Roo, también".

Del troskismo al panismo

Uno acusó al Partido Popular de José María Aznar de recibir fondos del anticastrista Jorge Mas Canosa. Otro declaró su admiración sin límites por Aznar. Hoy están juntos camino al 2006.

"Estaré de aquí en adelante junto a él. Con él hay juventud y experiencia... Es una propuesta que le conviene a México", dijo el primero, Ricardo Pascoe, al sumarse al equipo de precampaña del panista Felipe Calderón Hinojosa.

El ex embajador del foxismo en Cuba y ex miembro destacado del PRD ha sido además líder troskista, integrante del círculo cercano de Cuauhtémoc Cárdenas y delegado en Benito Juárez (con Cárdenas), una posición que volvió a buscar en 2003 bajo las siglas del efímero México Posible.

Su paso por La Habana se recuerda sobre todo por su defensa del régimen de Fidel Castro –o de los principios de la diplomacia mexicana, según se vea–, a contrapelo del canciller Jorge Castañeda, con quien terminó francamente enemistado, carta pública de por medio.

De entonces es la célebre frase de Mauricio Toussaint, oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien respetuosamente dijo del embajador Pascoe: "No estamos ante un pez gordo, pero sí ante un pezecito caribeño de colores" (septiembre de 2002). Ahora esos colores son azul y blanco.

Más allá del chiste, conviene recordar que en aquel affaire Pascoe tuvo el apoyo del ahora precandidato Calderón.

Nada que deba sorprendernos. Actos de congruencia como el reciente de Pascoe se verán por racimos de aquí a la elección presidencial en 2006.

¿O será Calderón quien ha cambiado? Porque apenas en noviembre de 2003 Pascoe hablaba de construir un "polo progresista en el 2006, sin exclusiones de ningún tipo", y llamaba a continuar el debate entre las fuerzas de izquierda "del PRD, PRI, partidos emergentes" para... "constituir una oposición al gobierno actual de derecha".

A seguir el ejemplo de Roque

 
Fotografía: Alfredo Valadez
No, no se cede aquí a la prosaica tentación de aludir a la célebre roqueseñal, pues la fogata nacional no aguanta más leña. Ya lo dijo Cuauhtémoc Cárdenas: el plan B es con sangre. Y lo dicen analistas y políticos de todas las banderías: ahí viene otro 1994.

Pero desde las alturas sólo se dice que "falta lo mejor" del sexenio y que la frontera, los penales y la sucesión están a todo dar. A ese paso, sólo quedará tomar previsiones como hizo un colaborador del priísta Humberto Roque, quien colgó el exvoto de la imagen en el santuario del Santo Niño de Atocha. El jefe de Benjamín Reyes no ganó la elección interna del PRI 1999, pero tampoco le pasó nada grave y ahí sigue tan tranquilo en el Senado. Políticos, preparen sus ruegos en este tenor: "Ilumina la campaña política del Lic. Humberto Roque Villanueva y a todos los que participamos en ella".