Usted está aquí: jueves 17 de febrero de 2005 Cultura La política intoxica las letras de Cuba ''lo mismo en el exilio que en la isla''

Eliseo Alberto recopila sus textos no literarios de una década en Dos Cubaslibres

La política intoxica las letras de Cuba ''lo mismo en el exilio que en la isla''

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Eliseo Alberto defiende "el derecho, que rara vez se reconoce, a no tener la raz� FOTO Carlos Ramos Mamahua

La literatura cubana está intoxicada políticamente, lo mismo en el exilio que en la isla, señala el escritor y periodista Eliseo Alberto, quien en Dos Cubaslibres, su nuevo libro, recopila sus textos no literarios que han aparecido en distintas publicaciones a lo largo de 10 años.

Son argumentos de películas, ficciones y ''retratos hablados" de distintos personajes. ''Es un homenaje a México y a Cuba, a mis amigos y para dejar testimonio de cosas que pasaron" y en este libro, al igual que en Informe contra mí mismo, lo único que defiendo es el derecho, que rara vez se reconoce, a estar equivocado, a no tener la razón, expresa a La Jornada.

Ese derecho a la equivocación, añade, nunca se concede, ''y menos los políticos que siempre dan la razón a unos seres extraterrestres que se llaman el pueblo, la historia a los cuales apelan sin vergüenza alguna. Que se vayan los políticos por un tubo, prefiero a los poetas. La elección para la presidencia de cualquier país tendría que ser qué poeta es mejor. Las cosas irían mejor".

Hace tiempo, recuerda el autor de La eternidad por fin comienza un lunes, decidió que los textos más o menos políticos o que rozaran ese tema los pondría en libros aparte y así evitar que el contenido político contaminara su trabajo de novelista.

''Quisiera que en mi caso lo político no pesara nada en lo literario. Hay muy buenas novelas políticas, estupendas, pero hay una abrumadora mayoría de pésimas novelas políticas. Acabo de terminar una novela (Esther en alguna parte) que sucede en La Habana. Tanto me propuse que no rozara la política, que no hay ni jineteras, ni negros sementales, ni orishas prodigiosos, ni policías, ni disidentes, ni presos políticos ni nada, y la palabra revolución se menciona sólo una vez", añade el autor de Caracol Beach, con la que obtuvo el Premio Alfaguara de Novela, compartido con Sergio Ramírez, en 1998.

Olvido para los libros políticos

El de la novela política, explica Eliseo Alberto, es un fenómeno interesante, subraya, pues ''en el campo socialista había una literatura también crítica, disidente se dice ahora, contestataria, que venía del exilio y que circulaba en los países socialistas de una manera clandestina y ese clandestinaje le daba una valoración especial, no precisamente literaria sino el encanto de lo prohibido".

Al desaparecer los gobiernos socialistas algunos editores consideraron que tendrían gran éxito al publicarlas de nuevo pero se equivocaron y sólo perduraron las novelas que eran buenas literariamente.

''La política puede ser traicionera. La literatura cubana está intoxicada políticamente lo mismo en el exilio que en la isla. Siempre se cuestiona a Cuba desde los extremos y rara vez se encuentra un término medio."

Un día ''habrá un arreglo armonioso en Cuba. Sólo sueño con la unión de los cubanos, con Fidel o sin Fidel; que podamos ir a nuestro país, vivir allí, pensar diferente y que no por eso se considere un traidor. Presidente que esté, eso me va a dar lo mismo.

''Y cuando haya armonía entre los gobiernos, y los gobernantes comiencen a gobernar y los pueblos a vivir, ojalá que todos esos libros políticos, incluidos los míos, se vayan a la hoguera y que nadie quiera leerlos, que pasen al olvido, eso permitirá que mis novelitas se puedan defender y salir a flote si valen la pena. La política: a la mierda."

 
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