Usted está aquí: martes 1 de febrero de 2005 Opinión Una por Alony

Pedro Miguel

Una por Alony

E n días próximos empezará en Madrid el juicio contra el doctor Taysir Alony, sirio de nacimiento y español por adopción, traductor, activista de la paz y de derechos humanos, periodista y testigo excepcional de las atrocidades perpetradas por Estados Unidos en Afganistán e Irak. En Kabul y en Bagdad sobrevivió a la destrucción, por las fuerzas aéreas agresoras, de las oficinas de Al Jazeera en ambas capitales. El juez Baltasar Garzón lo mantiene preso desde noviembre del año antepasado por su supuesta pertenencia a la red terrorista Al Qaeda. Alony fue detenido en Granada, donde residía junto con su mujer y sus cinco hijos, después de cubrir para la célebre Al Jazeera la invasión estadunidense al territorio iraquí. Antes había sido enviado a Afganistán, donde fue el único periodista que pudo documentar "lo que la maquinaria bélica occidental hizo en uno de los países más pobres del mundo", según un despacho de la propia cadena qatarí.

Garzón consideró suficientes pruebas para procesar a Alony la amistad de éste con otros imputados por el mismo delito y su desplazamiento a Kabul. El hecho de que el periodista llevara dinero consigo fue interpretado por el juez como prueba de que el inculpado, "aprovechando sus viajes, hacía llegar dinero de la organización a manos de los miembros de Al Qaeda que lo precisaran, en Afganistán, así, coadyuvando en forma eficaz a que aquéllos consiguieran la realización de sus fines y la permanencia de la acción de la organización". Además, el magistrado consideró indicativo de culpa una conversación telefónica en la que el informador preguntaba a uno de los ahora coprocesados si "Osama" se encontraba "en su sitio en Islamabad" y si podría comunicarse con él. Como se sabe, Alony es el único periodista del mundo que ha entrevistado, después del 11 de septiembre de 2001, a Bin Laden. Otro dato que Garzón considera relevante es una supuesta contradicción en las declaraciones del periodista, quien "aduce en su descargo y, según afirma, 'con conocimiento de causa', que ni Setmarian ni 'Abu Khaleb' -dos de los supuestos terroristas procesados en España- pertenecen a Al Qaeda y simultáneamente alegue que acude a ellos para que lo informen y le den datos de dicha organización".

Si ésos son sus criterios, la justicia española tendría que procesar como pertenecientes a Al Qaeda a todas las personas que viajan de un país a otro llevando consigo algo de dinero. También tendría que considerar culpable automático a todo reportero que intente establecer contacto con algún sujeto perseguido por alguna instancia judicial. Y, por supuesto, si yo pido datos sobre la Compañía de Jesús, pongamos por caso, a un franciscano, y al mismo tiempo sostengo que mi informante no pertenece a la orden de los jesuitas, caigo en automático en contradicciones judiciales.

Alony fue arrestado en septiembre de 2003, pero fue puesto en régimen de libertad condicional unos días más tarde en atención a sus padecimientos cardiacos. El 18 de noviembre del año pasado, en forma sorpresiva, el fiscal Pedro Rubira ordenó su retorno a prisión por el supuesto "riesgo de fuga" del acusado. Digo en forma sorpresiva porque hasta una semana antes Rubira pedía el sobreseimiento de las actuaciones contra Alony y otros tres coacusados. La defensa atribuyó su regreso a prisión como una "estrategia política" y resultado de "directrices de altas esferas". Por su parte, la esposa del procesado, Fátima, ha señalado que Garzón se ha tomado el caso de su marido como "un asunto personal".

Human Rights Watch, el Instituto Internacional de Prensa y la Organización Arabe de Derechos Humanos, entre otras organizaciones, han pedido la liberación del periodista español de origen sirio. Yo tengo la impresión de que su procesamiento es una infamia, un atentado a los derechos fundamentales de las personas y una payasada, vergonzosa para España, para Europa, para Occidente y para el conjunto de los seres humanos.

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