Usted está aquí: jueves 10 de febrero de 2005 Política Socama, incubadora de varias bandas armadas

Desde 1994 se ha visto favorecida con recursos del gobierno

Socama, incubadora de varias bandas armadas

Solidaridad Campesino-Magisterial (Socama) se convirtió, a raíz del levantamiento zapatista, en una de las organizaciones rurales más influyentes en Chiapas. Formada por profesores que en su mayoría pertenecen a la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y por grupos de la Confederación Nacional Campesina (CNC), ha sido una de las centrales más favorecidas con recursos gubernamentales desde 1994.

Asimismo, ha adquirido notoriedad, porque algunos de sus integrantes se han vinculado a grupos paramilitares sin que Socama se haya deslindado de ellos.

Los orígenes de Socama como corriente política se remontan a 1979, año en el que comenzó un proceso de insurgencia sindical en el magisterio federal en Chiapas. Aunque en la conducción del movimiento participaron diversas tendencias sindicales, la dirección fue ganada por una alianza en la que participan maestros provenientes del Grupo Pueblo, egresados de la Normal de Mactumatzá y activistas de Línea Proletaria. Estos grupos funcionaron de manera unificada durante varios años, al punto de participar en diversas reuniones nacionales de la Línea Proletaria. Una de las primeras orientaciones que este grupo trazó al conquistar la dirección sindical en 1980 fue la de vincularse como gremio a las luchas campesinas en la entidad.

El segundo momento clave en el proceso de formación de Socama es su participación en la lucha de los maiceros por incrementar el precio de garantía del grano en 1996. Movimientos similares en Nayarit y Chihuahua recibieron respuestas favorables, no así el chiapaneco. El gobernador Absalón Castellanos Domínguez respondió con la represión a una toma de carreteras de los productores de maíz. Los dirigentes de la lucha fueron encarcelados. Manuel Hernández, Jacobo Nassar y Jesús Constantino, por parte del magisterio, y Germán Jiménez -dirigente de la CNC- y Jorge Enrique Hernández Aguilar -periodista y futuro procurador del estado, involucrado directamente en la matanza de Acteal- estuvieron casi dos años en prisión. Allí se selló el pacto de lo que después sería Socama.

Tan pronto como adquirieron su libertad, los dirigentes se ligaron a la campaña electoral de Patrocinio González Garrido, argumentando que se trataba de ''comprometerlo con sus demandas'' y si no cumplía, rebasarlo, al tiempo que impulsaron la realización de una serie de asambleas campesino-magisteriales, la primera de ellas celebrada en el municipio Oxchuc. A pesar de que públicamente nunca se presentaron como priístas, como resultado de esta alianza fueron premiados con varias presidencias municipales por el Partido Revolucionario Institucional. Poco tiempo, sin embargo, duró la alianza. González Garrido desconfió de ellos y reprimió a varios de sus militantes.

Alianzas a diestra y siniestra

A raíz del levantamiento armado de 1994, Socama alcanzó creciente importancia. En los hechos, se convirtió en el relevo de una CNC colapsada en el estado. Indistintamente se aliaron políticamente con Eduardo Robledo Rincón, con Elba Esther Gordillo, con Julio César Ruiz Ferro y con Carlos Rojas, aceptando un tipo de trato político que las organizaciones campesinas independientes se negaron a establecer. Esta variedad de relaciones políticas los convirtió en referencia obligada. Fueron premiados con cuantiosos programas económicos para adquirir tierras (más de 16 mil hectáreas), para programas productivos y para su misma organización. Asimismo, sus dirigentes obtuvieron puestos públicos: dos han sido diputados federales, uno más -Samuel Sánchez, también dirigente de Desarrollo, Paz y Justicia- diputado estatal, y varios presidentes municipales.

El grupo paramilitar Paz y Justicia surgió de las filas de Socama. Sus dirigentes lo defendieron siempre. Su coordinador estatal -cuando se formó-, Pedro Fuentes, trabajó muchos años en la región norte del estado y trabó relación estrecha con sus dirigentes. Gustavo Hirales, que ha defendido públicamente a Paz y Justicia, ha señalado que sus integrantes le fueron presentados por integrantes de Socama.

Militantes de Solidaridad Campesino-Magisterial en el municipio de Chenalhó (por ejemplo, Luis Aguilar), y su filial en ese municipio (la Organización para la Defensa de la Cultura) se involucraron también con el grupo paramilitar que perpetró la matanza de Acteal. Lo mismo sucedió en otras regiones del estado de Chiapas. Socama fue en la entidad chiapaneca una verdadera incubadora de grupos paramilitares.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.