Usted está aquí: viernes 11 de febrero de 2005 Espectáculos Deficiencias de producción y sonido opacaron la homilía de Manson

Papa Roach, el grupo abridor, ofreció una demostración de potencia musical

Deficiencias de producción y sonido opacaron la homilía de Manson

El Reverendo salió 70 minutos tarde al escenario y casi no estuvo de pie durante el show

El espectáculo lo dieron los fanáticos, al acudir disfrazados como el cantante estadunidense

JORGE CABALLERO

Ampliar la imagen El espect�lo no estuvo en el escenario, con Manson, sino en las gradas, con el p�o asistente FOTO Yazmin Ortega Cort�

Unos 20 mil fanáticos asistieron a tomar ceniza el pasado miércoles a la parroquia del Palacio de los Deportes con El Reverendo Marilyn Manson, pero la ceremonia resultó indelicada, pues su presentación fue exactamente la peor homilía que haya ofrecido en nuestro país, debido a que el producto más elaborado de la cultura pop estadunidense no igualó, ni por mucho, su pasada presentación ni visual ni musicalmente, con una deficiente producción y sonido precario que no satisfizo las expectativas de un concierto que vendió solo, sin mucha publicidad.

Lo mejor de la noche fue el público convocado, comenzaron a llegar desde las 20 horas, absolutamente todos vestidos de negro, algunos glamorosamente maquillados/disfrazados a lo Manson en sus diferentes etapas/personajes, lo que resultó todo un espectáculo surrealista. Inclusive algunas mujeres portaron corsets al estilo de las bailarinas de cabaret alemán de los años 20 que utiliza el músico en su video Mobscene. Otros más portaron la cruz de ceniza en la frente, algunos por creencia, otros por la coincidencia de la presentación del Reverendo con la celebración católica del Miércoles de Ceniza.

Los acólitos encargados de iniciar la misa fue el quinteto californiano de Papa Roach, quienes a lo largo de una hora mostraron lo que debe ser un grupo abridor: deshaciendo guitarra y bajo, potente sonido en tambores y platillos, acompañando el desenfrenado canto de Jacoby Shaddix, quien pese al escaso espacio que tuvo para moverse, no dejó en ningún momento de patear todo el escenario.

Los esfuerzos y la evolución musical que presentó Papa Roach con sus nuevos temas de su reciente disco, Getting away with murder, mezclados con canciones conocidas, pusieron de buen humor a los fieles. Los californianos tocaron unas 18 rolas; cuando llegó la última, Last resort, en la plancha del inmueble y la parte de arriba todo mundo celebraba. Shaddix se despidió con el grito de batalla: "Viva la cucaracha". Todo estaba listo para que los fanáticos recibieran los críticos rezos anticlericales y políticos de Marilyn Manson.

90 minutos y escasa creatividad

Los minutos de plomo pasaban, pero de Míster Manson y su banda, ni sus luces. La desesperación se cristalizó en gritos: "Ya no te la prolongues más" y con el incesante "Manson, Manson". La espera se prolongó por 70 minutos, pero el ánimo no decayó.

Una ensordecedora gritería recibió a la banda principal. En la penumbra, Manson apareció con un incensario con el que bendijo a los asistentes, como escenografía la imagen de una enorme bandera estadunidense quemándose. La velada pintaba bien, aunque con un sonido horrible que se fue componiendo.

Aunque los asistentes estaban dispuestos a divertirse celebrando todas las canciones, deleitarse con el buen espectáculo visual, festejar los cambios de vestuario de Manson y aplaudirle cuando apareció con zancos y manos extendida, el músico se la pasó más en el piso que de pie lo que provocó un desánimo generalizado.

Sólo en tres momentos precisos Manson dejó ver su creatividad. El primero, cuando cantó Mobscene, en un sillón rojo apareció una cabeza de mujer de utilería acompañada de un par de piernas femeninas, a las que Manson, lascivamente, abría para filmar lo que escondían; en el segundo, golpeando el micrófono contra su pecho para después ofrecerlo al público; el tercero y último llegó al presentar la escenografía que simula la decadencia fascista para cantar Anti Christ. También simuló copular con el escenario y con un súcubo inasible que sólo él percibió.

El concierto duró 90 minutos, 20 canciones en total, las más celebradas fueron: Personal Jesús, Dope show, Golden age, Beautiful people y Rock is dead, donde todos con el puño arriba lanzaron el grito de "Pelea".

Al preguntarle al personal de la productora el porqué de las deficiencias en la actuación de Manson sólo atinaron a decir: "No sabemos, pero se veía muy raro".

 
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